Los apuros del tebeo
Crisis. Famosa palabra que est¨¢ hoy en boca de todos, pero que los autores de c¨®mics espa?oles tratan ya como una vieja compa?era desde hace d¨¦cadas. Ahora que el tebeo en nuestro pa¨ªs parece vivir un momento ilusionante, con un incremento palpable de su consideraci¨®n social y una oferta para el lector apabullante, es quiz¨¢ todav¨ªa m¨¢s importante recordar que el autor patrio sigue pasando serias dificultades para poder ver publicados sus trabajos. Excepci¨®n hecha de Francisco Ib¨¢?ez, omnipresente en los primeros puestos de toda lista de ventas que se precie, el tebeo espa?ol est¨¢ reducido a una presencia apenas testimonial dentro de los cat¨¢logos de las editoriales, arrinconado por toneladas de tebeos norteamericanos y japoneses en los anaqueles de las librer¨ªas contra los que apenas puede presentar combate. Cierto es que hay en marcha importantes proyectos de promoci¨®n de obra de producci¨®n propia y que grandes grupos editoriales est¨¢n fijando su atenci¨®n en la obra nacional pero, de momento, las iniciativas de publicaci¨®n de autores espa?oles siguen centradas -con salvadas y honrosas excepciones- en peque?as editoriales, motivadas m¨¢s por empe?os personales que por la rentabilidad de las mismas.
?D¨®nde est¨¢ esa generaci¨®n de los ochenta que maravill¨® en las revistas y casi hab¨ªa colonizado la producci¨®n americana de los noventa?
Durante la d¨¦cada de los noventa y los primeros a?os del siglo XXI, la llamada independencia ha sido el reducto de la producci¨®n nacional, ya desde el fanzine, ya desde editoriales alternativas o incluso la autoedici¨®n. Una experiencia que ha permitido que naciera una nueva generaci¨®n de autores, que se permite el lujo de una sorprendente capacidad de producci¨®n, siempre desde una perspectiva personal. Buen ejemplo de esta trayectoria puede ser Ferm¨ªn Sol¨ªs, autor cacere?o influenciado por autores como Andy Watson o Michael Rabagliatti en sus inicios y que ha ido evolucionando hacia un estilo propio f¨¢cilmente reconocible, que le ha permitido dirigirse a una ecl¨¦ctica variedad de tem¨¢ticas, que van desde el costumbrismo al g¨¦nero negro pasando por los superh¨¦roes, pero siempre desde una perspectiva tremendamente personal y peculiar. Una camale¨®nica capacidad que demuestra a la perfecci¨®n en dos obras de reciente aparici¨®n: Bu?uel en el laberinto de las tortugas y Astro-rat¨®n y Bombillita. La primera es una atrevida recreaci¨®n de un episodio de la vida del genial director de cine, la filmaci¨®n del documental Tierra sin pan, en el que Sol¨ªs intenta hacer una aproximaci¨®n realista al cineasta de Calanda, alejada de la f¨¢cil hagiograf¨ªa y buscando profundizar en la compleja personalidad de un creador donde ego y arte se confunden sin barreras. La segunda es una aportaci¨®n necesaria para resolver uno de los problemas cr¨ªticos del tebeo actual: la carencia de publicaciones dedicadas a los ni?os. Con un estilo suelto y divertido, Sol¨ªs recrea las aventuras de este explorador del espacio con descaro y desverg¨¹enza, con ese punto de humor entre lo ingenuo y lo escatol¨®gico que arrastra sin rubor a los ni?os. Dos extremos que demuestran la plasticidad de este autor.
Pero siempre que se hable de tebeo espa?ol, ser¨ªa injusto no hacer referencia a la labor callada que semana tras semana ha hecho el semanario El Jueves, durante d¨¦cadas uno de los pocos refugios que los autores espa?oles han tenido para poder seguir viviendo de su obra y permitiendo tanto la supervivencia de autores cl¨¢sicos como la popularizaci¨®n de nuevas firmas provenientes del fanzine, como el singular Paco Alc¨¢zar, que publica casi simult¨¢neamente El manual de mi mente y el primer recopilatorio de las historietas de su simpar creaci¨®n Silvio Jos¨¦, el buen par¨¢sito. En la primera se re¨²nen por primera vez todos los trabajos editados previamente en diferentes publicaciones, componiendo un preocupante retrato de su salud mental si nos atenemos literalmente a su t¨ªtulo, pero un interesante viaje por las diferentes motivaciones intelectuales y formales que han formado la personalidad art¨ªstica de este autor hasta llegar a Silvio Jos¨¦. Alc¨¢zar parte de influencias obvias del underground norteamericano, con Charles Burns, Julie Doucet y Daniel Clowes a la cabeza, quiz¨¢ con algunos matices m¨¢s europeos (el siempre inquietante Blanquet se asoma en muchas de las historias de Mecanismo Blanco), pero todo pasado por un profundo tamiz de humor negro m¨¢s propio de los geniales humoristas de La Codorniz o de los mejores exponentes de la Escuela Bruguera. Un extra?o viaje a lo m¨¢s reprimido de la psique cuyo resultado se plasmar¨¢ con acierto en su creaci¨®n para El Jueves, un personaje repulsivo, pero exponente m¨¢ximo de la degeneraci¨®n de una sociedad que crea con la misma facilidad hikikomoris que par¨¢sitos colectivos televisivos.
Pero, ?y el autor espa?ol de siempre? ?D¨®nde est¨¢ esa generaci¨®n de los a?os ochenta que maravill¨® en las revistas de la ¨¦poca y casi hab¨ªa colonizado la producci¨®n norteamericana de la d¨¦cada anterior? Por desgracia, la mayor¨ªa trabajando en editoriales extranjeras o, peor, dedicados a otras labores que tienen la ventaja evidente de dar de comer unas cuantas veces al d¨ªa. Aunque son muy pocos los que han conseguido seguir trabajando en la historieta, por lo menos siempre queda la labor casi altruista que est¨¢ realizando la editorial Gl¨¦nat, empe?ada en recuperar la obra m¨¢s importante de los autores que marcaron esa d¨¦cada. Adem¨¢s de publicar las nuevas obras de Carlos Gim¨¦nez, en su cat¨¢logo podemos encontrar a autores como Josep Maria Be¨¤, Adolfo Usero, Alfonso Font, Jordi Bernet, V¨ªctor de la Fuente o incluso Purita Campos. Una lista que se ampl¨ªa a Tha y Joan Tharrats, publicando Todo es posible, una antolog¨ªa de historias cortas donde los dos hermanos despliegan un recital de humor absurdo, que analiza los sinsentidos de la vida cotidiana con una iron¨ªa tan fina como aplastante. Cuadros en blanco como exponente perfecto del arte, elefantes con forma de avestruz, genios que ya no est¨¢n para dar deseos, pueblos donde el tiempo no pasa o partidas de ajedrez sin tableros, ni fichas... ni jugadores. Lo extraordinario toma forma de corriente, lo anormal se convierte en normalidad en un juego de apariencias donde, al final, todo es posible.
Unos pocos ejemplos que demuestran que, pese a todo, ha existido, existe y existir¨¢ la historieta espa?ola.
Todo es posible. Tha y Joan Tharrats. Gl¨¦nat Ediciones. Barcelona, 2008. 80 p¨¢ginas. 18 euros. El manual de mi mente. Paco Alc¨¢zar. Reservoir Books/ Random House-Mondadori. Barcelona, 2008. 225 p¨¢ginas. 16,90 euros. Silvio Jos¨¦, el buen par¨¢sito. Paco Alc¨¢zar. El Jueves / RBA. Barcelona, 2008. 114 p¨¢ginas. 7,95 euros. Astro-rat¨®n y bombilla I: parece que chispea. Ferm¨ªn Sol¨ªs. Bang Ediciones. Barcelona, 2008. 60 p¨¢ginas. 13 euros. Bu?uel en el laberinto de las tortugas. Ferm¨ªn Sol¨ªs. Editora Regional de Extremadura. M¨¦rida, 2008. 118 p¨¢ginas. 20 euros.
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