La conquista de Albi¨®n
Un viejo chiste ingl¨¦s dice: ?cu¨¢l es la diferencia entre un accidente y una cat¨¢strofe? Accidente es que un ferry lleno de franceses se hunda en el canal. Cat¨¢strofe, que sepan nadar. De forma nada sutil ilustra las poco cari?osas relaciones de los habitantes de estos dos pa¨ªses separados s¨®lo por un brazo de mar de 34 kil¨®metros en su parte m¨¢s angosta, que han hecho de la rivalidad un arte.
Pero desde el advenimiento del rock and roll a nivel de m¨²sica popular las islas llevaban la delantera. Basta decir que el gran icono del rock franc¨¦s, el parisiense Jean-Philippe L¨¦o Smet, se puso de nombre art¨ªstico Johnny Hallyday. Los triunfos galos fueron p¨ªrricos: ganar para la rep¨²blica a una belleza veintea?era llamada Jane Birkin, gracias a Gainsbourg. O que Scott Walker, un cantante estadounidense para jovencitas de conflictiva personalidad, tuviera una epifan¨ªa despu¨¦s de que una conejita playboy le hiciera escuchar durante una visita a Londres en 1962 la obra completa de Jacques Brel (que era belga, pero para lo que nos ocupa cuenta como franc¨®fono). Y eso dio lugar a una de las carreras m¨¢s exc¨¦ntricas y magn¨ªficas de los ¨²ltimos 40 a?os.
De hecho, dentro de la chanson ha sido Brel el gran infiltrado de la cultura francesa. Y la referencia obligada de cualquier m¨²sico brit¨¢nico que quisiera presumir de falta de prejuicios. Morrissey, por ejemplo, le nombra entre sus influencias. Y ha alcanzado a la nueva generaci¨®n: cuando, este a?o, Alex Turner, cantante de Arctic Monkeys, public¨® un ¨¢lbum ¨¦pico y orquestal como The Last Shadow Puppets, la cr¨ªtica lo compar¨® con Scott Walker y Jacques Brel. Son peque?as excepciones. En general, como en el resto de Europa, la m¨²sica francesa iba al rebufo de las modas brit¨¢nicas.
Hasta que lleg¨® Daft Punk, d¨²o formado por Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, dos parisienses que ocultos tras cascos futuristas conquistaron las pistas del Reino Unido con un sonido que combinaba lo carnal de James Brown con la electr¨®nica de Aphex Twin. En su equipo de management aprendieron a hacerse un sitio en el Reino Unido Pedro Winter y Guy Loa?c, que hoy llevan dos sellos desde Par¨ªs; Ed Banger y Kitsune, respectivamente. "Lo que Daft Punk hizo hace 10 a?os fue una revoluci¨®n. Llevaron la m¨²sica electr¨®nica a las grandes emisoras y a la MTV. Ahora, para Ed Banger las puertas est¨¢n abiertas", dice Winter desde su oficina de Par¨ªs.
"Lo que pasa es que somos libres. Los brit¨¢nicos o los alemanes que hacen electr¨®nica est¨¢n muy encorsetados por sus propios complejos. Nosotros lo mezclamos con rock o lo que sea y eso marca la diferencia", aventura Winter, al que el muy brit¨¢nico diario The Guardian rend¨ªa tributo: "Su apocal¨ªptico sonido ha llevado la escena brit¨¢nica de clubes a un nuevo estadio", dec¨ªa.
Es lo que se llama el french touch, una desprejuiciada mezcla de elementos que ha llegado al culmen con Justice, otro d¨²o electr¨®nico que ha colocado 60.000 copias de su ¨²nico ¨¢lbum en el Reino Unido: "La mayor¨ªa de la gente no sabe de d¨®nde somos. Muchas veces nos hablan en ingl¨¦s, cuando les decimos que somos franceses alucinan. Nos pasa incluso en Par¨ªs", dice Xavier de Mosnair, uno de sus miembros. "Nuestra m¨²sica no se puede localizar en un lugar y eso hace que sea f¨¢cil. Pero para alguien que mantenga las se?as de identidad francesas no creo que sea tan sencillo", dice en un ingl¨¦s bastante poco fluido.
La realidad es que de la rivalidad se ha pasado a la simbiosis. El sello Kitsune, moderno cazador de tendencias y prescriptor de lo que se va a llevar. Ha dado el paso m¨¢s all¨¢: no es que venda grupos franceses a Gran Breta?a, es que en su n¨®mina se encuentran ya grupos brit¨¢nicos como The Cazals. "Los sellos franceses respetan la idea del artista. En el Reino Unido todo gira alrededor del dinero r¨¢pido", dice Daniel, guitarrista de la banda. Y, para no ser menos, una discogr¨¢fica londinense de parecido esp¨ªritu, Merok Records, ha fichado a The Teenagers, un tr¨ªo parisiense que se ha hecho un sitio en las islas. "Siempre ha existido una lucha, s¨ª. Pero yo lo veo como algo hist¨®rico. Y en la m¨²sica afect¨® a la generaci¨®n francesa e inglesa anterior, no a la nuestra", explica Quentin, uno de sus componentes.
"Es un poco m¨¢s complicado para las bandas de pop. Pero parece que tienen un p¨²blico, est¨¢n participando en un mont¨®n de grandes festivales. Aunque hay mucha m¨¢s competencia", reconoce Winter. Claro que Teenagers cantan en ingl¨¦s. Ese parece ser el m¨¦todo con el nuevo pop franc¨¦s intenta conquistar el Reino Unido, prescindiendo de su idioma. Sin ninguna verg¨²enza: su nueva estrella exportable, Sebastian Tellier, un protegido de Daft Punk, ha representado a Francia en Eurovisi¨®n con una canci¨®n en ingl¨¦s. -
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