Bodas de plata entre goteros
"Yo no sospech¨¦ nada hasta que mi marido me pregunt¨®, a la puerta del cuarto donde est¨¢ ingresado, a qu¨¦ lado estaba en el altar el d¨ªa que nos casamos". Marcela Jara entr¨® y vio un altar improvisado con una mesilla, varios ramos de flores y un sacerdote con sotana. Como invitados a la ceremonia, las familias de los dos pacientes que comparten la habitaci¨®n: su marido, Jos¨¦ Naval¨®n, y el padre de Jos¨¦ Vicente Segarra, que se encarg¨® de organizar la asistencia de su hermano, que es cura.
A Jos¨¦ y a Marcela les sorprendi¨® una enfermedad en sus bodas de plata. Ten¨ªan pensado viajar a M¨¦xico y celebrarlo con unos amigos. En vez de eso, se vieron retenidos en una habitaci¨®n del hospital General de Valencia, donde hace d¨ªas renovaron los votos de su matrimonio como nunca lo hubieran imaginado.
Marcela nunca sospech¨® nada. Le brillan los ojos cuando cuenta c¨®mo su marido, desde la cama del hospital donde lleva postrado casi un mes, la enga?¨® para organizar una ceremonia por los 25 a?os que han compartido. Desde que ella ten¨ªa 21 y ¨¦l 22, recuerda. "Antes nos cas¨¢bamos muy j¨®venes, sal¨ªamos de la mili y, ?zas!, a casarnos", afirma Jos¨¦ desde la cama. "Era la ¨²nica forma de salir de casa".
"Todo sali¨® perfecto, trajeron champ¨¢n y todo". Para Marcela la sorpresa fue may¨²scula: "No me lo esperaba, y fue algo muy bonito. Nos hemos vuelto a casar". A pesar de lo improvisado, la ceremonia se ofici¨® con todas las de la ley: cura con sotana, bendici¨®n de los anillos y las arras. Como no hab¨ªa otra cosa, ¨¦stas ¨²ltimas fueron sustituidas por euros y c¨¦ntimos. Marcela los tiene guardados. "No me los pienso gastar", asegura. Todos en la habitaci¨®n recuerdan el pasado 23 de julio con gran cari?o. Jos¨¦ Naval¨®n mira a su mujer satisfecho y sonr¨ªe: "Nos hemos hecho muy famosos en el hospital".
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