La ni?a que pintaba como Pollock
Afinales de 2003, Marla Omstead vendi¨® su primer cuadro por 250 d¨®lares en una exposici¨®n que le organiz¨® un peque?o caf¨¦ en Binghamton, el peque?o pueblo del Estado de Nueva York donde naci¨®. En octubre de 2004 estaba vendiendo sus trabajos a un promedio de 15.000 d¨®lares, con listas de espera de hasta 70 coleccionistas de todo el mundo, y a inicios del a?o siguiente no consigui¨® vender ninguno. Los datos indican el vertiginoso ascenso y precipitada ca¨ªda de una artista en el competitivo mundo del arte moderno, pero el verdadero dato importante de la historia es que la cotizada pintora ten¨ªa entonces cuatro a?os. Su historia, a la postre espeluznante, fue recogida en Marla, un prodigio del arte, documental del joven realizador Amir Bar-Lev que deb¨ªa haber sido el registro de las vivencias de una ni?a prodigio y en el camino se convirti¨® en una comedia bufa sobre el sospechoso valor del arte moderno, sobre lo nefasto que puede ser el circo medi¨¢tico y, sobre todo, en el testimonio de c¨®mo se derrumba una familia completa cuando entra al tentador juego de la fama y el dinero f¨¢cil. El documental gener¨® serios debates en los festivales de Toronto y Sundance, donde lleg¨® triunfal.
El galerista Anthony Brunelli fue el que coloc¨® los cuadros de la "peque?a Jackson Pollock" en las rutas adecuadas del mercado y el detonante, un art¨ªculo de la periodista Elizabeth Cohen para el peque?o peri¨®dico Press & Sun Bulletin que, en apenas una semana, encontr¨® su eco y resonancia nacional en las p¨¢ginas de The New York Times. De ah¨ª, a todo el mundo. Cuando el reputado programa de gran audiencia 60 minutos de la CBS pidi¨® colocar c¨¢maras para grabar el proceso de la ni?a pintando uno de sus pollocks como parte del reportaje que preparaban, los Omstead pensaron que se trataba de otro programa para exaltar las dotes geniales de su peque?a picasso. Se emiti¨® el 23 de febrero de 2005, a dos semanas de la inauguraci¨®n de una importante exposici¨®n de Marla en la galer¨ªa Stuart, de Los ?ngeles, pero lejos de la complacencia, se dedicaba a demostrar que lo de Marla era una farsa, contando principalmente con el testimonio de Ellen Winner, una psic¨®loga experta en ni?os superdotados, que aseguraba que la ni?a no pudo pintar esas obras sin ayuda, comparando las debilidades pict¨®ricas del cuadro hecho ante las c¨¢maras y las maravillas que hac¨ªa cuando no era grabada. Las acusaciones de que su padre, un pintor aficionado que trabajaba en el turno nocturno de una f¨¢brica de patatas, era el verdadero autor, fueron el gran titular del d¨ªa siguiente. Todo se derrumb¨® y las ventas se paralizaron. Los padres lucharon por desmentir al programa, contraatacando con otro v¨ªdeo sin cortes de Marla pintando un nuevo cuadro. Pero ya no ten¨ªan credibilidad y en Internet no dejaban de lloverles mensajes tan pintorescos como "reservad parte del dinero para la terapia que necesitar¨¢ vuestra hija, monstruos" o "encontrar¨¦is vuestro huequecillo en el infierno". Bar-Lev, que no parec¨ªa preparado para el giro que daba su documental, tambi¨¦n duda y emprende su propia cruzada para que le demuestren que Marla no es un fraude y hace una grabaci¨®n de la ni?a en su proceso (en el que la peque?a le dice al padre en un par de oportunidades: "Pinta, que ahora te toca a ti") y encuentra que el resultado es inferior a los que no han sido grabados, cerrando su pel¨ªcula con una ¨²ltima y demoledora entrevista en la que la madre se derrumba. Como documental, Marla, un prodigio del arte, es irregular, especialmente porque Bar-Lev termina cobrando un excesivo e innecesario protagonismo, pero en realidad lo importante de la historia es su terrible moraleja, su lectura de fondo sobre el poder de los medios, la fragilidad del valor del arte moderno y, como dicen en el mismo documental, la constataci¨®n de "la borrosa frontera que hay entre un prodigio y un bicho raro". Y es que, al final, Marla no era m¨¢s que una ni?a normal a la que le gustaba pintar.
Marla, un prodigio del arte ha sido editado por Sony. Contenidos adicionales: un coloquio en el estreno en el Festival Sundance y escenas eliminadas.
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