Las inversiones europeas en Rusia alejan la posibilidad de sanciones
Alemania, Italia y Francia se oponen a cualquier castigo
Los patrones de la gran industria alemana no han dudado en mostrar abiertamente durante estos d¨ªas su preocupaci¨®n por las consecuencias que tendr¨ªa para sus negocios que la UE aislara a Mosc¨². No s¨®lo porque la producci¨®n de sus f¨¢bricas depende en gran parte del petr¨®leo y el gas ruso, sino tambi¨¦n porque se pondr¨ªan en riesgo los miles de millones de euros que gigantes como el grupo energ¨¦tico EON, la firma de autom¨®viles Volkswagen o la qu¨ªmica BASF han invertido en aquel pa¨ªs en los ¨²ltimos a?os.
Alemania, la mayor econom¨ªa de la zona euro, es el principal socio comercial comunitario de Rusia, pero muchos otros pa¨ªses de la UE, como Italia, Francia, Reino Unido y Polonia, tambi¨¦n tienen fuertes intereses econ¨®micos. Europa no puede hacer mucho, porque si corta las relaciones comerciales con Rusia, habr¨¢ represalias, y nadie quiere quedarse este invierno sin gas y petr¨®leo, cuyos precios ya est¨¢n por las nubes, afirma en una entrevista telef¨®nica Fredrik Erixon, director del Centro Europeo de Econom¨ªa Pol¨ªtica Internacional en Bruselas.
Mosc¨² vende a la UE un tercio del petr¨®leo y el 40% del gas que necesita
Entre 2000 y 2007 se ha triplicado el comercio entre rusos y europeos
El factor econ¨®mico es el principal freno para decretar sanciones contra Mosc¨² por la invasi¨®n de Georgia. Mientras la llamada Liga Norte integrada por Reino Unido, Polonia, Suecia y los tres Estados b¨¢lticos reclama mano dura, pese a que tambi¨¦n tienen intereses econ¨®micos, otros pa¨ªses como Alemania, Francia e Italia consideran que cualquier castigo ser¨ªa prematuro y que la mejor v¨ªa es la del di¨¢logo con el Kremlin. Finalmente, la cumbre de ayer se limit¨® a dejar en suspenso las negociaciones para renovar el acuerdo que regula las relaciones comerciales entre ambas partes.
La capacidad de los europeos de tomar medidas contra el Kremlin es muy limitada. Rusia es el tercer socio comercial de la UE, despu¨¦s de Estados Unidos y China, sobre todo porque le suministra un tercio del petr¨®leo que necesita y un 40% del gas. Bruselas est¨¢ intentado impulsar un proyecto de gasoducto para traer gas del mar Caspio a trav¨¦s de Georgia y Turqu¨ªa y reducir la dependencia de Rusia, pero parece que una alternativa impulsada por Gazprom, el gigante ruso del gas, junto a la petrolera italiana Eni, est¨¢ ganando posiciones. Entre 2000 y 2007, el comercio entre la UE y Rusia casi se ha triplicado.
Adem¨¢s, la UE es, con diferencia, el principal inversor en el mercado ruso (representa m¨¢s del 70% de la inversi¨®n acumulada y s¨®lo el a?o pasado los europeos destinaron 17.000 millones, seg¨²n la Comisi¨®n Europea). Las compa?¨ªas europeas, sobre todo las alemanas, las italianas y las brit¨¢nicas, han realizado grandes inversiones y quieren protegerlas, destaca Fredrik Erixon.
Petroleras como la alemana EON y la italiana Eni han aprovechado las buenas relaciones que ha habido entre los Gobiernos de sus pa¨ªses y el Kremlin para llegar a acuerdos de colaboraci¨®n con Gazprom. El ex canciller Gerhard Schr?der, que mantuvo una excelente relaci¨®n con el ahora primer ministro Vlad¨ªmir Putin, fue fichado por Gazprom pocos meses despu¨¦s de dejar el poder, en noviembre de 2005. No es el ¨²nico dirigente europeo que se lleva especialmente bien con Putin. El primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, mantiene una estrecha relaci¨®n con ¨¦l hace a?os.
Tambi¨¦n est¨¢ presente en Rusia la brit¨¢nica BP, aunque el Kremlin amenaz¨® al grupo con retirarle una licencia de gas. Precisamente, Reino Unido est¨¢ siendo ahora muy cr¨ªtico con Mosc¨². La espa?ola Repsol YPF negocia su entrada. Todas las petroleras tienen que asociarse con una empresa rusa para poder trabajar en el pa¨ªs.
Necesitamos m¨¢s di¨¢logo y menos confrontaci¨®n, afirm¨® ayer Juergen Thumann, presidente de la Federaci¨®n de Industrias Alemanas, una organizaci¨®n que representa a 107.000 compa?¨ªas de la mayor econom¨ªa de la zona euro, incluidas Siemens y Deutsche Bank. Thumann advirti¨® de las consecuencias negativas de imponer sanciones a Rusia o bloquear su entrada en la Organizaci¨®n Mundial del Comercio. Todos perder¨ªamos con ello, dijo.
Los pa¨ªses ex comunistas tienen una posici¨®n delicada en esta crisis, seg¨²n los analistas. Por una parte, su pasado les lleva a pedir a sus socios europeos que planten cara a Mosc¨²; por otra parte, son los que m¨¢s dependen del crudo ruso y muchos mantienen relaciones comerciales fluidas, como es el caso de Polonia.
No creo que haya un peligro inminente para las empresas en este momento, ya que ni la UE ni Rusia est¨¢n planeando una confrontaci¨®n, afirma Maciej Krzak, experto del Centro de Investigaci¨®n Social y Econ¨®mica de Varsovia, en una entrevista telef¨®nica. Mi impresi¨®n es que Rusia quiere evitar un empeoramiento de las relaciones comerciales y no planea utilizar el suministro de crudo y gas natural como arma esta vez, afirma.
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