Divagaciones sobre los Juegos Ol¨ªmpicos
En estas p¨¢ginas, con motivo de unos Juegos anteriores, se public¨® un art¨ªculo de Rafael S¨¢nchez Ferlosio del que recuerdo su final poco encomi¨¢stico: "?Y una mierda para las olimpiadas!". ?stas, desde luego, aunque nos hayan entretenido este verano, se prestan a la cr¨ªtica. Fomentan el chovinismo, pues lo importante no es participar sino ganar, pese a que el llamado esp¨ªritu ol¨ªmpico presuma de lo contrario. Subir al podio, adem¨¢s, requiere gastar millones en la preparaci¨®n de los atletas, por lo que suele haber correlaci¨®n entre n¨²mero de medallas y poder econ¨®mico. Espa?a en esto no hace muy buen papel, ya que en el medallero no ocupamos el lugar que nos corresponder¨ªa por el peso de nuestro producto nacional. Hay as¨ª al menos media docena de pa¨ªses que, habida cuenta de sus recursos, se desempe?an deportivamente mejor que nosotros.
?Por qu¨¦ no dejar tranquilos a los 'Fragas chinos' para que hagan su propia transici¨®n?
Tampoco destaca Espa?a por su televisi¨®n p¨²blica, que es la que ha retransmitido los Juegos. M¨¢s de una vez, TVE no sab¨ªa decirnos de antemano la programaci¨®n, y hasta alg¨²n locutor ten¨ªa dificultades para pasar de la hora de Pek¨ªn a la de Espa?a. Adem¨¢s, nos fre¨ªan a los telespectadores con publicidad, esa pesadilla de la econom¨ªa de mercado. ?Por qu¨¦ hemos de financiar con nuestros impuestos una televisi¨®n p¨²blica que, sin raz¨®n alguna, compite con las televisiones privadas en todo, incluidos los anuncios y la telebasura? ?Por qu¨¦ no podemos tener una TVE m¨¢s peque?a, menos dispendiosa y de mayor nivel cultural? Claro que ello es pedir peras al olmo, pues nunca se ha sabido que un organismo p¨²blico acepte gastar menos, tener menos burocracia y sacrificar la cantidad a la calidad.
En todo caso, China ha demostrado con los Juegos que es una gran potencia en todos los planos. Las cuestiones que ello suscita son muchas. ?Por qu¨¦ fracas¨® el comunismo sovi¨¦tico y est¨¢ triunfando el chino? Si no se produce un improbable par¨®n en ese espectacular avance, ?no ser¨¢ el panorama mundial dentro de 25 ¨® 50 a?os muy distinto del actual? ?No ocurrir¨¢ que el tan denostado comunismo, al menos en su versi¨®n china, encierra valores que han logrado algo desconocido hasta ahora en la historia: impulsar hacia delante con enorme fuerza a una naci¨®n de millardo y medio de personas, hasta hace poco sumida en un atraso que sigue atenazando a decenas de pa¨ªses?
Claro que ese progreso se hace con notorias deficiencias en materia de derechos humanos. Claro que hay que desear que se corrijan esas deficiencias cuanto antes. Pero es dif¨ªcil dar consejos de c¨®mo debe hacerse, tanto m¨¢s cuanto que otros pa¨ªses, con Estados Unidos a la cabeza, han infringido esos derechos en los ¨²ltimos a?os so pretexto de buscar la eficacia en la lucha contra el terrorismo. Una de las cosas que cambiar¨¢n con lo que est¨¢ ocurriendo en China es que tendr¨¢ que acabarse la arrogancia de Occidente, derivada de haber ejercido la hegemon¨ªa mundial durante 500 a?os y que hab¨ªa vuelto a resurgir despu¨¦s del colapso de la Uni¨®n Sovi¨¦tica.
Por cierto, Rusia es otra potencia mundial en auge. Lo ha demostrado en los Juegos Ol¨ªmpicos, pero tambi¨¦n en el penoso asunto de Osetia del Sur, donde el poco recomendable presidente de Georgia, alentado por Estados Unidos, pretendi¨® imponer su voluntad nada democr¨¢tica con la fuerza de las armas. La respuesta rusa ha sido brutal, pero con la raz¨®n de su parte.
Otro asunto relacionado, aunque de lejos, con los Juegos es el de que, poco antes de su celebraci¨®n, un juez espa?ol decidiera abrir diligencias contra unos dirigentes chinos por las infracciones de los derechos humanos cometidas en el T¨ªbet.
Ese af¨¢n de nuestros jueces de perseguir esas infracciones a lo largo y lo ancho del universo mundo estar¨ªa m¨¢s justificada si no fuera Espa?a un pa¨ªs donde hace relativamente poco y durante casi 40 a?os hubo una vulneraci¨®n continua de los derechos humanos, con el hecho tan peculiar de que nunca se ha procesado a nadie, ni a una sola persona, por tal motivo.
?Por qu¨¦ unos ministros chinos tendr¨ªan que responder ante la justicia espa?ola y el se?or Fraga, para poner un ejemplo, nunca tuvo que hacerlo, a pesar de haber ordenado una represi¨®n con v¨ªctimas mortales contra unos pac¨ªficos huelguistas, haber avalado el cumplimiento de penas capitales y haber sido un decidido partidario de la dictadura? S¨ª, ya s¨¦ que Fraga apoy¨® la transici¨®n, defendi¨® luego la democracia y hoy es incluso partidario de que la derecha se centre y prescinda de cualquier extremismo. Pero, entonces, ?por qu¨¦ no dejar tranquilos a los Fragas chinos para que hagan su propia transici¨®n?
En definitiva, los Juegos Ol¨ªmpicos y, en general, lo que sucede en el mundo podr¨ªan servirnos para curarnos de un defecto patrio y ser todos, televisi¨®n, pol¨ªticos, jueces y ciudadanos, m¨¢s humildes y autocr¨ªticos. No parece, en definitiva, visto el pasado y el presente, que este nuestro pa¨ªs est¨¦ capacitado para dar lecciones en deporte ni en otras esferas. Ni siquiera en econom¨ªa, donde adem¨¢s de que cualquier comparaci¨®n con las tasas de crecimiento chinas nos dejar¨ªa en rid¨ªculo, los achaques recientes han mostrado lo inoportuno de vanagloriarse.
Francisco Bustelo es catedr¨¢tico jubilado de Historia Econ¨®mica y rector honorario de la Universidad Complutense.
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