Inexcusable Le¨®n de Oro a la escalofriante 'The wrestler'
El jurado cumple las expectativas y premia a la pel¨ªcula de Darren Aronofsky
Hay que reconocerle valor o una insensata adicci¨®n al exhibicionismo al melifluo Marco M¨¹ller, director de esta Mostra que cualquier espectador con dos dedos de frente recordar¨¢ como una pesadilla, al ejercer de maestro de ceremonias en la entrega de premios, ya que corr¨ªa el peligro de que las v¨ªctimas del infinito tedio con el que nos ha castigado olvid¨¢ramos los buenos modales al verle. Y, c¨®mo no, durante la hora de agradecimientos que dura la clausura escuchamos muchas veces esas imposturas verborreicas y cursis exaltando el amor al cine, la necesidad de que haya arte en ¨¦l. Aqu¨ª ese supuesto arte lo hemos palpado con cuentagotas, aunque todos los concursantes est¨¦n convencidos de que sus criaturas chorrean trascendencia.
Aqu¨ª el supuesto arte lo hemos palpado a cuentagotas
Al final de este festival de aburrimiento han tenido la suerte de que se colara una gran pel¨ªcula, algo que servir¨¢ a los organizadores para intentar maquillar lo injustificable y seguir tir¨¢ndose el rollo del comprometido cine de autor en las pr¨®ximas y temibles ediciones.
Hubiera sido demasiado escandaloso que no concedieran el Le¨®n de Oro a uno de los pocos oasis en este desierto. Se titula The wrestler y est¨¢ destinada a perdurar como uno de los m¨¢s emocionantes, violentos, s¨®rdidos, tiernos y comprensivos acercamientos que ha hecho el cine a esos personajes sin estrella y vapuleados por la vida llamados perdedores. La dirige con estilo sobrio y capacidad de conmoci¨®n Darren Aronofsky y la interpreta Mickey Rourke con tanto dolor como autenticidad. Los que admiraban el esot¨¦rico cine anterior de Aronofsky deben de haberse llevado un susto de muerte ya que en esta ocasi¨®n se entiende todo lo que pretende contar, rezuma sentimiento y complejidad, puede tocarle el coraz¨®n a una gama muy variada de espectadores. Ha declarado Aronofsky que tiene derecho a reinventarse. Una l¨¢stima que haya tardado tanto tiempo en hacerlo, que poseyendo tanto talento y sensibilidad para narrar con clasicismo, se lo haya montado durante a?os de moderno delirante. Su caso me recuerda al de otros colegas como David Cronenberg y David Lynch, gur¨²es que a veces se reinventan exponi¨¦ndose al desd¨¦n de su antigua y selectiva parroquia, que hacen pel¨ªculas tan hermosas como Promesas del Este, El hombre elefante y Una historia verdadera.
En el resto del palmar¨¦s se han olvidado del excelente gui¨®n de Guillermo Arriaga y de las admirables interpretaciones de Charlize Theron y de Kim Basinger en The burning plain o de la sabidur¨ªa para crear tensi¨®n de la directora Kathryn Bigelow en la perturbadora The hurt locker. Normal. Con premiar a The wrestler ya estaban en paz con el gran cine y pod¨ªan dedicar todos los dem¨¢s premios a sus caprichos coronando exotismos y pesadeces.
Ignoro si existe una ley que obliga a no dejar desiertos todos los premios, pero hacerlo de vez en cuando ser¨ªa tan l¨²cido como coherente. Puedo entender con un poco de esfuerzo que se premien las buenas intenciones de la pel¨ªcula et¨ªope Teza, relato aceptable de los peligros que amenazan a los disidentes en las dictaduras populistas. Pero no logro encontrar ni una m¨ªnima virtud en la insoportable espesura y vacuidad de la pel¨ªcula rusa Bumaznyj soldat, que cuenta la preparaci¨®n de sus astronautas en la ¨¦poca de la guerra fr¨ªa. Si hago memoria sobre esta tem¨¢tica y aparece Elegidos para la gloria, me entra la verg¨¹enza ajena. El personaje que interpreta la premiada actriz Dominique Blanc en La otra intenta suicidarse al principio sacudi¨¦ndose un martillazo en su cabeza. S¨®lo le sale un chich¨®n y la vida contin¨²a. Pero yo acabo lamentando que ese da?o fuera tan liviano al tener que aguantar durante dos horas las desgracias de esa desagradable se?ora. Tampoco encuentro nada destacable en la quejumbrosa composici¨®n que hace el actor Silvio Orlando en El padre de Giovanna. Y me parece un disparate el Le¨®n Especial que se ha concedido a la insufrible carrera del director alem¨¢n Werner Schroeter. Ya s¨¦ qu¨¦ an¨®nimo regalo le puedo enviar a un enemigo, la obra completa en DVD del cine de este plasta.
Afortunadamente ya se ha acabado este calvario de 11 d¨ªas en el que el cine ha sido gravemente ofendido con una programaci¨®n demencial. Adi¨®s al insoportable calor h¨²medo de Venecia, a la tortura que suponen las butacas de la sala PalaLido, al incansable sadismo de los mosquitos, a tanto tiempo malgastado e irrecuperable, a tener que escribir sobre la nada absoluta. Es muy dif¨ªcil de superar la ruina de esta Mostra. El festival de San Sebasti¨¢n lo tiene muy f¨¢cil para que recuperemos el respeto por el cine.
Palmar¨¦s de la Mostra
- Le¨®n de Oro: The westler, de Darren Aronofsky.
- Le¨®n de Plata a la mejor direcci¨®n: Aleksei German Jr., por
Bumaznyj soldat.
- Le¨®n Especial del Jurado: para Werner Schroeter "por su innovadora obra".
- Premios Especial del Jurado y al mejor gui¨®n:z/b> para el director Haile Gerima por Teza.
- Copa Volpi al mejor actor: Silvio Orlando, por Il pap¨¤ di Giovanna.
- Copa Volpi a la mejor actriz: Dominique Blanc, por L'autre.
- Premio FIPRESCI: Gabbla,
de Tariq Teguia.
- Gran premio Orizzonti: Melancholia,
de Lav D¨ªaz.
- Le¨®n de Oro al mejor cortometraje: Tierra y pan, de Carlos Armella.
Babelia
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