A¨ªto 'El Breve'
Un paso por la selecci¨®n tan corto en tiempo como profundo en significado
Con el anuncio de la contrataci¨®n de A¨ªto Garc¨ªa Reneses por el Unicaja se cierra definitivamente el c¨ªrculo de su paso por la selecci¨®n espa?ola de baloncesto. Tampoco es que hiciese falta este comunicado, ni el anterior de su renuncia como seleccionador. Estaba m¨¢s que cantado desde que A¨ªto acept¨® una oportunidad dif¨ªcil de rechazar: dirigir a la mejor selecci¨®n de la historia en su cita m¨¢s importante, los Juegos. Pero pensar que A¨ªto, en la cumbre de su carrera como t¨¦cnico, iba a conformarse con entrenar dos meses al a?o entraba en el terreno de creencias como los Reyes Magos o el ratoncito P¨¦rez. Por no hablar de la curiosa situaci¨®n de que, mientras todos los equipos ACB ten¨ªan entrenador para este a?o, el Unicaja, uno de los ilustres, manten¨ªa su silla vac¨ªa. Aun as¨ª, los diferentes actores han llevado la ficci¨®n hasta el final. Pues vale.
Promocion¨® a la pareja Ricky-Rudy y nada le hizo cambiar sus convicciones
El paso de A¨ªto por la selecci¨®n ha sido fugaz. Un d¨ªa de ¨¦stos, a la ACB le dar¨¢ por derogar esa directriz que impide compaginar un club con la selecci¨®n. Se me debe escapar alguna cuesti¨®n capital para entenderlo, pues no termina de encajarme la incompatibilidad. Tampoco entiendo que los ¨¦xitos de la selecci¨®n no se compartan como se deber¨ªa por los clubes, que, al cabo, son los que forman y a los que pertenecen los jugadores. Esta falta de sinton¨ªa ha provocado una doble percepci¨®n: la selecci¨®n, o sea, la federaci¨®n, funciona. La ACB, en cambio, no atrapa inter¨¦s m¨¢s all¨¢ de seguimientos locales.
Volviendo a A¨ªto, si bien su estancia ha sido breve, no ha resultado banal. No s¨®lo por el resultado obtenido, espectacular e hist¨®rico, sino tambi¨¦n porque de su mano se produjo el comienzo de la renovaci¨®n de un colectivo instalado en el ¨¦xito desde hace varios a?os. En muy poco tiempo, A¨ªto cambi¨® el estilo de la selecci¨®n, que dej¨® de tener su ventaja competitiva en el ataque para radicarla en su defensa; vari¨® las jerarqu¨ªas y rotaciones, promocion¨® a la pareja Ricky-Rudy y nada ni nadie le hizo moverse un ¨¢pice de sus convicciones t¨¢cticas. Desde el ¨¦xito de Jap¨®n se reconoc¨ªa que, por encima de todo, Espa?a era un equipo. Pero ese equipo ten¨ªa definidas sus principales caras: Pau Gasol, Calder¨®n, Navarro y Garbajosa. Salvo Pau, los otros tres han quedado muy difuminados. Incluso Pau no ha sido el habitual dominador. Esto concuerda con el estilo del t¨¦cnico, refractario a protagonismos individuales. Ya lo hizo en el Barcelona y el Joventut y lo har¨¢ en el Unicaja.
El tiempo y los resultados le han dado la raz¨®n. Para que nada quedase susceptible de cr¨ªtica, se cerr¨® la participaci¨®n con la final so?ada, en la que todo cuadr¨®, salvo la derrota. Con su incre¨ªble partido, Espa?a recuper¨® su esplendor, ausente en partidos anteriores, exitosos pero algo funcionariales. Explot¨® en el momento justo y ante el rival adecuado, EE UU, confirmando la excepcionalidad de este grupo y apuntando al futuro con unos sutiles cambios de funcionamiento que invitan al optimismo a pesar de alguna ausencia ya anunciada. En ese futuro ya no estar¨¢ A¨ªto, cuyo paso ha sido tan breve en el tiempo como profundo en su significado.
Pau Gasol, estrella indiscutible del combinado espa?ol de baloncesto (lalistaWIP)
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