Nuria Amat
La estelar escritora catalana Nuria Amat escribe en una lengua que une a cuatrocientos millones de hispanoparlantes.
Importa su fidelidad a la literatura, su devoci¨®n a la letra. Ensayo -Todos somos Kafka-, cr¨ªtica literaria -Juan Rulfo, el mejor trabajo sobre el autor mexicano-, periodismo de ?combate?, ?rectificaci¨®n?, ?ubicaci¨®n? Y sobre todo, novela. Muy subjetiva: El pa¨ªs del alma. Muy objetiva: Reina de Am¨¦rica, impresionante relato de la Colombia guerrillera y viciosa. Y ahora, un libro de una complejidad y riqueza que no son ajenas al riesgo de presentar una novela que se desconoce a s¨ª misma, que se disfraza de autobiograf¨ªa sin serlo, de colecci¨®n de m¨¢ximas que se autominimiza, como si la autora nos desafiara a buscar y encontrar la novela llamada Deja que la vida llueva sobre m¨ª.
Los aforismos de Amat son como signos breves y llamativos de un camino que no quiere revelar su destino. El estilo desvela y encubre los "temas" que se van sucediendo. El padre. La madre. Los hermanos. Los amigos. Los amantes. Los maridos. Hasta anclar, reveladoramente, en dos personajes tan "creados", por as¨ª decirlo, tan "literarios" que, retrospectivamente, iluminan la profunda uni¨®n de aforismos y caracteres.
Amat propone una autor¨ªa solitaria, des-ubicada, fuera de lugar en todas partes y no da cuartel para recordarnos la soledad del acto de escribir. Se escribe en el lugar de los desheredados, donde nos toca la locura ajena, donde los amantes buscan la cat¨¢strofe, donde las rec¨¢maras evocan los cementerios, donde so?ar es naufragar en el secreto del cuerpo, donde Dios es el vecino de la pieza de al lado, donde s¨®lo al gritar somos sinceros, donde el miedo a morir es "el motivo secreto de la ruptura de tantas parejas que llevan a?os juntos y que ven en la vejez el castigo por haber vivido". Donde la muerte es la moneda que se paga por el lujo de vivir.
La escritora se da cuenta de que un amor, sin embargo, ha sido verdadero s¨®lo al perderlo. Entonces se deja atr¨¢s la indiferencia, el "nudo de plomo" que hunde a las parejas cuando "ya nadie quiere despertar al lado de alguien con quien no es feliz" y se gana, en cambio, la inmensa posibilidad de "amar con tanta intensidad algo que no existe". Fortuna que reclama -es la v¨ªa de la concreci¨®n amorosa- lo m¨¢s nimio, olvidado y perdurable de una relaci¨®n de pareja. Hacer re¨ªr. Despedirse con elegancia. Salir de la cama con una mirada consternada. Naufragar en el secreto del cuerpo, y no poder desnudarse del todo porque nuestro gran disfraz es el cuerpo.
Evocar dos caracterizaciones que por s¨ª solas le dan su espesor de ficci¨®n a esta fr¨¢gil y aleatoria aproximaci¨®n a la verdad y a la mentira de nuestras vidas. Hay una anciana, Dominica, analfabeta, sola, enlutada, que no reza porque es pobre. Es experta en encontrar los mejores escondites y el mejor de todos los escondites es la tumba. All¨ª, Dominica parece estar en su pa¨ªs de origen. Vivi¨® sin quejarse: sab¨ªa que lo peor ya hab¨ªa sucedido. "As¨ª y todo", dice la autora, "consigue regalarme su voz y su palabra".
El otro personaje es un joven que, abandonando la droga, envejece en un paraje boscoso de dif¨ªcil acceso donde cuida plantas y tambi¨¦n cultiva la soledad. Ejerce la memoria con la esperanza de volver a nacer. Cuando lee, se desmaya. Le seduce la exageraci¨®n. Cree que el narcisismo es un arma contra la muerte.
Ambos -la anciana y el hombre del bosque- provienen de una Espa?a de militares y sacerdotes, a donde acaba de llegar el tel¨¦fono y apenas se canalizan las aguas negras. La evocaci¨®n de la Espa?a reciente, agraria, tiranizada, ofrece un fort¨ªsimo contraste con el pa¨ªs moderno, europeo, cosmopolita, atado a¨²n a regionalismos, patrioter¨ªas y discordias a?ejas. Nuria Amat no oculta los caminos de su liberaci¨®n como narradora. Ama el mar. Ama el hecho de que en Espa?a el horizonte marino nunca est¨¦ demasiado lejos: sumergirse en una cala es esquivar la muerte. Ama a los amigos. Ama a quienes la amaron. Ama, as¨ª, a los amantes que han muerto y escucha la "voz arcaica del ¨¢ngel condenado". Ama la m¨²sica, la tormenta y las emociones.
Pero no se enga?a. Como puede ser, lo bueno y hermoso puede no ser. En cambio, florecen siempre las flores de la discordia. Las tragedias forman sus nidos. A veces, s¨®lo se ama renunciando al ser amado. Nos rodean personas que buscan enemigos, que hablan mal de otras personas, que se caricaturizan en s¨ª mismas en el acto de la envidia...
El libro de Nuria Amat es un poema sobre la posibilidad e imposibilidad de ser feliz y una afirmaci¨®n literaria: al cabo, el escritor no reconoce otra vida que la de la letra, a sabiendas de que todo lo escrito es imperfecto. O tan perfecto como esos espacios en blanco que, en un t¨¢cito homenaje a Mallarm¨¦, cierran este libro. Porque, al fin, un juego de dados no abolir¨¢ el azar.
Carlos Fuentes (Panam¨¢, 1928) publicar¨¢ en octubre La voluntad y la fortuna (Alfaguara).
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