Un nuevo tenis sobre hierba
Los t¨¦cnicos de Federer reflexionan acerca de c¨®mo ha cambiado el juego y las "buenas oportunidades" de Nadal en el torneo
Hay contratos que son condenas silenciosas. Rafael Nadal juega en Wimbledon rodeado de murmullos. "?Es ¨¦ste el hombre que terminar¨¢ con los cinco a?os de reinado de Roger Federer?", se preguntan la prensa y el gent¨ªo. La cuesti¨®n no encuentra respuesta en el grupo de trabajo del tenista suizo. A unos se lo proh¨ªbe un contrato. A otros, el meticuloso trabajo de control del agente del n¨²mero uno. Es la ley del silencio de Federer, rota gracias al m¨¦todo del espejo por los tres que han dado cuerpo a su carrera. Ninguno habla de Federer. Y todos acaban haci¨¦ndolo por contraste cuando reflexionan sobre su gran rival, Nadal. El manacorense juega hoy contra el peligros¨ªsimo ruso Mijail Yuzhny.
"El c¨¦sped es m¨¢s lento y el bote m¨¢s limpio. Eso permite jugar m¨¢s desde atr¨¢s"
Especial: Wimbledon 2008 |
"El juego en hierba est¨¢ cambiando porque las pelotas son mucho m¨¢s pesadas y el c¨¦sped es m¨¢s lento. Tambi¨¦n, porque las canchas son mejores y permiten un bote mucho m¨¢s limpio. Eso hace que se pueda jugar m¨¢s desde atr¨¢s, que se vean m¨¢s peloteos y un muy buen tenis", reflexiona Pepe Higueras, el t¨¦cnico de Federer, mientras se mueve entre la multitud. "Esto favorece al jugador que es contragolpeador y que juega m¨¢s desde atr¨¢s. Obviamente, si el tiempo es bueno, favorecer¨¢ a jugadores como Nadal. El a?o que Jim Courier lleg¨® a la final aqu¨ª, no llovi¨® ni un d¨ªa. Era casi casi tierra. Cuanto m¨¢s seca est¨¢ la hierba, m¨¢s alto y mejor es el bote de la bola. Con este buen tiempo que hace, el torneo est¨¢ siendo incre¨ªble". No ha llovido m¨¢s que un d¨ªa en Wimbledon. Lucen rojas las coronillas de los jueces de l¨ªnea. Quema el sol la hierba y con ello se frena el juego. Todo eso deja pensativo a Higueras, el especialista en arcilla de la cabellera plateada. El espa?ol mide sus palabras. Y, aun as¨ª, sus frases son silencios estruendosos sobre el juego del suizo. Con estas condiciones, ?se puede jugar en Wimbledon con el estilo de saque-red? "Hay que ser m¨¢s selectivo", contesta; "cada vez es m¨¢s dif¨ªcil ser consistente haciendo eso". Y Federer aparte, ?qui¨¦n le est¨¢ gustando? "Rafa es el que m¨¢s ha mejorado", dice; "es algo que yo hace dos a?os no pensaba, pero tiene buenas oportunidades de ganar este torneo".
Se marcha Higueras pensativo y casi se cruza con una leyenda. Tony Roche, ganador de 13 t¨ªtulos del Grand Slam, doce como doblista, avanza con paso inseguro por el Aorangi Park. Un aura misteriosa rodea a Roche, el genio australiano de Wagga Wagga. Su carrera como jugador fue prolongada por un sanador filipino que consigui¨® arreglar lo que la medicina no hab¨ªa podido: su hombro y su codo maltrechos. Desde entonces se gan¨® fama de hombre inaccesible y maestro de la t¨¢ctica. El suyo es un caso de puro cortejo. Rozando los 60 a?os, Roche declin¨® entrenar a Federer. La reacci¨®n del n¨²mero uno fue inmediata: sacrific¨® las Navidades de 2005 para viajar a Australia y convencerle de que lo hiciera. Los resultados les avalaron tanto como los fracasos que siguieron a su ruptura. Ahora, Roche ni siquiera valora al suizo como favorito para el t¨ªtulo. "Colega", dice con su voz cascada, "Nadal es el jugador al que m¨¢s hay que vigilar".
?Y Peter Lundgren, el t¨¦cnico con el que Federer alcanz¨® sus primeros ¨¦xitos? Queda la misma tripa bamboleante y el mismo car¨¢cter abierto. La rubia melena es hoy un estropajo gris al servicio del chipriota Marcos Baghdatis. Y la fe ciega en el suizo ha desaparecido. "Los candidatos a la final", dice, siempre seguido por una c¨¢mara, "son Nadal o Murray en un lado del cuadro y Roger, Safin o Marcos en el otro. ?sos son los chicos que destacan ahora mismo comparados con los dem¨¢s. Me parece que Roger est¨¢ jugando s¨®lido. Tiene buena pinta... Pero pienso que Nadal lo puede hacer muy bien en Wimbledon. Cada vez le veo m¨¢s fuerte en esta superficie".
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