El 'Pap¨¢ Noel' de Nuevo Belgrado
Karadzic trabajaba en una empresa piramidal de compuestos vitam¨ªnicos
Radovan Karadzic no se content¨® con inventarse un disfraz que le hiciera irreconocible. Fue mucho m¨¢s lejos: el criminal de guerra detenido el lunes, que ahora aguarda su inminente traslado a La Haya tras 12 a?os pr¨®fugo, cre¨® un personaje llamado Dragan Dabic, que no s¨®lo era simp¨¢tico y entra?able, sino que parec¨ªa la encarnaci¨®n misma de la bondad. Y todav¨ªa m¨¢s: gozaba de una vida social intens¨ªsima en el coraz¨®n de la capital y se ganaba muy bien la vida vendiendo complejos vitam¨ªnicos y objetos curativos de lo m¨¢s extravagantes.
"?Era el inquilino m¨¢s simp¨¢tico y el m¨¢s interesante!", exclama una vecina
Karadzic ha sido quiz¨¢ el primer pr¨®fugo que no se conform¨® con seguir oculto, sino que aspiraba a que su personaje inventado -el negativo de lo que era en realidad- se hiciera adem¨¢s c¨¦lebre en su sector.
"?Qu¨¦ pena que Karadzic fuera el se?or Dabic! ?Ojal¨¢ hubiera sido cualquier otro vecino porque ¨¦l era el m¨¢s simp¨¢tico y el m¨¢s interesante!", exclama Jovana Vitas en el sof¨¢ de su casa en Nuevo Belgrado, un barrio que fue proletario y que ahora est¨¢ en plena expansi¨®n. En la misma planta de este alto edificio de est¨¦tica sovi¨¦tica, construido en la d¨¦cada de 1970, viv¨ªa Dragan Dabic junto a una mujer de pelo corto y unos 45 a?os a la que todos consideraban su esposa.
"Era discreto, pero se hac¨ªa querer y respetar. Siempre saludaba y sonre¨ªa. Era entra?able. Los ni?os le llamaban Pap¨¢ Noel", agrega otro vecino. En la puerta del piso que ocup¨® hasta el lunes s¨®lo hay una placa con el nombre de Maksimovic, el propietario, que vive en Italia. Por la mirilla se ve una mesa a¨²n llena de libros y papeles, una l¨¢mpara y un gran ventanal con vistas a un patio interior con ¨¢rboles fornidos. Es una vivienda sencilla como cualquiera del bloque: de 60 metros cuadrados, dos habitaciones y un precio de alquiler de entre 200 y 400 euros.
Karadzic tiene 63 a?os, pero Dragan Dabic naci¨® en enero de 2007. Nadie sabe d¨®nde se escondi¨® el criminal de la guerra de Bosnia entre 1996 -cuando fue visto por ¨²ltima vez antes de ocultarse- y enero de 2007, cuando reapareci¨® sigilosamente transmutado en un hombre m¨¢s delgado -15 kilos menos-, de tupida barba blanca, aparentemente honda sabidur¨ªa y gran sentido del humor.
"Era una mezcla de Freud y de bohemio", ha declarado el estupefacto director de la publicaci¨®n m¨¦dica con la que Karadzic-Dabic empez¨® a colaborar en 2007.
De enero de 2007 es tambi¨¦n su registro como agente comercial de Calivita, una empresa de compuestos vitam¨ªnicos que en Serbia funciona con una estructura piramidal: los agentes se registran y luego cobran en funci¨®n de los nuevos clientes que consiguen y de las ventas que ¨¦stos generen. Dabic era una m¨¢quina de lograr socios: "Era muy bueno, de los m¨¢s convincentes en las presentaciones", cuenta Branimir, el dependiente de la tienda central de Calivita, en la calle de Beogradska, a apenas cinco minutos a pie del Parlamento.
Por la c¨¦ntrica tienda se pas¨® muy a menudo durante 18 meses uno de los criminales de guerra m¨¢s buscados del mundo. Y en todo este tiempo mostr¨® una actividad fren¨¦tica como comercial. "A menudo mandaba SMS invit¨¢ndonos a presentaciones en hoteles para los productos que patrocinaba", explica un m¨¦dico que lo trat¨® con frecuencia y que exige anonimato. ?l, como tant¨ªsimas personas de la capital serbia, tiene una tarjeta de Dragan Dabic. No hay direcci¨®n, pero s¨ª dos tel¨¦fonos m¨®viles y seis emails. Y un gran encabezamiento, en may¨²sculas: Human Quantum Energy.
Karadzic-Dabic ofrec¨ªa soluciones para todo: promet¨ªa ayuda para rejuvenecer, para embellecer, para ser m¨¢s sabio, mejor persona y un portento en la cama. Los lemas de Dabic eran precisamente los que m¨¢s necesitaba Karadzic: "Usted nunca estar¨¢ solo e indefenso".
Y tambi¨¦n: "No hay situaciones sin salida". Uno de sus productos estrella era un collar capaz de apartar la energ¨ªa negativa. Y lo vend¨ªa un hombre acusado de cr¨ªmenes de guerra y genocidio.
Este pr¨®fugo que vivi¨® an¨®nimamente en un barrio laber¨ªntico de Belgrado -ni los taxistas se orientan bien aqu¨ª- busc¨® adem¨¢s notoriedad en su nuevo mundo y la logr¨®. No s¨®lo pontificaba para vender vitaminas, sino que se hizo un hueco como gur¨² de la vida sana, y daba charlas con mucha frecuencia por todo el pa¨ªs.
El pasado 28 de enero, en Kikinda, ciudad al norte fronteriza con Rumania. El 12 de abril en Novi Sad, la capital de Voivodina. Y el 16 de mayo -hace apenas un mes- en pleno Belgrado. Fue la interpretaci¨®n de un criminal que merece un Oscar.
?D¨®nde est¨¢ Mladic?
Estos d¨ªas, en Belgrado, todo el mundo parece asombrado. No tanto por la detenci¨®n de Radovan Karadzic, que tambi¨¦n, sino sobre todo por el personaje que invent¨®. Pero cuando la gente sale de su asombro, casi todos coinciden en las mismas preguntas: ?Y Ratko Mladic? ?D¨®nde est¨¢? ?Tambi¨¦n caer¨¢ pronto?
Si Karadzic fue uno de los l¨ªderes pol¨ªticos de la barbarie, el general Mladic fue su ejecutor. ?l dirigi¨® personalmente la masacre de Srebrenica, que cost¨® la vida a 8.000 musulmanes. Y all¨ª se hizo filmar repartiendo pan a los fam¨¦licos refugiados, que ni imaginaban la matanza que hab¨ªan sufrido todos los hombres de sus familias.
El Gobierno serbio asegura que va a hacer todo lo posible para detener a Mladic e incluso los esc¨¦pticos empiezan a creerle, sobre todo al comprobar que casi nadie ha salido a la calle para protestar por la ca¨ªda del h¨¦roe Karadzic. Pero el ¨¦xito de esta ¨²ltima detenci¨®n aumenta parad¨®jicamente la presi¨®n sobre el Gobierno: la facilidad con que Karadzic se ocultaba en pleno Belgrado da argumentos a los convencidos de que Belgrado sabe perfectamente d¨®nde est¨¢n los pr¨®fugos que reclama La Haya.
"Mladic debe de ser ahora un entra?able granjero que cultiva verdura ecol¨®gica en una finca muy cerca de Belgrado", afirmaba ayer un influyente periodista sin desvelar del todo si bromeaba o no.
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