Matas no quiere homenajes
Es tan dif¨ªcil adivinar las funciones de un organismo llamado Consorcio de Turismo Joven que, en la trama de corrupci¨®n desvelada en Baleares, ha tenido que ser la justicia quien las d¨¦ a conocer. Despu¨¦s de arduas investigaciones, la fiscal¨ªa ha logrado descubrir que, en tiempos del popular Jaume Matas, el Consorcio no s¨®lo se dedicaba a tareas que de lejos o de cerca ten¨ªan que ver con los adolescentes y su deseo de conocer mundo, sino que tambi¨¦n cubr¨ªa actividades sin grandes diferencias con las que se desarrollan a edades m¨¢s avanzadas. Hasta ahora, son nueve las personas puestas a disposici¨®n del juez, tres de ellas empresarios que pagaron comisiones por los encargos que obten¨ªan o los servicios que prestaban. En cuanto al resto de los encausados, trabajadores y responsables de la Administraci¨®n de Matas, se les imputa un listado de posibles delitos que abarca desde la malversaci¨®n continuada de caudales p¨²blicos hasta el cohecho, la prevaricaci¨®n, las negociaciones prohibidas a funcionarios y la falsificaci¨®n documental.
Ala vista de cargos tan familiares en la vida p¨²blica de los ¨²ltimos a?os, cabr¨ªa preguntarse si los dirigentes baleares imputados por el caso del Turismo Joven maduraron con mucha rapidez o si, por el contrario, el Consorcio actu¨® como escuela para que aprendieran desde la m¨¢s tierna edad las triqui?uelas ocultas de su oficio. En cualquiera de ambos casos, los resultados sobrepasaron las expectativas y, gracias a los ahora imputados, el Gobierno de Matas se encuentra en inmejorables condiciones para ocupar un puesto destacado en el re?ido ranking de la corrupci¨®n en Espa?a.
Jaume Matas present¨® su abandono de la pol¨ªtica como un gesto generoso tras las ¨²ltimas elecciones auton¨®micas. Ahora no cabe duda de que lo fue. En lugar de permanecer en Baleares para recoger las mieles de un ¨¦xito como el del Consorcio, decidi¨® desaparecer de escena. Su humildad resulta conmovedora, sobre todo cuando la justicia no cesa de rendir homenajes a la labor de su Administraci¨®n. Pero ya se sabe que los homenajes de la justicia no suelen gustar a los gobernantes generosos.
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