B¨¦lgica se prepara para ser un Estado confederal
El rey estudia si acepta la dimisi¨®n del primer ministro
Los belgas saltaron ayer de la cama y se encontraron al borde del abismo tras la dimisi¨®n mientras dorm¨ªan del primer ministro, Yves Leterme, por las "irreconciliables" diferencias entre los pol¨ªticos flamencos y valones (franc¨®fonos) sobre la descentralizaci¨®n del Estado que lideran los flamencos.
Leterme, democristiano flamenco, se rindi¨® diciendo que la crisis prueba que es "esencial" la reforma del Estado. Sus correligionarios hablan de que la soluci¨®n es el confederalismo: flamencos y valones viviendo bajo el mismo techo de B¨¦lgica, con un m¨ªnimo de atribuciones del Gobierno central. El viceprimer ministro, Didier Reynders, liberal franc¨®fono, les secunda y asegura que "confederalismo es s¨®lo cuesti¨®n de intensidad; hay que dar m¨¢s competencias a las regiones". Seg¨²n ¨¦l, B¨¦lgica no se partir¨¢.
Mientras el rey Alberto II decide si acepta o no la renuncia de Leterme, la clase pol¨ªtica busca una soluci¨®n de emergencia para evitar elecciones, ganar tiempo e intentar que el Gobierno siga funcionando, al menos, hasta las elecciones regionales y europeas de junio de 2009.
Que la de ayer fuera la tercera vez que Leterme arroja la toalla (antes lo hizo en agosto y diciembre de 2007) despu¨¦s de haber ganado arrolladoramente en las parlamentarias de junio del a?o pasado prueba que las reformas que se impuso son menos factibles de lo que esperaba y, tambi¨¦n, que ¨¦l no es el hombre para el desaf¨ªo.
Leterme capitaliz¨® su radicalizaci¨®n antivalona y se jact¨® de que con "cinco minutos de valor" se deshac¨ªa el nudo gordiano de la circunscripci¨®n de Bruselas-Hal-Vilvoorde, la ¨²nica del pa¨ªs donde neerland¨®fonos y franc¨®fonos pueden votar a listas en cualquiera de las dos lenguas. Los flamencos quieren acabar con esa "anormalidad" y los valones exigen a cambio concesiones para unir Bruselas a Valonia, d¨¢divas que de hacerse realidad, alejar¨¢n a un tiempo imposible la so?ada escisi¨®n de Flandes. Flandes sin Bruselas pierde mucha potencia.
Un sondeo realizado en Flandes indica que el 63% de los flamencos desea conservar B¨¦lgica, frente al 30% separatista. Les une, hasta llegar al 88%, la idea de que los franc¨®fonos deben ceder a la hora de pensar en el futuro. En ello insisti¨® ayer Servais Verherstraeten, jefe del grupo parlamentario del partido de Leterme (CDV), en una C¨¢mara que esperaba la declaraci¨®n del primer ministro sobre la situaci¨®n pol¨ªtica y que se encontr¨® con su dimisi¨®n.
Sumido en el silencio el dimisionario, Verherstraeten tom¨® la palabra: "El modelo federal est¨¢ acabado. Preferimos el confederalismo". Es un t¨¦rmino ambiguo que en su boca debe traducirse por m¨¢s autonom¨ªa para las regiones (Flandes, Valonia y Bruselas) y menos poder para el Estado central, que ha llegado al actual complejo ordenamiento federal tras sucesivas reformas desde 1970.
La propuesta del CDV no asusta a Reynders, l¨ªder del Movimiento Reformador, el m¨¢s votado en Valonia. "S¨®lo es cuesti¨®n de intensidad", dice. "Hay que dar m¨¢s competencias. La gente piensa en Flandes, pero son tambi¨¦n para Valonia y para la regi¨®n de Bruselas".
Como la mayor¨ªa de pol¨ªticos, que temen un voto de castigo, Reynders se opone a las elecciones anticipadas. Defiende la continuidad de Leterme y la ejecuci¨®n de reformas econ¨®micas (atenci¨®n al poder adquisitivo, subida de las pensiones, rebaja de impuestos...) ya pactadas. Para otro momento quedar¨¢ el abordaje de la descentralizaci¨®n, que ¨¦l no ve como la muerte de B¨¦lgica: "El pa¨ªs est¨¢ en trance de evoluci¨®n. Se ha pasado de una estructura unitaria a una federal. Siempre hay tensiones y es natural. No hay que tener miedo a hablar".
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