Ellos tambi¨¦n paren. O casi

Ellos tambi¨¦n paren. O casi. En el a?o 2000 se descubri¨® que en los hombres que conviven con mujeres embarazadas tambi¨¦n aumentan hormonas como la oxitocina y la prolactina a medida que progresa el embarazo hasta alcanzar un 20% de media en las semanas anteriores al parto. Es m¨¢s, da igual si ¨¦l no es el padre de la criatura: tambi¨¦n le pasar¨¢. Las hormonas ayudan al hombre a querer al beb¨¦, lo que casa muy bien con lo que los expertos ven en la cl¨ªnica. "Ellos se apegan pr¨¢cticamente igual a los beb¨¦s", dice Ibone Olza. "Hay cosas, como la lactancia, que s¨®lo la madre puede hacer, pero los pap¨¢s tambi¨¦n segregan oxitocina cuando se ponen encima a los beb¨¦s, y su cerebro tambi¨¦n cambia. Hay que animar a los pap¨¢s a que cojan y acaricien a los beb¨¦s".

Este descubrimiento llega cuando en las sociedades occidentales el rol masculino en la familia tiende a cambiar, con padres que quieren pasar m¨¢s tiempo con sus hijos y que incluso comparten la baja maternal. Si la biolog¨ªa masculina siempre ha preparado al hombre para ello, ?por qu¨¦ ha tardado tanto en manifestarse? Una de las posibles respuestas es que se trata de un cambio paralelo al otro gran cambio social reciente, la incorporaci¨®n de la mujer al trabajo.

Pero para el soci¨®logo de la Universidad Aut¨®noma de Madrid Gerardo Meil, que ha estudiado el uso social de los permisos parentales, son m¨¢s importantes otros factores, como que ahora se tienen menos hijos. "Algunos padres han interiorizado el cuidado de los hijos y lo ven como parte de su realizaci¨®n personal. Saben que es una oportunidad en la vida que no se quieren perder, y est¨¢n dispuestos a aparcar su vida laboral por ello. Lo que hemos visto es que el discurso de los hombres de construcci¨®n del v¨ªnculo no es muy distinto del de las mujeres".