San Sebasti¨¢n inicia en pleno centro su ¨²ltima gran reforma urbana

La ordenaci¨®n del cerro de San Bartolom¨¦, en pleno coraz¨®n de San Sebasti¨¢n, es la ¨²ltima gran operaci¨®n urban¨ªstica que tiene pendiente la capital guipuzcoana. Este espacio tan peculiar, elevado sobre un promontorio que rompe la trama plana sobre la que se despliega el ensanche de Cort¨¢zar, supone una tribuna privilegiada desde la que se divisa el mar y se domina el centro de la ciudad.

La ordenaci¨®n del cerro de San Bartolom¨¦, en pleno coraz¨®n de San Sebasti¨¢n, es la ¨²ltima gran operaci¨®n urban¨ªstica que tiene pendiente la capital guipuzcoana. Este espacio tan peculiar, elevado sobre un promontorio que rompe la trama plana sobre la que se despliega el ensanche de Cort¨¢zar, supone una tribuna privilegiada desde la que se divisa el mar y se domina el centro de la ciudad. El Ayuntamiento acomete ahora, despu¨¦s de dos d¨¦cadas de estudios y pol¨¦micas, la transformaci¨®n total del cerro: la actual situaci¨®n de obsolescencia y deterioro general dar¨¢ paso a un ¨¢rea residencial integrada en su entorno.

El proyecto de rehabilitaci¨®n del cerro de San Bartolom¨¦ se puso en marcha en 1988 e inclu¨ªa desmontar parte del cerro, suprimir el actual muro de la calle Easo y construir 500 pisos. Aquella operaci¨®n suscit¨® un fuerte rechazo ciudadano. A la oposici¨®n se sumaron desde amas de casa y vecinos a un grupo de arquitectos, artistas e intelectuales, entre ellos el profesor Miguel Garay, el escultor Eduardo Chillida, ya fallecido, o el fil¨®sofo Fernando Savater. Recurrieron los planes municipales ante los tribunales, que les dieron la raz¨®n. Primero fue el Tribunal Superior vasco en una sentencia de 2001 y, tres a?os despu¨¦s, el Supremo, que ratific¨® la anulaci¨®n del expediente urban¨ªstico.

Estos pronunciamientos judiciales obligaron a preservar los elementos sustanciales del entorno: el cerro y el muro, el convento de San Bartolom¨¦ y la antigua Casa de Ba?os. La necesaria readaptaci¨®n del proyecto al contenido de las sentencias inspir¨® un nuevo expediente que fue aprobado por el consistorio en noviembre de 2005 con los votos del PSE, EB y el PNV. El esquema sancionado permite actuar sobre una superficie de 53.546 metros cuadrados, donde se construir¨¢n 531 viviendas libres -el mayor desarrollo de este tipo en el centro donostiarra- tras derribar 161 que se encuentran en un estado de conservaci¨®n deficiente.

El nuevo desarrollo comprende la creaci¨®n de un vial que arrancar¨¢ desde la actual calle Larramendi y ascender¨¢ por el sur hasta juntarse con la cuesta de Aldapeta. Para mejorar la accesibilidad a la parte superior, se proyecta un ascensor y una escalera mec¨¢nica.

El principal escollo, seg¨²n explica Mart¨ªn Arregui, arquitecto y director gerente de la promoci¨®n, supondr¨¢ el realojo de 174 familias, a las que se ha ofrecido "una vivienda nueva con la misma superficie habitable". Cerca de una treintena de afectados no han firmado a¨²n su traslado forzoso, al discrepar de las condiciones que plantea el consistorio.

Arregui conf¨ªa en cerrar los acuerdos durante este a?o, iniciar entonces el realojo transitorio y, acto seguido, comenzar la fase final: el derribo de los edificios que quedan fuera de la ordenaci¨®n y la construcci¨®n de los nuevos equipamientos.

Antes de abordar cualquier intervenci¨®n, se hicieron catas y excavaciones arqueol¨®gicas que permitieron hallar restos de un convento barroco de comienzos del XVIII. Las piezas de siller¨ªa encontradas se desmontar¨¢n y quedar¨¢n expuestas en la futura plaza principal.

Las obras ya han comenzado con la ejecuci¨®n de un vial provisional para dar acceso al colegio Compa?¨ªa de Mar¨ªa. Todo el entramado urbano, que "pondr¨¢ en valor el barrio de Amara Viejo", seg¨²n Arregui, supondr¨¢ unos siete a?os de trabajo. La previsi¨®n es que el cerro de San Bartolom¨¦, al que se le ados¨® el muro a finales del XIX, est¨¦ rematado en el a?o 2015.