El brazo ejecutor de Bush
Los paquistan¨ªes dieron la espalda hace tiempo al hombre que se entreg¨® de lleno a Washington en la lucha contra los grupos isl¨¢micos radicales
Profundamente solo dentro de Pakist¨¢n y abandonado por Estados Unidos, pa¨ªs al que sirvi¨® con fidelidad perruna, Pervez Musharraf tir¨® la toalla ayer, incapaz de luchar su ¨²ltima batalla: defenderse ante un Parlamento hostil que le exigi¨® que rindiera cuentas de los miles de civiles y militares muertos durante sus nueve a?os de dictadura. El hombre que se cre¨ªa el ¨²nico capaz de salvar al pa¨ªs de las garras de Al Qaeda y el extremismo isl¨¢mico, y que se autoproclam¨® padre de Pakist¨¢n, cedi¨® el b¨¢culo acosado por los mismos pol¨ªticos que trat¨® de aplastar cuando era general al mando del poderoso Ej¨¦rcito paquistan¨ª.
Las elecciones del 18 de febrero, en las que los paquistan¨ªes dieron ejemplo de su voluntad democr¨¢tica pese a las amenazas de los radicales, firmaron la sentencia de la muerte pol¨ªtica de Musharraf. Los comicios, celebrados tras el dram¨¢tico asesinato de la popular ex primera ministra Benazir Bhutto, fueron considerados un refer¨¦ndum sobre el general golpista convertido tres meses antes en presidente civil, y supusieron el derrumbe del partido que cre¨® para dotarse de una Asamblea Nacional af¨ªn.
Los paquistan¨ªes le llaman Bush-arraf, por su estrecha alianza con EE UU
Washington forz¨® el pacto pol¨ªtico entre el general y Benazir Bhutto
El mayor de sus ¨²ltimos errores fue decretar el estado de emergencia
Desde que en marzo de 2007 inici¨® una guerra sin cuartel contra el presidente del Tribunal Supremo, Iftijar Chaudry, y dem¨¢s jueces, abogados y activistas que cuestionaban su reelecci¨®n como jefe de Estado sin haberse quitado las charreteras, Musharraf se desliz¨® por un tobog¨¢n de errores pol¨ªticos. El c¨¦nit lleg¨® el 3 de noviembre, en que declar¨® el estado de emergencia, destituy¨® a los jueces del Supremo, suspendi¨® la Constituci¨®n, restringi¨® la libertad de expresi¨®n, cerr¨® los principales canales de televisi¨®n privada y detuvo a 5.500 opositores.
Para cuando el 28 de noviembre, presionado por EE UU, colg¨® el uniforme, tres de cada cuatro paquistan¨ªes quer¨ªan que dimitiera, le consideraban el problema.
Los atentados del 11-S dieron un vuelco al Gobierno de Musharraf. ?l mismo cuenta en sus memorias que el presidente George Bush le pregunt¨®: "?Est¨¢s conmigo o est¨¢s contra m¨ª?". El general no se lo pens¨® dos veces y se puso a las ¨®rdenes de Washington en la llamada guerra contra el terror. De ser un paria internacional por dirigir un pa¨ªs que hab¨ªa entrado por la puerta de atr¨¢s en el club at¨®mico (1998), Musharraf se convirti¨® en el gran aliado de EE UU, tanto que los paquistan¨ªes le llaman Bush-arraf.
No dud¨® en hacer avanzar el Ej¨¦rcito sobre las ?reas Tribales de Administraci¨®n Federal (FATA) para perseguir a talibanes y a miembros de Al Qaeda que hu¨ªan de la ofensiva norteamericana en Afganist¨¢n. Las continuas operaciones militares que realizan los 100.000 soldados destacados en esas zonas han forzado el desplazamiento de m¨¢s de 50.000 civiles (seg¨²n International Crisis Group) y la muerte de miles de personas, adem¨¢s de los 1.000 militares fallecidos en combate.
El sentimiento anti-Musharraf se aliment¨® en el uso de la fuerza tanto en las FATA como en la provincia de Baluchist¨¢n, donde m¨¢s de 500 personas permanecen desaparecidas, seg¨²n el Comit¨¦ de Derechos Humanos de Pakist¨¢n. Pero cuando el general se gan¨® la hostilidad de la mayor¨ªa de la poblaci¨®n fue en julio de 2007, al ordenar el asalto a la mezquita Roja, situada en pleno coraz¨®n de Islamabad y en la que se hab¨ªan atrincherado un grupo de militantes fuertemente armados y centenares de chicas estudiantes de la madraza adyacente.
El Gobierno reconoci¨® un centenar de muertos y los islamistas y activistas de derechos humanos sostienen que hubo alrededor de 300, la mayor¨ªa estudiantes.
A cambio de este apoyo a la guerra contra el terror, Washington entreg¨® a Pakist¨¢n en estos a?os 10.000 millones de d¨®lares, m¨¢s de la mitad de los cuales los recibi¨® directamente el jefe del Ej¨¦rcito para modernizar las Fuerzas Armadas y elevar la capacidad combativa contra los talibanes y los miembros de Al Qaeda de los 500.000 militares paquistan¨ªes. Evidentemente, esta lluvia de millones y el respaldo incondicional de Washington a Musharraf no contribuy¨® ni al florecimiento de la democracia ni a la transparencia, sino m¨¢s bien todo lo contrario.
La creciente impopularidad del general llev¨® a Estados Unidos -necesitado de lavar la cara de la dictadura paquistan¨ª- a forzar un acuerdo entre su aliado y la autoexiliada l¨ªder del Partido Popular de Pakist¨¢n (PPP), Benazir Bhutto. El pacto para compartir el poder supon¨ªa que el presidente retiraba los cargos por corrupci¨®n que pesaban sobre Bhutto y los diputados del PPP no boicotear¨ªan las elecciones.
Nada m¨¢s volver al pa¨ªs, el 18 de octubre, donde tuvo un multitudinario pero sangriento recibimiento, qued¨® claro que Bhutto y Musharraf eran agua y aceite. Desparecida Benazir, el presidente trat¨®, para mantenerse en el poder, de instigar y manipular las diferencias existentes entre los vencedores de las elecciones de febrero: Asif Zardari, viudo de Bhutto y dirigente del PPP, y Nawaz Sharif, l¨ªder de la Liga Musulmana Paquistan¨ª. Pero por encima de esas diferencias est¨¢ el odio que siente Sharif contra el que el hombre nombr¨® jefe del Ej¨¦rcito cuando era primer ministro y que le pag¨® con un golpe de Estado (1999), odio que le impuls¨® a incluir en el pacto con el PPP la apertura de un proceso de destituci¨®n de Musharraf.
Gran admirador de Ataturk
- Pervez Musharraf nace en el seno de una familia musulmana de clase media el 11 de agosto de 1943 en Nueva Delhi (India). Segundo de tres hermanos, la familia se instala a sus cuatro a?os en el nuevo Estado de Pakist¨¢n.
- Turqu¨ªa es el siguiente destino familiar por el puesto diplom¨¢tico de su padre. All¨ª viven siete a?os, en los que Musharraf se aficiona al deporte y se hace un gran admirador de Mustaf¨¢ Kemal Ataturk, fundador de la Turqu¨ªa moderna.
- El Ej¨¦rcito, seg¨²n su madre, es la mejor opci¨®n para un mal estudiante. Musharraf ingresa en la Academia Militar de Pakist¨¢n en 1961.
- La guerra contra India, en 1965, es su primera experiencia en combate. Se le condecora por su valent¨ªa.
- Tras la derrota contra los hind¨²es en la nueva guerra de 1971, sirve siete a?os en un comando especial.
- Es nombrado comandante en jefe en 1998, siendo ya general. Un a?o despu¨¦s da el golpe de Estado que
le lleva al poder.
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