Los Juegos de la contradicci¨®n
Toda sede ol¨ªmpica quiere marcar la diferencia. En esta ocasi¨®n, m¨¢s all¨¢ de los aspectos deportivos y del espect¨¢culo medi¨¢tico, los Juegos Ol¨ªmpicos, cuya ceremonia inaugural tendr¨¢ lugar el 8 de agosto, servir¨¢n para poner de manifiesto la complej¨ªsima interrelaci¨®n entre deporte y pol¨ªtica, medioambiente y econom¨ªa, medios de comunicaci¨®n y derechos humanos.
Gracias a Pek¨ªn, asistiremos a la exposici¨®n m¨¢s completa de las gigantescas contradicciones que dominan nuestra forma de vida. A un lado tendremos esa cosa llamada esp¨ªritu ol¨ªmpico, que celebra el esfuerzo individual, el af¨¢n de superaci¨®n humano y, tambi¨¦n, la extraordinaria diversidad ¨¦tnica y cultural de nuestra especie. Al otro lado, sin embargo, observaremos en toda su crudeza hasta qu¨¦ punto, a la par que nos mostramos capaces de superar los mayores retos t¨¦cnicos y desplegar una creatividad enorme, se contin¨²a negando a millones de seres humanos algo tan b¨¢sico como el derecho a la vida o unos m¨ªnimos de libertad personal.
A los 19 a?os de las protestas de Tiananmen, m¨¢s de 130 presos pol¨ªticos siguen en prisi¨®n
Estas carencias se ven agravadas en el caso chino por la severa contaminaci¨®n del aire, el agua y la cadena alimentaria, problemas que involuntariamente se han convertido en los verdaderos protagonistas de los Juegos y que han llevado a las autoridades chinas a tomar medidas dr¨¢sticas (pero seguramente in¨²tiles a largo plazo). En realidad, la utop¨ªa que nos presentan las autoridades chinas parece cada vez m¨¢s una distop¨ªa, es decir, una utop¨ªa perversa, el extremo perfectamente antit¨¦tico de una sociedad ideal. Por ello, el lema oficial de los Juegos, Un mundo, un sue?o, no puede ser m¨¢s afortunado para hacernos visualizar hasta qu¨¦ punto nuestro modelo de desarrollo (del cual China es un ejemplo extremo, pero en modo alguno una excepci¨®n) es insostenible de no mediar un cambio radical en nuestra manera de relacionarnos con nuestro entorno. Si estos Juegos al menos sirvieran para marcar un antes y un despu¨¦s a la hora de entender y afrontar los riegos medioambientales, su recuerdo ser¨ªa m¨¢s positivo.
En el ¨¢mbito pol¨ªtico, los Juegos chinos son igualmente complicados. Desde que en Berl¨ªn en 1936 Jesse Owens ganara cuatro medallas de oro haciendo abandonar el palco a un Hitler furioso, los Juegos y la pol¨ªtica han estado ¨ªntimamente relacionados. La masacre de Tiananmen de 1989 hizo fracasar la primera candidatura ol¨ªmpica china. A?os despu¨¦s, sensible al hecho de que las violaciones de los derechos humanos y las restricciones a la libertad de prensa constitu¨ªan un obst¨¢culo insuperable, el alcalde de Pek¨ªn y presidente de la candidatura china, Liu Qi, se comprometi¨® ante el Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional a garantizar la libertad de movimientos de los medios de comunicaci¨®n y a introducir mejoras en la protecci¨®n de los derechos humanos. Hoy, 19 a?os despu¨¦s de Tiananmen, m¨¢s de 130 presos pol¨ªticos siguen en la c¨¢rcel, sin que las promesas de Pek¨ªn de liberarlos coincidiendo con los Juegos parezcan que vayan a materializarse (como tampoco parece que vayan a relajarse las restricciones a la libertad de informaci¨®n a pesar de los compromisos en este sentido). Por su parte, en lo referido a T¨ªbet, las autoridades chinas han relajado su posici¨®n, accediendo a abrir una ronda de conversaciones con los representantes del Dalai Lama. Sin embargo, aqu¨ª tambi¨¦n est¨¢ por ver hasta qu¨¦ punto estas medidas subsistir¨¢n una vez finalizados los Juegos.
Durante los ¨²ltimos meses se ha discutido mucho acerca de si hab¨ªa que boicotear o no los Juegos. Pero tanto como nos gustar¨ªa que China cambiara de actitud en algunos asuntos clave, desde la libertad de prensa a la pena de muerte, pasando por T¨ªbet, tambi¨¦n debemos reconocer que una medida tan extrema y que acarrear¨ªa consecuencias muy negativas, s¨®lo tendr¨ªa sentido si la aplic¨¢ramos de forma consistente y sin posibilidad de ser acusados de sostener un doble rasero.
?Hubi¨¦ramos los europeos boicoteado los Juegos Ol¨ªmpicos si ¨¦stos se hubieran celebrado en Estados Unidos en el a?o 2004, coincidiendo con la invasi¨®n de Irak, la negativa a aplicar la Convenci¨®n de Ginebra, el memorando de Bush autorizando la tortura, la puesta en marcha de Guant¨¢namo, los vuelos secretos, los secuestros en suelo europeo y las c¨¢rceles ilegales de la CIA? Seguramente no. Al fin y al cabo, no s¨®lo hay contradicciones en Pek¨ªn.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Juegos Ol¨ªmpicos 2008
- Revueltas sociales
- Matanza Tiananmen
- Represi¨®n pol¨ªtica
- Malestar social
- Historia contempor¨¢nea
- Juegos Ol¨ªmpicos
- Conflictos pol¨ªticos
- Partidos pol¨ªticos
- Problemas sociales
- Historia
- Competiciones
- Pol¨ªtica
- Deportes
- Matanza civiles
- China
- Derechos humanos
- Acci¨®n militar
- Asia oriental
- Asia
- Conflictos
- Sociedad