Escarlata Bernard: "Coconi ha ido a por nosotros"

El equipo espa?ol de nataci¨®n vivi¨® una peque?a tregua desde que los buenos resultados del Europeo de Eindhoven, en marzo, aplacaron las tensiones internas. La paz fingida dur¨® hasta que la competici¨®n ol¨ªmpica empez¨® a revelar que aquellas marcas fueron, principalmente, producto de la utilizaci¨®n del nuevo ba?ador. Ayer, tras quedar eliminada de las semifinales de 200 espalda, Escarlata Bernard resolvi¨® disparar contra el director t¨¦cnico, Mauricio Coconi, a quien, entre otras cosas, acus¨® de "machacar" a la estrella del equipo, Mireia Belmonte.

"Desde el principio ha ido a saco a por m¨ª y a por mi entrenador", denunci¨® Bernard; "Coconi no es una persona digna de mi aprecio y no hablar¨¦ bien de ¨¦l". La nadadora achac¨® su mal rendimiento, y el de otros compa?eros, al maltrato que dice recibir por parte del italiano, al que llam¨® tirano. "No soport¨® que mi entrenador, Jordi Murio, discrepara sobre la oportunidad de hacer una concentraci¨®n en altura en Sierra Nevada", revel¨® a la agencia Efe. "Desde entonces nos trat¨® mal. Nos oblig¨® a ir y no quiso que Murio nos acompa?ase a los Juegos. Le impidi¨® dormir en la Villa, y, para evitar que lo humille, yo y mi compa?ero, Sergio Garc¨ªa, le dijimos que prefer¨ªamos venir sin nuestro entrenador".

Murio fue el primer entrenador de Belmonte y ayudante de Coconi cuando lleg¨® a Madrid en 2005. Con el tiempo se distanciaron y Belmonte cambi¨® de manos. Algo similar sucedi¨® entre Coconi y Paul Wildeboer, entrenador y padre de Aschwin, el ¨²nico finalista espa?ol en Pek¨ªn. Sus relaciones con Joan Fortuny, preparador de Erika Villa¨¦cija, o Carlos Carnero, de Marco Rivera, tampoco han sido armoniosas.

Las medallas de los Europeos consolidaron a Coconi. Pero los recelos continuaron. El anuncio de Wildeboer de emigrar a Australia fue el primer s¨ªntoma de que algo no iba bien. Le sigui¨® Melanie Costa, que dijo que se iba a Florida. Ayer fue Escarlata Bernard. Son la punta del iceberg.