Se?ales preocupantes
La defensa del Madrid se afloja ante un Numancia entusiasmado, pero incapaz de consolidar su ventaja
La Liga espa?ola se est¨¢ consolidando como el campeonato de lo inesperado. Es dif¨ªcil prever la conducta de los equipos, los fichajes responden a l¨®gicas inexplicables, y abundan los esp¨ªritus libres en directivas y plantillas. Un buen ejemplo de este concierto de accidentes fue el partido de ayer. La afici¨®n acudi¨® a Chamart¨ªn a comprobar la calidad del producto que intenta vender Ram¨®n Calder¨®n y asisti¨® a una sucesi¨®n de sorpresas. Para empezar, un tal Gorka Brit, curtido en los campos de tierra de media Espa?a, puso en graves dificultades a la defensa local, que ha pasado de ser la m¨¢s impenetrable a una de las m¨¢s goleadas. Tres goles meti¨® el Numancia en el Bernab¨¦u y la hinchada acab¨® pitando al equipo. A la gente le dio igual que el Madrid ganara el partido. La sensaci¨®n que flot¨® en el aire fue la de inquietud por lo que pueda deparar el porvenir.
REAL MADRID 4 - NUMANCIA 3
Numancia: Juan Pablo; Juanra, Palacios, Boris, Cisma; Nagore, Moreno; Mario (Del Pino, m.59), Barkero (Alvaro Ant¨®n, m.65), Bellv¨ªs (Quero, m.80); y Gorka Brit. No utilizados: Diego; Dimas, Felipe y Jaio.
Goles: 0-1. M.7: Moreno. 1-1. M.19: Guti. 1-2, M. 22. Barkero. 2-2, M.26, Higua¨ªn. 3-2. M.33. Van der Vaart 4-2. M.40. Cisma, en propia meta. 4-3. M.56. Moreno, de falta directa.
Arbitro: Paradas Romero. Mostr¨® tarjeta amarilla a Palacios.
66.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
El nuevo bal¨®n es un artefacto cargado de sorpresas: un peligro desde fuera del ¨¢rea
Brit, el punta del Numancia, arranc¨® siempre antes que sus perseguidores. Se sum¨® al centro del campo y arrastr¨® a los centrales del Madrid a zonas en las que perd¨ªan la posici¨®n. Pepe y Metzelder se descolocaron, y por los huecos que dejaron entre Casillas y Diarra se filtraron Moreno, Belvis y Barkero. La banda de volantes del Numancia consigui¨® un remate en cada una de sus incursiones. El primero, a la salida de un c¨®rner que cabece¨® Moreno en el medio de un descampado. Nadie lo hab¨ªa tomado. El gol sirvi¨® para constatar la incompetencia del Madrid para defender las jugadas a bal¨®n parado. Cualquier situaci¨®n desencajaba a la defensa. Una falta, un c¨®rner, o un saque de banda. Ah¨ª nadie robaba una pelota. Si el Numancia se hubiera defendido con la misma determinaci¨®n conque atac¨®, el Bernab¨¦u habr¨ªa sacado los pa?uelos. No fue as¨ª.
Cuando tuvo que defenderse, el Numancia se abland¨®. Si ayer el Madrid fue incapaz de robar un bal¨®n, lo mismo se puede decir del visitante. Los centrales se replegaron hasta meterse en el ¨¢rea, que se fue convirtiendo en una romer¨ªa en la misma medida en que el medio campo se vaciaba. Como nadie los presionaba, los centrocampistas del Madrid tiraron de repertorio. Guti, Van der Vaart y Robben buscaron a los puntas. En plena b¨²squeda, Guti vio un espacio y tir¨® como quien experimenta. Con un zurdazo medido, recogi¨® el bal¨®n por abajo y le dio un efecto violento. El nuevo bal¨®n de la Liga es un artefacto cargado de sorpresas. Ligero, el¨¢stico, compuesto de un material sint¨¦tico que favorece el deslizamiento por el aire, se convierte en un proyectil impredecible cuando le dan un buen golpe. En un di¨¢metro de 25 metros alrededor de la porter¨ªa, conviene que los defensas no le quiten el ojo. Los defensas del Numancia lo descuidaron y Guti empat¨®.
Tres minutos despu¨¦s, Barkero aprovech¨® las mismas armas ante la lenta reacci¨®n de Metzelder. El central tard¨® en tapar el rechace y el veterano centrocampista del Numancia respondi¨® desde 27 metros con una bomba que vol¨® a la escuadra.
El partido adquiri¨® un ritmo vertiginoso. En el descontrol prevaleci¨® el Madrid, que empez¨® a combinar con velocidad hacia la porter¨ªa de Juan Pablo. La conclusi¨®n parec¨ªa inevitable porque todas las jugadas tuvieron continuidad hasta el remate. La defensa del Numancia no sali¨® de la par¨¢lisis y Van Nistelrooy le dio una pelota premiada a Higua¨ªn. El argentino, que anda busc¨¢ndose a s¨ª mismo, se movi¨® en la l¨ªnea como un nueve y defini¨® como un goleador. Control¨® con la buena y ajust¨® con la mala. El gol fue un latigazo en la moral del equipo soriano, que luego permiti¨® a Van der Vaart armar la pierna para lanzar otro proyectil.
El partido estaba ganado. Pero el Madrid se comport¨® con tanta displicencia en la segunda parte que estuvo a punto de conceder el empate. El equipo emiti¨® se?ales preocupantes. Al cabo de la tarde, la hinchada se march¨® a casa con el temor razonable de que el porvenir contenga menos gloria que fatiga.Real Madrid: Casillas; Salgado, Pepe, Metzelder, Marcelo; Van der Vaart (De la Red, m. 68), Diarra, Guti, Robben; Higua¨ªn (Drenthe, m.82) y Van Nistelrooy (Ra¨²l, m.68). No utilizados: Dudek; Heinze, Gago y Saviola.
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