El polvor¨ªn de Evo sacude Suram¨¦rica
Chile convoca una cumbre de urgencia de 12 pa¨ªses ante el conflicto boliviano - Brasil advierte que no tolerar¨¢ una ruptura en su principal suministrador de gas
Al igual que sucede en el monte, la crisis boliviana empez¨® siendo una fogata convertida al rato en un fuego fuera de control que amenaza ahora con transformarse en un pavoroso incendio y sus llamas pueden extenderse a todo el continente americano. En un salto cualitativo sin precedentes en la historia reciente del conflicto, los graves enfrentamientos civiles de esta semana han obligado a movilizarse a Gobiernos cuyo papel es crucial para determinar qu¨¦ rumbo tomar¨¢ la crisis en los pr¨®ximos d¨ªas. Bolivia padece un conflicto interno, pero su futuro va a decidirse en el exterior.
La veintena de muertos y cientos de heridos -am¨¦n de algunos desaparecidos- con los que se han saldado los graves enfrentamientos civiles sucedidos esta semana en la regi¨®n autonomista de Pando entre partidarios del proyecto indigenista de Evo Morales y simpatizantes de las regiones autonomistas suponen un nuevo pelda?o en la escalera de violencia por la que asciende el pa¨ªs andino desde hace dos a?os. Pero no se trata de una cifra m¨¢s que agregar al medio centenar de muertos por violencia pol¨ªtica desde que Morales lleg¨® al poder en 2005.
Con el embajador de EE UU han salido de Bolivia unos 60 agentes de la DEA
El mensaje de Lula 'marca' ante Estados Unidos su territorio en la regi¨®n
Porque aunque lo m¨¢s llamativo sean las expulsiones rec¨ªprocas de embajadores entre La Paz y Washington y las habituales amenazas de Caracas -aunque esta vez con expulsi¨®n de embajador incluida- ha sido una sola frase del presidente del pa¨ªs m¨¢s poderoso de la regi¨®n la que ha hecho saltar las alarmas en las canciller¨ªas latinoamericanas. Brasil, que hasta ahora hab¨ªa mantenido una estudiada prudencia, ha hablado. Un hecho que hace pensar en la regi¨®n que Bolivia est¨¢ a las puertas de la resoluci¨®n sangrienta del llamado "empate catastr¨®fico".
Luiz In¨¢cio Lula da Silva, con palabras mesuradas pero firmes, ha advertido que Brasil no "tolerar¨¢" una ruptura institucional de su vecino. Un aviso que sirve tanto para los autonomistas que de facto rechazan la autoridad del presidente elegido democr¨¢ticamente y que esta semana han animado al saqueo de edificios y bienes del Gobierno central como para las tentaciones autoritarias del propio Morales en cuyo entorno son cada vez m¨¢s fuertes las voces que le animan a imponer el Estado de sitio en todo el pa¨ªs y suspender las garant¨ªas constitucionales. Y de paso es tambi¨¦n una advertencia a Hugo Ch¨¢vez y sus amenazas de intervenci¨®n militar si Morales cayese.
A diferencia de lo que sucede cuando habla el presidente venezolano, cuyos colaboradores conocen a menudo sus declaraciones y planes en el mismo momento en que los anuncia, detr¨¢s de Lula se sit¨²a una de las diplomacias m¨¢s eficaces del mundo, en la cual tanto el presidente brasile?o como sus antecesores depositan su confianza. La misma diplomacia que ha elaborado una estrategia de intervenci¨®n en la crisis cuidada hasta el ¨²ltimo detalle y que explica, por ejemplo, la cauta reacci¨®n del Departamento de Estado de Estados Unidos ante la expulsi¨®n de sus representantes de un pa¨ªs considerado como de primer inter¨¦s tanto por su disparada producci¨®n de droga como por ser la punta de lanza del proyecto antiestadounidense que lidera Ch¨¢vez.
Lula no se ha limitado a una declaraci¨®n. Medios y periodistas brasile?os han recibido en las ¨²ltimas 72 horas filtraciones oficiales que confirman la "profunda preocupaci¨®n" del mandatario, un lenguaje que ni siquiera se emple¨® cuando, en 2005, Evo Morales decret¨® la nacionalizaci¨®n parcial de la brasile?a Petrobras en Bolivia. Y eso que el 50% del gas que consume a diario Brasil procede del pa¨ªs andino. Ahora Lula y su equipo consideran que es hora de forzar el di¨¢logo en Bolivia, porque el punto de no retorno est¨¢ a punto de ser sobrepasado.
Con este planteamiento, Brasil se presentar¨¢ ma?ana en Santiago de Chile en la cumbre de urgencia que Michelle Bachelet ha convocado de la reci¨¦n nacida Uni¨®n de Am¨¦rica del Sur (Unasur). Un dato que no es menor porque Chile mantiene un hist¨®rico y enconado conflicto territorial con Bolivia, necesita que La Paz le suministre gas -cosa a la que el pa¨ªs andino se niega hasta ahora- y es el principal candidato a convertirse en el chivo expiatorio en caso de que en Bolivia decida taparse la crisis interna con un conflicto exterior. Antes de convocar la reuni¨®n, Bachelet y Lula hablaron por tel¨¦fono.
En paralelo, Brasil ha enviado a Washington el mensaje de que est¨¢ dispuesto a tomar un papel activo en el conflicto boliviano. Aunque existan unas relaciones excelentes entre ambas diplomacias y el presidente George W. Bush comparta con Lula una muy buena relaci¨®n, el mensaje brasile?o tiene por objeto marcar ante EE UU su territorio en la regi¨®n y a la vez evitar otra iniciativa impulsada desde Washington que probablemente tendr¨ªa un efecto contraproducente. No hay que dejar pasar que con el embajador estadounidense se han marchado de Bolivia 60 agentes de la agencia estadounidense antinarc¨®ticos (DEA), un organismo que tiene instalaciones en Bolivia y que est¨¢ en el punto de mira de Morales desde antes de que ¨¦ste alcanzara el poder.
Washington ha optado, de momento, por dejar la crisis en manos de Chile y Brasil, dos de sus interlocutores de mayor confianza en la zona que, adem¨¢s, tienen prestigio ante los detractores de la pol¨ªtica exterior estadounidense. Y lo hace porque el conflicto boliviano hace tiempo que ha trascendido el altiplano y sirve de detonante a otros pa¨ªses para ajustar cuentas, reales o no, con Washington. Por ejemplo, Honduras se ha sumado esta semana al frente antiimperialista de Ch¨¢vez. Su presidente, Manuel Zelaya, ha denegado la acreditaci¨®n al nuevo embajador de EE UU alegando solidaridad con Bolivia "por la intromisi¨®n de Washington". Tambi¨¦n es destacable el papel de Argentina, que se ha aliado con Ch¨¢vez en todo tipo de acusaciones contra Washington, aunque lo ha hecho para tapar un esc¨¢ndalo sobre financiaci¨®n ilegal de la campa?a electoral de Cristina Kirchner.
Con Bolivia sobre la mesa de la cumbre, por debajo volver¨¢ a verse un nuevo cap¨ªtulo de la soterrada lucha entre las dos izquierdas latinoamericanas. Mientras los pa¨ªses capitaneados por Brasil insistir¨¢n en abrir el di¨¢logo en Bolivia entre las partes, otros, con Ch¨¢vez a la cabeza, tratar¨¢n de hacer del conflicto con EE UU el centro de conversaciones e improbables resoluciones finales.
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