El front¨®n m¨¢s antiguo es una ruina
Los vecinos denuncian que el Beti Jai, bien protegido, se cae a trozos
"Ahora no hay nadie. Pero hace unos d¨ªas estaba lleno de chicos de ¨¦sos", dice un hombre de unos cincuenta a?os con acento del Este y aire despreocupado. Est¨¢ sentado en una mesa destartalada y muerde un palillo. Es el vigilante que la propiedad del Beti Jai ("siempre fiesta" en euskera), el front¨®n m¨¢s antiguo de Madrid (1893), ha contratado para evitar que entren okupas. Hasta hace unos 15 d¨ªas y durante m¨¢s de un a?o, un grupo de personas se hab¨ªa apropiado del ajado front¨®n. Prueba de ello son dos camisas que a¨²n cuelgan de una cuerda y un par de botas viejas tiradas en el segundo piso del grader¨ªo, junto a restos de fogatas.
"La empresa debe garantizar la seguridad", dicen en la alcald¨ªa
El vigilante parece aburrido frente a la p¨¢gina de sudokus de un viejo peri¨®dico. "Ahora vienen dos obreros para arreglar esto". Y ya. No hay quien consiga sacarle una palabra de m¨¢s a este celoso cuidador del ruinoso edificio situado en la calle del Marqu¨¦s de Riscal, n¨²mero 7. Igual que a la propiedad, Aguirene, que tampoco hace declaraciones sobre el futuro del centro deportivo.
Pero los vecinos no callan. Han denunciado en repetidas ocasiones el estado ruinoso del inmueble. "Los andamios tienen 30 a?os, igual que la cubierta, que se est¨¢ cayendo a pedazos. La estructura del andamio ocupa la acera y est¨¢ en malas condiciones. Hay boquetes en el muro por donde entran vagabundos. Es una pena", explica ?ngeles Ybarra, presidenta de la comunidad de vecinos de la finca colindante. "Hace unas semanas hab¨ªa okupas que hac¨ªan fuegos en el grader¨ªo, y es un peligro. Han tenido que venir los bomberos en dos ocasiones", a?ade Ybarra, que asegura que "los okupas ten¨ªan hasta una llave". Por eso, y porque quieren ver renacer el desvencijado edificio, han denunciado ante el Ayuntamiento la situaci¨®n del front¨®n.
El Ayuntamiento, por su parte, ha ordenado a la propiedad que adecente el edificio. "Que mantengan el inmueble para evitar afecciones progresivas de la estructura y garantizar la seguridad constructiva del edificio", asegura un portavoz municipal.
Por eso, dos trabajadores con marcado acento rumano pasean por la inestable cubierta del front¨®n cargando con sacos de cemento. "Refuerzan las partes m¨¢s d¨¦biles, pero esto es s¨®lo un parche", cuenta Carmen S¨¢nchez Carazo, concejal socialista del distrito de Chamber¨ª, donde se ubica la instalaci¨®n.
El portavoz del PSOE municipal, David Lucas, alert¨® sobre "el malestar que los vecinos llevan sufriendo una d¨¦cada. Ha habido okupas, gente pernoctando en p¨¦simas condiciones, y desde el Ayuntamiento no se hace nada para solucionar el problema".
El front¨®n Beti Jai est¨¢ calificado como Bien de Inter¨¦s Cultural (BIC) y goza del mayor grado de protecci¨®n urban¨ªstica. Cuenta con restos de estilo neomud¨¦jar, de moda en el siglo XIX. A¨²n se pueden distinguir la gastada planta de la pista y un esbozo del grader¨ªo. Lo rodean cuatro plantas de balcones cosidos con una barandilla ornamental de gran vistosidad, pero mustia. La instalaci¨®n est¨¢ culminada con una cubierta de ladrillo rojo que descansa sobre vigas de madera.
Lucas insiste en su argumentaci¨®n y critica "la dejadez del gobierno municipal por la recuperaci¨®n del patrimonio hist¨®rico municipal como el Beti Jai, que es una referencia de la sociedad del siglo XIX". El portavoz socialista reclam¨® "al Ayuntamiento y a la Comunidad que se pongan manos a la obra para recuperar este s¨ªmbolo arquitect¨®nico".
El front¨®n fue erigido en 1893 por el arquitecto Joaqu¨ªn Rucoba. Los jugadores practicaron el juego de la pelota hasta 1919. Durante la Guerra Civil, el edificio se convirti¨® en una comisar¨ªa de polic¨ªa y en reducto de ensayo para las bandas de m¨²sica de la Falange.
En la ¨¦poca del desarrollismo, en los a?os cincuenta y sesenta, fue utilizado como taller de reparaci¨®n de Citro?n. En 1998, la compa?¨ªa de automoci¨®n francesa vendi¨® el edificio a un grupo de empresarios vascos que pretend¨ªan recuperar el deporte de la pelota en Madrid. Pero pronto surgieron nuevas oportunidades. Intentaron recalificar el edificio para convertirlo en un hotel de lujo. El proyecto fue elaborado por el prestigioso arquitecto Rafael Moneo. Pero el ¨®rgano colegiado que ten¨ªa que aprobar el proyecto concluy¨® que "el plan no se ajustaba a los requisitos de protecci¨®n m¨ªnima que deben guarecer el recinto".
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