Ciudadano-juez

El se?or embajador de Italia en su carta al director del 22 de julio "desea imaginar", es decir, ni siquiera imagina, que mi art¨ªculo del domingo, Berlusconi contra el Estado constitucional, es de mi exclusiva responsabilidad. Es por lo que, sin particular finezza intelectual, por cierto, desliza la insidia de que con ¨¦l podr¨ªa comprometer a la instituci¨®n de la que formo parte. Pues bien, me interesa aclararle que en Espa?a, como en la Italia constitucional (al menos antes de la era Berlusconi), los jueces, como los dem¨¢s empleados p¨²blicos, no pierden la condici¨®n de ciudadanos de pleno derecho ni el espacio de actuaci¨®n que como tales les corresponde. Por lo dem¨¢s, no era tan dif¨ªcil advertir que la indicaci¨®n "es magistrado" que acompa?a a mi nombre al pie del texto es una informaci¨®n adicional sobre el autor que facilita la Redacci¨®n: por eso el verbo "ser" aparece conjugado en tercera persona.