42.000 a?os por 17 l¨ªneas

Eduardo Garc¨ªa Pe?a ha demostrado ser un buen abogado. Consigui¨® la absoluci¨®n de los hermanos Brahim y Mohamed Moussaten, sobrinos de Youssef Belhadj, y ahora se ha hecho cargo de la defensa de Jamal Zougam, condenado a 42.000 a?os de c¨¢rcel como autor material de los atentados. Zougam renunci¨® a su anterior abogado -inspirador de artificiosas triqui?uelas, como la del famoso programador de lavadoras al que convirti¨® en el segurtasun tenporizadorea, un temporizador de bombas fabricado por ETA, y que defend¨ªa la participaci¨®n de la banda terrorista en los atentados- y fich¨® a Garc¨ªa Pe?a.

Su recurso, basado en exprimir los puntos flacos de la sentencia desde el punto de vista jur¨ªdico, es magn¨ªfico y tiene alguna posibilidad de prosperar, al menos en parte. El letrado sostiene que los testigos que vieron en los trenes a Zougam s¨®lo pudieron identificarle porque su foto hab¨ªa sido ampliamente difundida por la polic¨ªa y los medios de comunicaci¨®n.

El recurso pasa por alto que los tel¨¦fonos utilizados por los terroristas salieron de la tienda de Zougam, o que uno de los testigos identific¨® al condenado antes de que la foto fuera publicada en la prensa o emitida por la televisi¨®n. Sin embargo, Garc¨ªa Pe?a desmenuz¨® las contradicciones existentes en las declaraciones de dos de las testigos y se?al¨® que los reconocimientos en rueda no se hicieron con todas las garant¨ªas procesales, puesto que los cinco que acompa?aban a Zougam ten¨ªan muy poco pelo, mientras que el yihadista ten¨ªa una frondosa melena que casi le llegaba a los hombros, por lo que era f¨¢cilmente identificable.

El letrado afirm¨® que el tribunal deb¨ªa considerar que los reconocimientos de los testigos eran d¨¦biles, porque a?adi¨® 17 l¨ªneas de indicios que han servido para condenarle a 42.000 a?os. Pues bien, Garc¨ªa Pe?a alega que esos indicios son irrelevantes y que el tribunal parte de premisas falsas y no razona por qu¨¦ esos indicios son importantes.