Un profundo retrato del fracaso

"Sorpresas te da la vida", cantaba Rub¨¦n Blades al certificar el estupor del mat¨®n de esquina Pedro Navaja al comprobar ¨¦ste c¨®mo le mandaban al otro barrio. Yo me acabo de llevar una sorpresa muy grata al final de la Mostra con un director y un actor de los que s¨®lo pod¨ªa esperar lo peor, hacia los que albergaba infinitos y contrastados prejuicios.

El actor se llama Mickey Rourke. La primera vez que le vi en una pantalla, en la inteligente comedia Dinner, me pareci¨® que ten¨ªa estilo, chuler¨ªa y gracia. Virtudes confirmadas en el legendario personaje que le encarg¨® Coppola en La ley de la calle, en el papel de aquel antiguo pr¨ªncipe de la calle conocido como El Chico de la Moto que regresa a su viejo territorio en estado de descomposici¨®n interna, sin ganas de sobrevivir, incomunicado con la realidad, asumiendo su agon¨ªa. Rourke desprend¨ªa misterio, sensualidad, sufrimiento e hipnosis en aquella memorable creaci¨®n. Todo ello degener¨® despu¨¦s en histrionismo de la peor clase, amaneramiento, vacuidad, sobreactuaci¨®n en una carrera a la deriva. As¨ª como hay actores y actrices que te seducen siempre, que te compensa verlos y o¨ªrlos independientemente de la calidad de sus pel¨ªculas, hay otros que te cargan y que no te los crees nunca. Con Rourke me ocurr¨ªa lo segundo.

Me parece un filme espl¨¦ndido, de ambientes s¨®rdidos y gente acorralada

El realizador logra que te salpique la tragedia de este ex luchador a la deriva

Mickey Rourke impresiona, te est¨¢ hablando del infierno terrenal

Hoy se otorgan los premios; s¨®lo tres pel¨ªculas atesoran calidad

En cuanto al director Darren Aronofsky, glorificado autor de Pi, R¨¦quiem por un sue?o y The fountain, alimentaba todo tipo de miedos. No me gustaba su retorcido sentido visual, sus diarreas imaginativas, sus pretensiones l¨ªricas, su espesura tem¨¢tica, su abuso de la simbolog¨ªa.

Aronofsky dirige The wrestler y la protagoniza Mickey Rourke y me parece una pel¨ªcula espl¨¦ndida, un penetrante retrato del fracaso, de ambientes s¨®rdidos, de gente acorralada y sola en busca de un respiro y de su ¨²ltima oportunidad. Est¨¢ a la altura de las extraordinarias Fat city, de John Houston, R¨¦quiem por un campe¨®n, de Ralph Nelson, y Million dollar baby, de Clint Eastwood.

Rodada sin afanes experimentales, con lenguaje cl¨¢sico, con tenebrosa claridad, habla de un antiguo campe¨®n de lucha libre al que la vida le ha pasado factura, en ruina f¨ªsica y moral, intentando sobrevivir con peleas ama?adas en antros deprimentes, buscando la imposible comunicaci¨®n con una hija desde?osa y perdida, intentando en vano refugiarse en una striper adulta y endurecida, con su organismo a punto de estallar y con el ¨¢nimo encogido, intentando aliviar o enga?ar a su desolaci¨®n con alcohol y drogas.

Aronofsky logra que te salpique la tragedia de este ser a la deriva, que desees su problem¨¢tica redenci¨®n, que sientas piedad y ternura hacia este animal ¨ªntimamente herido. Crea una atm¨®sfera asfixiante, encuentra el tono aut¨¦ntico para que te creas a esos perdedores, para que sientas su desgarro y su miedo.

Imagino que los maquilladores no han tenido que esforzarse mucho para que el abotargado y monstruoso rostro de Mickey Rourke transmita la sensaci¨®n de una persona acabada. Si cada uno dibujamos nuestra propia cara a partir de una edad y de las experiencias vitales, la del destrozado Mickey Rourke impresiona, te est¨¢ hablando del infierno terrenal. La presencia, la gestualidad y los movimientos de este hombre, lo que muestra por fuera y lo que sugiere que le est¨¢ ocurriendo por dentro es una geograf¨ªa de la devastaci¨®n. Su interpretaci¨®n est¨¢ m¨¢s all¨¢ del elogio. The wrestler desprende sentimiento y credibilidad, te conmueve y la recuerdas.

No acostumbro a hacer quinielas con el palmar¨¦s de los festivales ya que siempre me equivoco, mi gusto pocas veces est¨¢ de acuerdo con el de los jurados. La l¨®gica deber¨ªa repartir los premios de una secci¨®n oficial que ha sido bochornosa entre las tres ¨²nicas pel¨ªculas que atesoran calidad. Tienen un grave problema y es que adem¨¢s de ser transparentemente buenas son cine parido en Estados Unidos, algo que suele provocar alergia en el presunto rigor intelectual y est¨¦tico de los jurados. Se titulan The burning plain, The hurt locker y The wrestler y las dirigen Guillermo Arriaga, Kathryn Bigelow y Darren Aronofsky. Esperemos que Wim Wenders y sus compa?eros tambi¨¦n reconozca lo evidente. Y si no, da igual.