El timador, el rico y el primo
Un estafador, un millonario gracias a la loter¨ªa, un financiero en apuros y un primo de Rajoy compon¨ªan el grupo acusado de secuestrar al empresario Rafael ?vila
Un viejo estafador, un sobrino multimillonario, un empresario arruinado... y un primo de Mariano Rajoy, l¨ªder del PP. El grupo, aparentemente, no constituye ning¨²n peligro. Pero todos sus integrantes est¨¢n hoy entre rejas por el secuestro del empresario gaditano Rafael ?vila, de 45 a?os, que pas¨® dos semanas de calvario hasta que en el pasado d¨ªa 18 fue liberado por los GEO de la polic¨ªa en un chal¨¦ de Almonte (Huelva). El m¨®vil del secuestro era obtener un rescate de dos millones de euros, una cantidad inferior a los tres millones que uno de los supuestos implicados hab¨ªa ganado hace poco m¨¢s de un a?o en la loter¨ªa de Navidad.
?vila, asesor financiero y con intereses en el negocio vin¨ªcola, fue secuestrado el pasado d¨ªa 2 en Sanl¨²car de Barrameda (C¨¢diz). Al menos tres personas cayeron sobre ¨¦l y le obligaron a subir a una furgoneta blanca. Ese mismo d¨ªa, la familia recibi¨® tres llamadas en las que un comunicante an¨®nimo exig¨ªa 10 millones por la liberaci¨®n del reh¨¦n.
Un implicado se ocultaba bajo la identidad de su hermano muerto
Enviaron una prueba de vida: una foto del reh¨¦n con un peri¨®dico
Los ?vila presentaron pocas horas despu¨¦s la correspondiente denuncia ante la polic¨ªa. Y el caso salt¨® a la prensa regional. As¨ª fue como los delincuentes supieron que la familia del reh¨¦n hab¨ªa desobedecido sus instrucciones: "No avisen a la polic¨ªa", advirtieron. Si lo publicaban los peri¨®dicos de C¨¢diz, estaba claro que la polic¨ªa estaba al tanto del asunto. Y los secuestradores decidieron mantenerse en silencio para mostrar su enfado.
Un d¨ªa, dos d¨ªas, tres d¨ªas... Hasta una semana transcurri¨® sin que sonara el tel¨¦fono en casa de los ?vila. El Grupo de Secuestros y Extorsiones de la Unidad central contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) se temi¨® lo peor: que los secuestradores hubieran asesinado al reh¨¦n al ver que el negocio se les hab¨ªa complicado.
En pleno ataque de nervios de la familia y de la propia polic¨ªa, el tel¨¦fono volvi¨® a funcionar. Un individuo llam¨® a un amigo de Rafael ?vila para anunciarle que a partir de entonces ser¨ªa el buz¨®n, la correa de transmisi¨®n entre los delincuentes y la familia.
La polic¨ªa descubri¨® el canal de comunicaciones creado entre el amigo y el portavoz de los delincuentes. As¨ª fue como averigu¨® que ¨¦ste siempre llamaba desde cabinas p¨²blicas de Madrid para evitar que le pincharan el tel¨¦fono. Y, adem¨¢s, no utilizaba nunca la misma cabina. Unas veces lo hizo desde Aranjuez, otra vez desde Coslada, otra vez desde la Vaguada, otra vez desde la calle de M¨¦ndez ?lvaro... Tal estratagema oblig¨® a la UDEV a desplegar a decenas de polic¨ªas en coches camuflados con un ¨²nico objetivo: vigilar cabinas y observar qui¨¦n estaba utiliz¨¢ndolas en el momento justo en que se activase el m¨®vil del amigo de ?vila.
Un d¨ªa son¨® el m¨®vil del amigo de ?vila en el instante en que un hombre llamaba desde una cabina de la Puerta de Toledo (Madrid). Despu¨¦s, al colgar el auricular, el tipo subi¨® a un coche en el que le esperaba una mujer y ambos se encaminaron a un piso del n¨²mero 29 de la calle de Esteban Carro, en el distrito de Vallecas, seg¨²n vieron los polic¨ªas que les siguieron. Eran Miguel Rodr¨ªguez de Souza y su esposa.
Una consulta a las bases de datos permiti¨® a la polic¨ªa saber que Rodr¨ªguez de Souza hab¨ªa tenido negocios comunes con un tal Ra¨²l Brey Abalo -primo carnal de Mariano Rajoy- y con un tal Joaqu¨ªn Rodr¨ªguez Pueyo, entre otros. Los nombres no aportaban nada a las pesquisas.
Pero el seguimiento de esta pista dio resultado: Miguel Rodr¨ªguez de Souza llam¨® el pasado d¨ªa 16 a su hermano Luis Antonio sin saber que la polic¨ªa estaba escuchando la conversaci¨®n. Ambos hermanos, confiados, charlaron sobre la marcha del asunto, hasta el punto de que Luis Antonio, que tiene en Sanl¨²car de Barrameda una tienda de bisuter¨ªa en un local alquilado curiosamente a ?vila, bromea: "A ver si me van a secuestrar a m¨ª los moros..."
Y m¨¢s tarde, Miguel Rodr¨ªguez de Souza marca otro n¨²mero de tel¨¦fono y charla animadamente con otro hombre:
-"?Qu¨¦ tal va todo?", pregunta el llamado.
-"Bien. Todo muy bien. Te voy a poner una cosa para que lo oigas por ti mismo".
Los polic¨ªas que tienen pinchada la conversaci¨®n se quedan estupefactos cuando escuchan una grabaci¨®n en la que el mediador de la familia ?vila dice que ¨¦sta accede a pagar dos millones en billetes grandes.
El tel¨¦fono marcado por Rodr¨ªguez de Souza estaba a nombre de Joaqu¨ªn Rodr¨ªguez Pueyo, una identidad correspondiente a un hombre ya fallecido, tras la que se ocultaba su hermano Luis Miguel. ?Luis Miguel Rodr¨ªguez Pueyo! Un viejo conocido de la polic¨ªa, detenido varias veces por estafador y condenado en 1998 a un a?o de c¨¢rcel por el caso Arny (un local de Sevilla donde se prostitu¨ªan j¨®venes homosexuales).
Los hombres del Grupo de Secuestros y Extorsiones ten¨ªan ya una pista definitiva: tirando de ese hilo, desenmascararon a otro presunto implicado -el sevillano Manuel Ib¨¢?ez Ruiz, de 53 a?os- que estaba relacionado con Rodr¨ªguez Pueyo y que, a la vez, sol¨ªa visitar a la familia ?vila con la supuesta intenci¨®n de darle ¨¢nimo. Ib¨¢?ez, un financiero en apuros, juzgado y absuelto por el caso Arny, hab¨ªa entablado relaci¨®n con ?vila con el pretexto de hacer juntos un negocio con unas fincas, seg¨²n fuentes policiales.
Las pesquisas adquirieron una velocidad de v¨¦rtigo: apenas faltaban unas horas para que se cumpliera el plazo fijado por los secuestradores para el pago del rescate. Deprisa, deprisa. Con la investigaci¨®n a toda m¨¢quina, la Brigada Central de Delincuencia Especializada y Violenta logr¨® localizar d¨®nde estaba retenido el secuestrado: en el chal¨¦ El Retorno, sito en la carretera de Almonte a la aldea de El Roc¨ªo (Huelva).
Los geos asaltaron esa vivienda sobre las dos de la madrugada del pasado d¨ªa 18 y liberaron a ?vila, que estaba drogado y encadenado en una caballeriza. A la vez, fueron capturados sus guardianes: Jos¨¦ Antonio Gilez, de 24 a?os, y el sexagenario Ra¨²l Brey Abalo, primo de Mariano Rajoy, presidente del PP.
El nombre de Brey, due?o de otro piso en Sevilla, hab¨ªa salido en varias requisitorias por peque?os pufos. Sol¨ªa comprar y vender antig¨¹edades. Una biograf¨ªa muy diferente de las de sus hermanos (uno catedr¨¢tico, otro f¨ªsico e investigador y otro militar) y a la de su primo Mariano, registrador de la propiedad y l¨ªder del PP, con el que tiene poco trato. Pero no es la ¨²nica sorpresa de esta operaci¨®n: Luis Antonio Rodr¨ªguez de Souza es multimillonario. Result¨® agraciado con un premio de tres millones de euros en la loter¨ªa de la Navidad de 2006. ?Por qu¨¦ se enred¨® en un secuestro? Nadie sabe la respuesta.
"Tranquilo, Rafael, venimos de parte de Pablito"
Los agentes de la polic¨ªa encargados del caso pasaron muchas horas de angustia, sobre todo por el extra?o silencio de los secuestradores. Los polic¨ªas se tranquilizaron cuando los delincuentes hicieron llegar a la familia de la v¨ªctima una foto de Rafael ?vila sosteniendo en sus manos un peri¨®dico del d¨ªa anterior. Era la prueba de vida exigida por los negociadores para empezar a discutir el monto del rescate.?vila estaba vivo, pero sometido a unas terribles condiciones: narcotizado, mal alimentado, encadenado en un cobertizo de apenas unos metros cuadrados situado en la parte trasera del chal¨¦ de Ra¨²l Brey. ?ste y el joven Jos¨¦ Antonio Giles dorm¨ªan en la zona noble de la mansi¨®n, vigilada por tres fieros mastines y equipada de varias c¨¢maras de seguridad."Tranquilo, tranquilo, Rafael. Somos polic¨ªas. Venimos de parte de Pablito". ?vila se tranquiliz¨® al o¨ªr el nombre de su hijo. Pese a eso, era incapaz de controlar los nervios: lloraba sincopadamente.Un polic¨ªa cort¨® con una cizalla las esposas que le manten¨ªan los brazos sujetos a una pared. Pero ?vila, como zombi, estaba absorto, empecinado en arrancarse la argolla que qued¨® enroscada en una de sus mu?ecas. "Tranquilo, Rafael. Vamos a hablar con tu hermano... y luego nos vamos a emborrachar", le grit¨® Carlos, uno de los agentes del Grupo de Secuestros, para insuflarle ¨¢nimos. Alberto, el jefe del grupo, y Ferm¨ªn, otro de inspector, le abrazaron.Un minuto antes, Rafael ?vila hab¨ªa o¨ªdo un estruendo, una explosi¨®n en mitad de la noche, y pens¨® que hab¨ªa llegado su ¨²ltimo d¨ªa. Pero no. Quien lleg¨® fue un tipo enorme, con un casco enorme en la cabeza y con un fusil enorme en sus manos. Era un geo de la polic¨ªa: el Gigante, como el empresario llama al primer hombre que vio al recobrar la libertad.
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