El padre del dise?o gr¨¢fico moderno
Caixaf¨°rum exhibe un amplia retrospectiva del artista Alphonse Mucha
?Qui¨¦n no ha visto una obra de Alphonse Mucha? Sus pinturas y dibujos han sido reproducidos en millares de carteles, en cajas de galletas y papel de liar cigarrillos, en postales y sellos, en monedas y jabones. En Espa?a, fue durante a?os la imagen del chocolate Amatller. Y sin embargo, pocos asocian su nombre a sus im¨¢genes, que se han convertido en un s¨ªmbolo de la est¨¦tica art nouveau. Tras gozar de un ¨¦xito extraordinario y convertirse en el padre del dise?o gr¨¢fico moderno y uno de los m¨¢s reconocidos precursores de la publicidad y las actuales t¨¦cnicas de merchandising, Mucha sigue siendo un gran desconocido. Una laguna que la Fundaci¨®n La Caixa intenta subsanar con la exposici¨®n Alphonse Mucha (1860-1939), seducci¨®n, modernidad y utop¨ªa, que llega a Caixaf¨°rum de Barcelona tras haber sido visitada por 350.000 personas en el centro hom¨®nimo de Madrid.
La exhibici¨®n, abierta hasta el 4 de enero, re¨²ne m¨¢s de 200 obras -entre carteles, joyas, pinturas, fotos, libros y objetos- que el comisario Alex Mitrani ha agrupado por ¨¢mbitos tem¨¢ticos para ofrecer un retrato en 360 grados del artista y su vida azarosa. Abren el recorrido los carteles para Sarah Bernhardt, la gran actriz que le contrat¨® para realizar lo que ahora se llamar¨ªa la imagen gr¨¢fica de su compa?¨ªa de teatro. Drama y exotismo, elementos iconogr¨¢ficos bizantinos y centroeuropeos, preciosismo y artificio, se mezclan en las mujeres arquet¨ªpicas de Mucha, bellezas deslumbrantes y distantes, de mirada altiva y sensualidad exuberante.
Mucha, que naci¨® en la antigua Checoslovaquia, fue uno de los personajes centrales de la vanguardia art¨ªstica simbolista en el Par¨ªs de finales del siglo XIX. Era amigo de muchos artistas y en el estudio que compart¨ªa con Gauguin acogi¨® una de las primeras proyecciones de los Lumi¨¨re.
Mucha volvi¨® a su tierra natal en 1910, tras haberse hecho rico y famoso en Francia, Inglaterra y Estados Unidos, y mantener relaciones profesionales con Italia y Espa?a, entre otros pa¨ªses. Su car¨¢cter introspectivo, su idea mesi¨¢nica del arte y su inter¨¦s por los rituales esot¨¦ricos y la masoner¨ªa, de la que lleg¨® a ser gran maestro, le llevaron a centrarse en la historia y la cultura de los pueblos eslavos, que represent¨® en la Epopeya eslava, un conjunto de murales que se presentan en v¨ªdeo. Durante la II Guerra Mundial su nacionalismo desat¨® las iras de los ocupantes alemanes, que le mantuvieron prisionero a pesar de su fama y su avanzada edad. Le soltaron en 1939, pero nunca se recuper¨® de ver su hogar invadido y vencido, y muri¨® aquel mismo a?o en Praga.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.