M¨ªticos y chinos
Los Juegos de Pek¨ªn ser¨¢n recordados por las proezas de Phelps y Bolt y el liderazgo de China
Al clausurar ayer los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn, el presidente del COI, Jacques Rogge, los calific¨® de "excepcionales", sin precisar si han sido o no los mejores de la historia hasta la fecha. En realidad, lo que s¨ª que es indiscutible es que han sido m¨ªticos y chinos. M¨ªticos, por lo que han significado las proezas del nadador americano Mark Phelps, que con sus ocho oros ha superado la marca que ostentaba su compatriota Mark Spitz desde M¨²nich 72, y sobre todo del jovenc¨ªsimo velocista jamaicano Usain Bolt, el hombre m¨¢s r¨¢pido del planeta, con sus dos nuevos y estratosf¨¦ricos registros en 100 y 200 metros (9,69 y 19,30 segundos). Y han sido chinos porque, tal como pretend¨ªan con exaltado nacionalismo las autoridades del pa¨ªs anfitri¨®n, China ha sido primera en el medallero, con 51 oros, aun cuando Estados Unidos le ha aventajado en el c¨®mputo global (100 contra 110).
La Rep¨²blica Popular apost¨® fuerte desde que en 2001 fue elegida para celebrar el evento. Ha sido impecable. Ha mostrado una capacidad de organizaci¨®n incre¨ªble y ha maravillado con sus instalaciones -especialmente, El Nido y el Cubo del Agua- y sus espectaculares ceremonias de apertura y clausura. Eso no obsta para criticar las detenciones temporales de activistas extranjeros por protestar sobre el T¨ªbet y el hip¨®crita gesto de permitir manifestaciones en tres parques de la capital mediante autorizaci¨®n previa. Ninguna fue permitida y alguno de los convocantes termin¨® en la c¨¢rcel. La seguridad fue total, pese a los atentados mortales en la remota provincia septentrional de Xinjiang. Ojal¨¢ los Juegos sirvan para impulsar la democracia en la inmensa naci¨®n comunista, tal como ocurri¨® en Corea del Sur en 1988. Nadie cuestiona ya el poder¨ªo econ¨®mico del antiguo Imperio del Centro y su imparable camino a convertirse en uno de los l¨ªderes del planeta en este siglo, pero su liderazgo ser¨ªa a¨²n mayor si abriera la puerta a las libertades.
Pek¨ªn 2008 ha supuesto un gran avance en la batalla contra el dopaje; lo demuestra que va en serio la pol¨ªtica de intolerancia absoluta a las drogas cero en el deporte. Esta cultura se ha extendido por todo el planeta, incluso en Estados Unidos, hasta ahora m¨¢s reticente, y eso quiz¨¢ haya sido la causa de la p¨¦rdida de su hegemon¨ªa en las pruebas de velocidad en atletismo, en las que ha dominado Jamaica. Apenas media docena de atletas fueron sancionados; desgraciadamente, entre ellos, una ciclista espa?ola. Probablemente por eso han sido menos los r¨¦cords batidos, as¨ª que a¨²n resulta m¨¢s meritorio lo logrado por Bolt o Phelps.
Respecto a Espa?a, cabe decir que los resultados han sido en conjunto satisfactorios: 18 medallas, una menos que en Atenas, pero cinco de ellas de oro, lo que supone la mejor cosecha desde Barcelona 92, donde se consiguieron 22 preseas. Las expectativas eran, en cualquier caso, mayores. Acierta el secretario de Estado para el Deporte, Jaime Lissavetzky, cuando afirma que se ha dado un empuj¨®n, pero no el salto que pod¨ªa darse. Y tiene raz¨®n, porque en algunas disciplinas como son el atletismo y la nataci¨®n, los resultados han sido decepcionantes. Por vez primera en 16 a?os, ning¨²n atleta espa?ol ha logrado una sola medalla en la pista de tart¨¢n. Es verdad que algunos se quedaron muy cerca. Pero el atletismo exige en Espa?a una seria renovaci¨®n en la que seguramente habr¨¢ que contar con la poblaci¨®n inmigrante.
Los ¨¦xitos han venido de los deportes colectivos, y especialmente del baloncesto, as¨ª como del hockey y el balonmano. Pau Gasol y compa?¨ªa lograron ayer vender muy cara su derrota en una final memorable contra Estados Unidos, plagado de estrellas de la NBA. Pero igual de meritorios fueron los triunfos de Nadal, Llaneras, David Cal y los pirag¨¹istas de K-2, Deferr y las chicas de la nataci¨®n sincronizada, con Gemma Mengual como estandarte.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.