... Y Par¨ªs, contado por Solana
La misma maleta milagrosa y los mismos editores -La Veleta, L¨®pez Serrano y Trapiello- est¨¢n detr¨¢s del rescate de Par¨ªs, un libro escrito (o, al menos, vivido) entre 1937 y 1939, en plena Guerra Civil. La primera frase ("El viejo Par¨ªs recuerda a Madrid con sus chamarileros y sus puestos de libros viejos") es casi una profesi¨®n de fe que a m¨¢s de uno le har¨¢ cerrar el volumen, aunque recomiendo al lector que llegue por lo menos a la p¨¢gina donde Solana intenta definir la luminosidad de la ciudad como una "luz gris, azulada y neutra, de patio de cristal esmerilado" que parad¨®jicamente intensifica los colores.
Pero, ?qui¨¦n no encuentra en sus viajes lo que ha llevado hasta all¨ª con ¨¦l? Por eso, a Solana le hacen so?ar las g¨¢rgolas de Notre Dame, visita el museo de cera, da cuenta de los siniestros espect¨¢culos de Montmartre, de las casquer¨ªas de Les Halles o de los monstruos de las barracas de feria. No sabemos muy bien qu¨¦ objeto pudo tener este libro de aire muy sistem¨¢tico, aunque incompleto, que proporciona los precios y trayectos de los transportes p¨²blicos o que reproduce generosamente textos informativos tomados del Espasa, que Solana deb¨ªa copiar en la biblioteca del Colegio de Espa?a. A su entonces vecino P¨ªo Baroja, Solana le pareci¨® un ser vulgar, grosero y cr¨¦dulo, y sin embargo, lo que m¨¢s se asemeja a estas p¨¢ginas, desiguales pero a veces fascinantes, es una novela como El Hotel del Cisne, que tambi¨¦n es heterog¨¦nea, desequilibrada y cautivadora: el escritor es un animal territorial y recela, m¨¢s que de nadie, del que le resulta m¨¢s cercano.
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