Flamenco con tres
Esta es la historia de c¨®mo un tres cubano viaj¨® desde La Habana, envuelto en las ropas de la cantante Martirio, para encontrarse con el toque, el cante y el baile de Mor¨®n de la Frontera, al sur de Sevilla. Y de c¨®mo de su encuentro surgi¨® un grupo flamenco, Son de la Frontera, y una m¨²sica que se lleva todos los premios all¨¢ donde viaja. Y viaja mucho: Son de la Frontera ha recorrido Estados Unidos, Suram¨¦rica, Europa y, por supuesto, Espa?a. El pr¨®ximo d¨ªa 30 sus cinco integrantes recoger¨¢n en Londres el premio que les ha concedido la BBC como mejor grupo europeo de m¨²sicas del mundo. Y lo colocar¨¢n junto a los otros galardones que han ido recogiendo con sus dos trabajos: Son de la Frontera (2004) y Cal (2006). Este ¨²ltimo, que tom¨® forma en los hornos de cal de Mor¨®n, fue nominado al Grammy Latino como mejor ¨¢lbum de flamenco el a?o pasado. De ellos dice Jackson Browne que son lo mejor que ha escuchado en los ¨²ltimos tiempos. Los vecinos de Mor¨®n de la Frontera dicen lo mismo, pero de otra manera: "?De puta madre!". Y tambi¨¦n: "Gracias por llevar el nombre de este pueblo por el mundo con esa verg¨¹enza y educaci¨®n tan grandes".
"En esos ratos, sin focos ni representantes, est¨¢ el flamenco insobornable", cuenta el bailaor Pepe Torres
Pero para contar esta historia, lo mejor es dejar hablar a los protagonistas: "Mi tres cubano y flamenco viaj¨® desde La Habana a Sevilla a finales de 1997 de la mano de mi mama, Martirio, la que mejor tiende puentes, quien fue invitada por el gran Compay Segundo a celebrar sus 90 a?os con un concierto en el Teatro Nacional. Para ese viaje le ped¨ª que me trajera un tres que se quisiera venir conmigo a Mor¨®n y a nuestra tierra musical flamenca, confiando en una idea, peque?a pero f¨¦rtil como una semilla, que ya sonaba en mi cabeza", cuenta Ra¨²l Rodr¨ªguez (Sevilla, 1974). La idea de Ra¨²l hab¨ªa surgido al calor de muchas noches de fiesta con sus amigos de Mor¨®n de la Frontera, ese lugar entre C¨¢diz y Sevilla donde vivi¨® Diego del Gastor, un guitarrista enduendado a quien la cantaora Fernanda de Utrera defin¨ªa as¨ª: "?Viva Dios y Diego del Gastor!".
En Mor¨®n, donde la virgen fue nombrada recientemente alcaldesa honoraria en un pleno municipal, suceden cosas extraordinarias: all¨ª reson¨® el toque legendario de Diego del Gastor y all¨ª entablaron amistad Ra¨²l, Paco, Pepe, Moi y Manuel. Sin embargo, no fue en Mor¨®n donde naci¨® Son de la Frontera. La idea surgi¨® en la habitaci¨®n de un hotel de Medell¨ªn (Colombia), mientras ellos acompa?aban a Martirio en una de sus giras en 2002. Un hotel, que es un lugar de tr¨¢nsito, es una buena met¨¢fora para un grupo que lleva su m¨²sica a todos los rincones, igual que se llevaba la cal y se transmit¨ªan los cantes antiguamente.
Pero antes de llegar a Medell¨ªn, los cinco m¨²sicos hab¨ªan pasado muchas noches en Mor¨®n: en el Castillo, en el bar de Perete, en la Goleta, en Puerto Pescado... Iban all¨ª a escuchar, a tocar, a cantar y a bailar. A empaparse de ese eco que "se reconoce hasta en Jap¨®n". "Durante 15 a?os nos hemos juntado para disfrutar con el arte. En esos ratos, sin focos ni representantes, est¨¢ el flamenco insobornable", cuenta el bailaor Pepe Torres (Sevilla, 1978), que es sobrino nieto de Diego del Gastor, un apasionado del flamenco cl¨¢sico y creador de un baile que arranca aplausos encendidos a quien lo ve.
No hab¨ªa, por tanto, focos ni representantes el d¨ªa que apareci¨® Ra¨²l con el tres y Paco de Amparo cogi¨® su guitarra. Paco (Mor¨®n, 1969) hab¨ªa aprendido a tocar de ni?o en las fiestas de su casa. "El sonido de Diego es irrepetible, pero yo he heredado su escuela, su forma de tocar y de transmitir". El eco de Diego del Gastor, su t¨ªo abuelo, se uni¨® al rico sabor caribe?o del tres, mientras Paco y Ra¨²l adaptaban el arsenal de falsetas de Diego: sus potentes armas de creaci¨®n masiva. A partir de ah¨ª surgi¨® su propio mundo: sonidos encelados que se buscan y se separan y vuelven a unirse, incapaces ya de estar el uno sin el otro. La idea que hab¨ªa tenido Ra¨²l cuando le pidi¨® un tres a su madre empezaba a dar frutos.
Fundamental en ese nuevo mundo sonoro es el comp¨¢s de Mor¨®n, que resuena en los pies bailaores de Pepe, en la voz de Moi (Mor¨®n, 1977), de timbre antiguo y apasionado, y en las palmas sabias de Manuel Flores (Mor¨®n, 1969), que estudi¨® Magisterio en la universidad y se doctor¨® maestro palmero cum laude en esa otra universidad que es el flamenco. "Yo aporto comp¨¢s, ritmo y base con las palmas, los pies y el jaleo. Y, al final, propici¨® la relajaci¨®n con un baile tal como bailaban en las fiestas de mi casa. As¨ª s¨®lo bailo yo", cuenta Manuel. Toma la palabra Moi: "Yo aporto uno de los pilares del flamenco, que es el cante. Pero, sobre todo, entrego mucho cari?o: no paro de mirar a mis compa?eros, les sonr¨ªo. Aporto mucho coraz¨®n".
Al ritmo que marca el di¨¢logo entre el tres cubano y la guitarra flamenca, los cinco m¨²sicos conjugan los temas cl¨¢sicos -transmitidos de casa en casa- con composiciones propias. "En el primer disco, Son de la Frontera, le hicimos un homenaje a Diego del Gastor. En el segundo, Cal, hemos volcado m¨¢s de nuestra propia m¨²sica. Y, probablemente, en el siguiente no hagamos nada de Diego y rescatemos temas de Sabicas, de Ni?o Ricardo, de Montoya... Siempre junto a aportaciones nuestras", cuenta Paco.
En Son de la Frontera todos se compenetran tan bien que suenan como un solo ser, una criatura colectiva con la voz de Moi, las palmas de Manuel, los pies de Pepe y los huesos que dibujan el tres de Ra¨²l y la guitarra de Paco. "Y la m¨²sica que hacemos es la piel", concluye Manuel.
Se quieren fronterizos y eso significa no pertenecer a ning¨²n lado, pero s¨ª a todos. Ellos son la prueba de que las fronteras son permeables, por sofisticados que sean los sistemas de vigilancia para blindarlas. Su sonido, que a¨²na lo antiguo y lo nuevo, demuestra que tampoco el tiempo es barrera, sino puente, como explica Pepe: "No hay nada antiguo ni moderno, sino cosas con coraz¨®n o sin coraz¨®n". Ra¨²l asiente: "La frontera del tiempo es abstracta en la m¨²sica: lo nuevo encierra la tradici¨®n y la tradici¨®n fue nueva en su tiempo. Si somos nuevos no es porque hayamos inventado algo que no exist¨ªa, sino por la conjunci¨®n de lo que somos, por lo que aportamos cada uno".
El grupo tiene un magn¨ªfico y apasionado directo. Hace unos meses, Martirio, sentada entre los espectadores de un teatro madrile?o, les jaleaba entusiasmada mientras el p¨²blico escuchaba hipnotizado el comp¨¢s de Mor¨®n filtrado a trav¨¦s de la creatividad de sus m¨²sicos en buler¨ªas, alegr¨ªas, tanguillos... Durante el concierto Ra¨²l bes¨® el tres, el mismo al que hab¨ªa dado el visto bueno el gran Barbarito Torres tras tentarlo en la plaza de la Catedral habanera. "Mi felicidad m¨¢s grande ser¨ªa que el tres hubiera llegado al flamenco para quedarse, y que nuestro son fuera semilla para nuevos sones", confiesa Ra¨²l. "Hace 200 a?os trabajaban muchos campesinos andaluces en el campo cubano. El tres fue creado a partir de las guitarras y la¨²des espa?oles y me gusta pensar que vuelve para sembrarse en la tierra de sus m¨²sicas madres".
Dec¨ªa el escritor Carlos Lencero que el flamenco es una forma de envarar la vida, con sus alegr¨ªas y sus tristezas. Hasta ahora las varas de Son de la Frontera son todas de alegr¨ªa. Ah¨ª andan ellos, encalando el mundo al comp¨¢s de Mor¨®n. El pr¨®ximo mi¨¦rcoles actuar¨¢n en el Royal Albert Hall, en Londres, y recoger¨¢n el premio que les ha concedido la BBC como mejor grupo europeo de m¨²sicas del mundo. Luego seguir¨¢n por C¨¢diz, Madrid y Sevilla y en oto?o presentar¨¢n en la Bienal su nuevo espect¨¢culo: "Como son, son". Si pueden, no se los pierdan. -
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