El calentamiento abre la ruta mar¨ªtima que bordea el Polo Norte

El paso del noroeste se ha vuelto a abrir este verano por segundo a?o consecutivo a causa del cambio clim¨¢tico. El Gobierno canadiense lo ha declarado navegable, al menos, a trav¨¦s de un corredor que permite sortear las masas de hielo que se van desprendiendo. Se trata de una de las dos rutas que unen los oc¨¦anos Atl¨¢ntico y Pac¨ªfico a trav¨¦s del ?rtico, la que abri¨® el explorador noruego Roald Amundsen en tres a?os de dura lucha que comenz¨® en 1903.

El paso del noroeste ser¨¢ accesible todo el verano en 10 a?os, asegura un experto

La otra ruta, m¨¢s pr¨®xima al Polo Norte, a trav¨¦s del canal de Parry y el estrecho de McClure, que tambi¨¦n podr¨ªa volver a abrirse en las pr¨®ximas semanas, es la que permitir¨ªa el tr¨¢fico mar¨ªtimo a gran escala, explica el Centro Nacional para la Nieve y el Hielo de Boulder, Colorado (NSDIC, en sus siglas inglesas). Una posibilidad que avivar¨¢ sin duda la pelea diplom¨¢tica por dilucidar a qui¨¦n pertenecen esas aguas, que Canad¨¢ reclama como propias y Estados Unidos coloca en zona internacional. Al contrario que el Polo Sur, que es un aut¨¦ntico continente, el Norte est¨¢ cubierto de agua. Por tanto, la cuesti¨®n de la soberan¨ªa es m¨¢s complicada, ya que hay varias posibilidades de repartir las zonas territoriales, como demostr¨® hace poco un estudio hecho por universidades brit¨¢nicas.

El pasado mes de mayo, esos dos pa¨ªses se reunieron en una cumbre con Dinamarca, Noruega y Rusia para tratar un eventual reparto que se antoja muy provechoso. No s¨®lo se trata de que una posible ruta comercial por el paso del noroeste ahorrar¨ªa tiempo y, por tanto, dinero -permitir¨ªa evitar hasta 8.600 kil¨®metros en un viaje entre Tokio y Hamburgo, por ejemplo-, sino que facilita el acceso a enormes yacimientos v¨ªrgenes de gas y petr¨®leo. Los expertos hablan de un ¨¢rtico completamente libre de hielo en verano entre 2030 y 2050.

Para Carlos Duarte, presidente de la Sociedad Americana de Oceanograf¨ªa y director de las campa?as del CSIC en el ?rtico, los pasos podr¨ªan convertirse en "mar azul" en verano en s¨®lo una d¨¦cada. Duarte asegura que el cambio clim¨¢tico ha llevado al ?rtico a "una espiral negativa irreversible". Al irse derritiendo el hielo, el agua que queda absorbe m¨¢s calor, acelerando as¨ª la fusi¨®n del agua congelada. "Se ha perdido la capa hist¨®rica de hielo, de miles de a?os de antig¨¹edad, que no se va a recuperar", asegura Duarte, informa Rafael M¨¦ndez. Esa capa ten¨ªa varios metros de grosor, contin¨²a, y en su lugar hay ahora una fina capa de apenas unos cent¨ªmetros.

Pero la inc¨®gnita inmediata es si volver¨¢ a batir este verano el r¨¦cord de p¨¦rdida de hielo registrado el verano pasado -la superficie qued¨® reducida a 4,2 millones de kil¨®metros cuadrados-. De momento, el est¨ªo de 2008 parece estar causando menos estragos, a pesar de que el pasado 10 de agosto, el hielo ocupaba 6,5 millones de kil¨®metros cuadrados, y hab¨ªa perdido millones de kil¨®metros s¨®lo en lo que va de mes, seg¨²n el NSDIC.

Sin embargo, la apertura de nuevo de la ruta de Amundsen trae consigo algo m¨¢s que malas noticias entrelazadas con codicias comerciales. El Gobierno canadiense ha anunciado que va a aprovechar el deshielo para intentar resolver uno de los enigmas hist¨®ricos mejor guardados: qu¨¦ pas¨® con el Erebus y el Terror, dos nav¨ªos de la armada brit¨¢nica que, al mando de John Franklin, intentaron en 1845 hacer la traves¨ªa entre el este de Canad¨¢ y el estrecho de Bering.

La ¨²ltima vez que se tuvo noticias de ambos buques fue el 26 de julio de 1845. Los intentos para rescatarlos duraron varios a?os, pero no fue posible: los exploradores no encontraron restos de los nav¨ªos, que se supone que acabaron crujiendo bajo el empuje de las masas de hielo cuando el mar se hel¨® de nuevo. Los rumores han acompa?ado el recuerdo de esa expedici¨®n. Se habl¨® de locura y canibalismo entre la tripulaci¨®n. Pero nunca se pudo probar nada. El hallazgo de un cofre lleno de hielo con los cad¨¢veres de dos marineros y un oficial reabri¨® las especulaciones en los ochenta del siglo pasado.

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