Oro en el Himalaya
I?urrategi, Vallejo, Zabalza, Tamayo y Latorre realizan la quinta ascensi¨®n mundial al Gasherbrum IV, de 7.925 metros, sin ox¨ªgeno ni 'sherpas'
"Duro, duro, duro, muy duro. Pero muy satisfechos por la ascensi¨®n conseguida. Ya pensamos en el descenso". Un breve comunicado desde el campo 4, a 7.400 metros, a trav¨¦s de la p¨¢gina web del alpinista catal¨¢n Ferran Latorre, comunicaba que la arista noroeste del Gasherbrum IV, de 7.925 metros, en el Himalaya, hab¨ªa sido ascendida por cinco alpinistas espa?oles especializados en ascensos de alta dificultad: los vascos Alberto I?urrategi, de 40 a?os, Juan Vallejo, de 38, y Jos¨¦ Carlos Tamayo, de 43, el navarro Mikel Zabalza y Ferran Latorre, ambos de 38. Uno de los grupos considerados como el dream team del alpinismo espa?ol por el compromiso que adquieren en sus ascensiones. Y el Gasherbrum IV lo es, un premio de aut¨¦ntica medalla de oro justo cuando el mundo del deporte mira a Pek¨ªn.
La noticia de la cima representa la quinta ascensi¨®n mundial a la monta?a en su historia desde que el m¨ªtico Walter Bonatti la conquistara, junto con Carlo Mauri, en 1958, por la arista noreste. Una gesta catalogada como una ascensi¨®n del siglo XXI y que abri¨® paso al alpinismo moderno y el buen estilo a las grandes cumbres del Himalaya. Tuvieron que pasar 28 a?os, en 1985, para que el Gasherbrum IV (GIV) volviera a ser coronado por un austriaco y un polaco en la primera ascensi¨®n a la cara oeste. Al a?o siguiente, en 1986, un grupo australiano y estadounidense abri¨® la arista noroeste. Y en 1997, una expedici¨®n coreana efectu¨® la segunda escalada a la cara oeste.
El alpinismo genuino de la gran aventura retorn¨® ayer al Himalaya del Karakorum, al esp¨ªritu que invocaron los m¨ªticos George Mallory, Herman Buhl, Walter Bonatti y Reinhold Messner: una ascensi¨®n creativa, genuina, sin ayudas artificiales, sin cuerdas fijas, ni sherpas, ni ox¨ªgeno. Cinco espa?oles en el GIV y el cocinero balt¨ª Karim. Y si existe una monta?a que puede ser comparada, en dificultad y belleza con el K2, la segunda cima del mundo con sus 8.611 metros, ¨¦sa es el GIV. No alcanza los ocho mil y son esos 75 metros los que le han relegado al anonimato. Pero desde que el GIV fue descubierto en 1889, entr¨® en la lista de objetivos imprescindibles para los grandes alpinistas.
"Todas las rutas son complicadas", se?al¨® Mikel Zabalza pocos antes de salir hacia el Himalaya el pasado 11 de junio. "En principio quer¨ªamos escalar la ruta que abri¨® Bonatti, pero un cambio en el glaciar ha hecho que dicha empresa sea muy arriesgada". Al final, la ruta elegida fue la de los australianos y americanos en 1986: la arista noroeste.
Latorre relat¨® la v¨ªa a este diario tres semanas antes del inicio del ataque a la cumbre el pasado lunes. "La ruta hasta los 6.900 metros es un ascenso por una pendiente de nieve y hielo de 50 y 60 grados. La principal dificultad radica entre la zona de los 7.400 y los 7.800 metros. Se trata de una arista de pura escalada de roca y nieve. No sabemos lo que nos encontraremos. S¨®lo tendremos una oportunidad". Una oportunidad que lograron a la segunda tentativa, despu¨¦s de que a principios de julio la monta?a los rechazara en el campo 3. Veinte d¨ªas de reposo y de paciencia en el campo base permitieron al grupo recuperar las suficientes fuerzas para aprovechar la ventana de buen tiempo y no fallar en el que ser¨ªa el definitivo intento.
"El GIV tiene terreno de dificultad y de mucha belleza, aunque sabemos que no lo vamos a tener f¨¢cil", insisti¨® Latorre. Los cinco alpinistas del GIV no dejaron de pensar durante el ¨²ltimo mes en el "acongojante" muro de roca que les esperaba antes de la arista final. El polaco Wojciech Kurtyka, que lleg¨® en 1985 a la antecima, escribi¨®: "No has de temer la pared de roca, es una emocionante sorpresa". Una sorpresa que I?urrategi y compa?¨ªa vencieron ayer en el mejor homenaje que se le pod¨ªa rendir a Walter Bonatti en el 50 aniversario de la conquista de la monta?a.
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