Derecha

"El tiempo manda sobre todas las cosas". ?ste fue el epitafio elegido por Harold Wilson, el hombre que mantuvo con vida el decadente laborismo brit¨¢nico de los a?os sesenta. Wilson dej¨® el poder cuando empez¨® a notar que no recordaba las cosas. No se recordaba ni a s¨ª mismo: sufr¨ªa de alzh¨¦imer. Era angustioso verle, en sus ¨²ltimos a?os, sentado en un esca?o de la C¨¢mara de los Lores. Ten¨ªa la mirada perdida, las manos agarrotadas. A veces era el ¨²nico oyente. Tras el ¨²ltimo discurso, un cuidador tomaba de la mano a Wilson y se lo llevaba a casa.

El tiempo manda sobre todas las cosas. La pol¨ªtica espa?ola no ha descubierto a¨²n la verdad inexorable que contiene esa frase. No hemos tenido tiempo de apreciar el tiempo. Somos recientes, tan recientes que estamos vivos. Ya han visto a Fraga, este fin de semana, en el congreso del PP. El fundador, surgido de las tinieblas del franquismo, estaba ah¨ª sentado. Fraga surgi¨® de esas tinieblas igual que salimos todos: el PSOE de Suresnes, el vencido PCE de la reconciliaci¨®n nacional, la prensa del cambio, la Guardia Civil, El Corte Ingl¨¦s, la Liga de f¨²tbol.

Creo que alg¨²n d¨ªa, si este diario llega al futuro, se publicar¨¢n en estas p¨¢ginas grandes elogios a Fraga. Cre¨® un gran partido conservador, corrigi¨® sus propios errores, supo percibir cu¨¢ndo se convirti¨® en estorbo, hizo su trabajo hasta el final. Las cacicadas ser¨¢n letra peque?a, como sus arrebatos autoritarios. Incluso la pena de muerte de Grimau, tan atroz, ser¨¢ letra peque?a. El tiempo manda sobre todas las cosas. Y el viejo Zapatones, cuando mande al fin el tiempo, ser¨¢ figura hist¨®rica. Qui¨¦n iba a decirlo.

Qui¨¦n iba a decir que incluso Aznar, ese hombre insufrible, cumplir¨ªa, delirios al margen, con lo que exig¨ªa su tiempo. ?Saben una cosa? La derecha espa?ola es, con la alemana, la m¨¢s decente de Europa occidental. Salgan por ah¨ª y comparen. No hace falta esperar, para saberlo, a que el tiempo mande sobre las minucias de hoy.