La cr¨ªtica de Mandela, s¨ªmbolo del despertar africano, aisla m¨¢s a Mugabe
El presidente de Zimbabue insiste en celebrar hoy elecciones sin observadores
Ya no son s¨®lo la antigua metr¨®poli ni el "imperialismo" quienes condenan a Robert Mugabe, de 84 a?os, libertador de Zimbabue reconvertido en d¨¦spota. Nelson Mandela, de 90 a?os, el s¨ªmbolo del despertar de ?frica y de la lucha contra el apartheid, se uni¨® el mi¨¦rcoles al clamor mundial y continental para que su viejo camarada -tambi¨¦n rival: nunca estuvieron exactamente del mismo lado- posponga la mascarada de elecciones con las que pretende legitimar hoy su continuidad en el poder tras 28 a?os de Gobierno y un saldo catastr¨®fico: un cuarto del pa¨ªs en el exilio, 80% de paro, 160.000% de inflaci¨®n oficial y un Estado policial que reprime hasta la muerte a todo sospechoso de simpatizar con la oposici¨®n.
En tres meses se han registrado 90 muertes por la persecuci¨®n pol¨ªtica
El l¨ªder de la oposici¨®n tacha los comicios de ileg¨ªtimos
En Londres, invitado con motivo de su 90 aniversario, Mandela censur¨® el "tr¨¢gico fracaso de liderazgo" de Mugabe en Zimbabue, que escupe miseria y exiliados a toda la regi¨®n. Antes que ¨¦l se hab¨ªan pronunciado ya con palabras gruesas la gran mayor¨ªa de l¨ªderes africanos, pero el venerado l¨ªder surafricano callaba. La mayor¨ªa de expertos coinciden en que el silencio sobre temas de gobierno formaba parte del contrato no escrito firmado con su sucesor, Thabo Mbeki, quiz¨¢ el dirigente africano que m¨¢s connivencia ha mostrado con Mugabe. Pero el partido de ambos -el Congreso Nacional Africano- perdi¨® la paciencia y se adelant¨® en la censura a Mugabe, a la que ha acabado sum¨¢ndose Mandela.
La relaci¨®n entre los libertadores Mandela y Mugabe nunca fue f¨¢cil. El primero estuvo 27 a?os en la c¨¢rcel y el segundo, 11. Pero la lucha de Mandela se apoy¨® en el campo sovi¨¦tico, que en Zimbabue ten¨ªa como l¨ªder a Joshua Nkomo, el gran rival de Mugabe, que siempre mir¨® hacia China. Algunos bi¨®grafos -como la surafricana Heidi Holland- consideran que Mugabe, que hab¨ªa impulsado al inicio una pol¨ªtica de reconciliaci¨®n nacional, se torci¨® precisamente a principios de los a?os noventa, cuando Mandela sali¨® de la c¨¢rcel y le siguieron todos los focos que antes apuntaban al presidente de Zimbabue como gran referente del renacer africano.
La cascada de condenas no ha alterado los planes de Mugabe, dispuesto a forzar hoy un gran plebiscito en su favor pese a que el candidato de la oposici¨®n, Morgan Tsvangirai, que gan¨® la primera vuelta del 29 de marzo con el 47,9% de los votos frente al 43%, se ha retirado tras la ola de violencia alentada por el Estado. En tres meses se suman 90 muertes pol¨ªticas y 200.000 refugiados. Pese a que Tsvangirai se ha retirado, hoy se podr¨¢ encontrar su papeleta en los colegios y las milicias progubernamentales pasar¨¢n casa por casa amedrentando a los votantes.
El clima de violencia es tal que el propio Tsvangirai recomend¨® ayer a sus seguidores que voten si la presi¨®n de las milicias pone en riesgo sus vidas. "La participaci¨®n ser¨¢ masiva, pero no por voluntad del pueblo sino por el papel del Ej¨¦rcito, que obligan a la gente a votar", declar¨® ayer Tsvangirai, seg¨²n France Presse. "Todo el mundo sabe que los comicios son ileg¨ªtimos", a?adi¨®.
A diferencia de la primera vuelta, no habr¨¢ apenas observadores extranjeros ni prensa acreditada, con lo que nadie va a creer los datos oficiales. En muchas zonas rurales se ha expulsado con violencia a cualquier sospechoso de simpatizar con la oposici¨®n y decenas de l¨ªderes del Movimiento para el Cambio Democr¨¢tico (MDC, en ingl¨¦s) han sido encarcelados. Su secretario general, Tendai Biti, fue liberado ayer, pero sigue acusado de "traici¨®n" y se puede enfrentar por tanto a la pena de muerte por haber divulgado sus estimaciones de resultados tras la primera vuelta.
En el oeste del pa¨ªs, feudo de la oposici¨®n, la situaci¨®n es m¨¢s tranquila, aunque la gente tiene mucho miedo. "Puede pasar de todo, incluso una guerra", apunta un joven en Victoria Falls, una poblaci¨®n de 40.000 personas pegada a las famosas cataratas.
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