Bombazos, fotograf¨ªas y atm¨®sfera
Hay cosas que forman parte de la atm¨®sfera civil que respiramos. Por ejemplo, los nombres de las calles, los monumentos conmemorativos o de homenaje a personalidades, las placas que recuerdan hechos del pasado. Viajas de una ciudad a otra y notas que la atm¨®sfera es algo distinta, y a veces no s¨®lo es por c¨®mo la temperatura y la humedad filtran la luz del sol, sino tambi¨¦n por detalles como ¨¦ste.
En Barcelona se ha trabajado mucho desde el fin del franquismo en la eliminaci¨®n de elementos que durante d¨¦cadas hab¨ªan contribuido a crear el medio ambiente propio de la dictadura, que proclamaban en fachadas, iglesias, calles y parques qui¨¦n mandaba en el pa¨ªs y por qu¨¦. Es decir, recordaban que mandaban por haber ganado una guerra. Ayer se present¨® una experiencia que es como un negativo de aquella situaci¨®n. Es una producci¨®n de refotograf¨ªa, como seg¨²n su autor, Ricard Mart¨ªnez, han bautizado en Inglaterra la nueva t¨¦cnica art¨ªstico-comunicacional usada para el experimento. Consiste en colocar en determinados puntos de la ciudad, al aire libre, grandes fotograf¨ªas de hechos acaecidos en el mismo lugar durante la Guerra Civil. Un recordatorio contundente. Tiene la particularidad de permitir que el observador se sit¨²e en el mismo punto desde el que se tom¨® la fotograf¨ªa y vea las diferencias, 70 a?os de diferencias.
Un experimento de 'refotograf¨ªa' recrea los escenarios de bombardeos de la guerra
Se han escogido cinco fotograf¨ªas. Cuatro muestran los destrozos provocados por bombas de aviaci¨®n y en la otra se ve a un grupo de barceloneses mirando al cielo en el que volaban los aviones fascistas. Esta ¨²ltima es obra de Robert Capa y fue tomada en los Jardinets del paseo de Gr¨¤cia en enero de 1939, pocos d¨ªas antes de que Barcelona cayera en manos de los franquistas. En la calle de la Mediterr¨¤nia del barrio de la Barceloneta se ha instalado una imagen obra no se sabe si del fot¨®grafo de prensa Josep Brangul¨ª o de uno de sus hijos, Joaquim y Xavier. Unos vecinos contemplan el cr¨¢ter creado por una bomba de aviaci¨®n que acababa de matar a unas personas que hac¨ªan cola en una lecher¨ªa, a un barrendero y a su caballo. En la Gran Via, cerca del cine Coliseum, se han colocado dos fotos que muestran los da?os provocados en marzo de 1937, el momento ¨¢lgido de los bombardeos llevados a cabo por los aviones enviados por Mussolini en ayuda de sus correligionarios espa?oles. En La Rambla, a la altura de la plaza Reial, puede contemplarse c¨®mo qued¨® el lugar despu¨¦s de un bombardeo. Tom¨® la foto Ramon Parera, un ingeniero de la Junta de Defensa Pasiva que constru¨ªa refugios subterr¨¢neos para proteger a los ciudadanos de los bombardeos. En este punto pod¨ªa comprobarse ayer la total y absoluta indiferencia de los numerosos viandantes, turistas y no turistas, ante la presencia del recordatorio. Decenas de personas atend¨ªan junto a ¨¦l a los movimientos de una de las estatuas vivientes que animan el paseo, con un ¨¦xito abrumadoramente superior al logrado por la refotograf¨ªa.
De ilusi¨®n tambi¨¦n se vive, y Ricard Mart¨ªnez dec¨ªa ayer al presentar su experimento: "Colocas la foto y es como un revulsivo". Puede. Pero en realidad lo que m¨¢s define el asunto es que en estos d¨ªas puedes quedar en Barcelona con un amigo junto a la gran foto del bombazo del Coliseum, mientras en Santander, pongamos por caso, puedes quedar en la esquina de la calle del General Mola, el ide¨®logo de la sublevaci¨®n contra la Rep¨²blica, con la plaza del falangista Mat¨ªas Montero. O en Madrid, si quieres, puedes quedar frente a la placa con que el Ayuntamiento franquista conmemor¨® hace d¨¦cadas el llamamiento que Jos¨¦ Antonio Primo de Rivera hizo a la juventud para salvar a Espa?a el d¨ªa de 1932 en que fund¨® el partido amigo de Mussolini, la Falange, en el teatro de la Comedia.
Es decir, hay atm¨®sferas y atm¨®sferas, dicho sea sin ¨¢nimo de se?alar ni de presumir, sino de respirar.
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