"En California borran el pasado con asfalto"
Ry Cooder (Los ?ngeles, 1947) tiene malas pulgas. Se enfada si se le recuerda aquel intento de entrar en los Rolling Stones, se molesta si se menciona aquella (maravillosa) falsificaci¨®n de la realidad que fue Buena Vista Social Club. La entrevista se tuerce hoy cuando descubre que el periodista no ha le¨ªdo la historia que arropa su nuevo trabajo: I, Flathead (Perro Verde / Warner). Es un texto que s¨®lo aparece en una versi¨®n de lujo en EE UU; aqu¨ª, la edici¨®n comercial s¨®lo incluye las letras.
No pasa nada, ya sab¨ªamos que Cooder es un cascarrabias. En los ¨²ltimos tiempos, tambi¨¦n ejerce de evocador de la historia oculta de su California natal con discos narrativos: Chavez ravine (2005), My name is Buddy (2007) y este ¨²ltimo. ?Son argumentos para posibles pel¨ªculas, Ry? "?Est¨¢ loco? Yo no trato con la gente de Hollywood. Lo hice cuando compon¨ªa bandas sonoras y descubr¨ª que la mayor¨ªa eran... ?reptiles!".
De sus tres ¨²ltimos trabajos dice que tienen "un formato revolucionario: ficci¨®n enriquecida por canciones". Le explico que hay en Espa?a una larga tradici¨®n de disco-libros, incluyendo una editorial especializada (El Europeo). No parece escuchar.
Aparte de sus discos, Cooder sigue sacando llamativas producciones. "Lo hago por placer. ?Nadie me ofrece producir! El disco con Mavis Staples fue una obsesi¨®n m¨ªa; ella no se sent¨ªa tan apasionada por esa m¨²sica de la lucha por los derechos civiles de los negros. Con el grupo de su padre, los Staple Singers, pas¨® por situaciones apuradas. Lo mismo con Dersi Arvizu; era una veterana muy quemada con la escena chicana. La industria no quiere grabar a artistas de una cierta edad". Una risa seca: "Yo mismo he cumplido 61 a?os. Simplemente, hago lo que me apetece". Nada de tocar en directo: "No salgo de gira desde principios de los noventa. Me irrita esa jerarqu¨ªa que considera que lo mejor son los directos, cuando generalmente s¨®lo intentan aproximarse a algo que se grab¨® en un estudio, con gran esfuerzo. Para m¨ª, un disco sigue siendo un objeto m¨¢gico, no un subproducto de los conciertos".
Dice que California est¨¢ llena de gente normal que ha tenido vivencias extraordinarias: "Aqu¨ª, el pasado es borrado con cada capa de asfalto. Aparte de escritores como James Ellroy, nadie escarba en los recuerdos. Finalmente, lo que estoy haciendo yo se parece m¨¢s al radio-teatro. Canciones que cuentan una historia que desarrollas en tu cabeza".
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