La notificaci¨®n de las enfermedades profesionales cay¨® un 57% en 2007
Los sindicatos atribuyen el descenso al papel "fiscalizador" de las mutuas
La notificaci¨®n oficial de los casos de enfermedades profesionales cay¨® un 56,7% el a?o pasado en el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n la estad¨ªstica del Instituto vasco de Salud-Osalan, a pesar de que el mecanismo de notificaci¨®n fue reformado para toda Espa?a en 2006, precisamente para que aflorasen ese tipo de dolencias.
El objetivo de la reforma legal y su resultado van por caminos opuestos
La notificaci¨®n oficial de los casos de enfermedades profesionales cay¨® un 56,7% el a?o pasado en el Pa¨ªs Vasco, seg¨²n la estad¨ªstica del Instituto vasco de Salud-Osalan, a pesar de que el mecanismo de notificaci¨®n fue reformado para toda Espa?a en 2006, precisamente para que aflorasen ese tipo de dolencias. Si en 2006 Euskadi registr¨® un total de 2.983 casos de enfermedades vinculadas al puesto de trabajo, el pasado ejercicio ese n¨²mero descendi¨® hasta 1.291. Los principales sindicatos atribuyen esa bajada al papel "fiscalizador" de las mutuas al considerar como enfermedad profesional la dolencia que sufre un trabajador.
Las centrales apuntan que "ni las empresas, ni las mutuas est¨¢n interesadas en que salgan a la luz este tipo de enfermedades, entre otras razones por los costes econ¨®micos que se derivan de su certificaci¨®n".
El objetivo de la reforma legal y su resultado caminan en direcciones opuestas. El decreto 1.299 de 10 de noviembre de 2006, que entr¨® en vigor el 1 de enero del a?o pasado, naci¨® fruto de un pacto entre sindicatos, patronales y Gobierno central para ampliar el cuadro de enfermedades del trabajo y agilizar el sistema de su notificaci¨®n. Ya no iba a ser el empresario el encargado de notificar la enfermedad profesional a la Seguridad Social, sino las mutuas.
Curiosamente el mismo a?o en que la reforma entra en vigor la notificaci¨®n de esas enfermedades cay¨® por vez primera m¨¢s del 50%. No existe ning¨²n precedente similar en la historia del registro de las enfermedades laborales. Las mutuas, sin embargo, sostienen que sus cuadros m¨¦dicos "se limitan a aplicar el decreto con profesionalidad".
Hace ahora cuatro a?os, CCOO recibi¨® un galard¨®n europeo tras lograr incluir la hipoacusia, un tipo de sordera asociada al ruido, como enfermedad profesional leve. Ese a?o los casos de enfermedades leves pasaron s¨®lo en Euskadi de 475 a 2.143.
Sin embargo en 2007 bajaron las notificaciones del total de las enfermedades en las tres provincias. En Guip¨²zcoa, los casos declarados pasaron de 1.277 casos en 2006 a s¨®lo 489 el pasado ejercicio. En cambio, entre enero y abril de 2008 ya se hab¨ªan notificado 420 casos. El porcentaje resulta similar en las otras dos provincias. En ?lava las enfermedades profesionales bajaron de 328 a 170, y en Vizcaya de 1.378 a 632 en el mismo periodo. Las que no requirieron baja representan el 45% de las totales. En 2006 y 2007 ning¨²n trabajador falleci¨® por enfermedad profesional.
La Seguridad Social revisa los informes de las entidades
El Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se halla inmerso en un proceso de estudio de los dict¨¢menes de las mutuas sobre las enfermedades profesionales con el objetivo de dilucidar si el descenso de notificaciones de las mismas se debe a un exceso de celo de las entidades colaboradoras. De hecho, fuentes del sindicato UGT sostienen que ese fen¨®meno se est¨¢ produciendo en toda Espa?a, y que las rectificaciones del INSS con respecto a las notificaciones iniciales de las mutuas rondan ya el 40%. Es decir, la Seguridad Social est¨¢ declarando como enfermedades de origen profesional dolencias que las mutuas consideran contingencias comunes.
Las mutuas son entidades sin ¨¢nimo de lucro que viven de gestionar los fondos que le da la Seguridad Social en funci¨®n del n¨²mero de empresas que contratan sus servicios. Tambi¨¦n asumen los costes derivados de las enfermedades profesionales, si los tienen que declarar. Sin embargo, pese a que estas entidades sobreviven gracias a fondos p¨²blicos, son las empresas las que deciden su contrataci¨®n. En la mayor¨ªa de las ocasiones, la plantilla de empleados no participa en esa elecci¨®n.
Para los sindicatos la lenta evoluci¨®n de las enfermedades profesionales tiene m¨¢s de un culpable. Las centrales coinciden en que los servicios de prevenci¨®n han colaborado en el ocultamiento sistem¨¢tico de este tipo de dolencias, permitiendo que las evaluaciones de riesgos se hagan superficialmente y sin un seguimiento espec¨ªfico. "Los an¨¢lisis se han hecho como simples reconocimientos m¨¦dicos y no han sido en ning¨²n caso aut¨¦nticos controles en funci¨®n de los riesgos a los que se est¨¢ expuesto el trabajador en cada caso", critican.
A ello se suma la dificultad en algunos casos para catalogar los problemas m¨²sculo-esquel¨¦ticos, que suponen el 82% de las enfermedades profesionales, como una patolog¨ªa ligada al puesto de trabajo.
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