Apresar el aire
Llevarse un v¨ªdeo de un medio de comunicaci¨®n es como apresar el aire o ponerle puertas al campo. La represi¨®n civil act¨²a en el siglo XXI con l¨®gicas del siglo XVII. Ese v¨ªdeo que se llevaron de Miguel Yuste, 40, era la cr¨®nica muda de un minuto fatal, que una vez en las manos de un periodista salta al aire y ya forma parte de la conciencia sobre un suceso cuyo drama ya no se puede achicar desconociendo la pauta de su terrible realidad.
Periodista es gente que le dice a la gente lo que le pasa a la gente, dec¨ªa el ahora veteran¨ªsimo periodista italiano Eugenio Scalfari. Detener lo que ocurre no impide que las cosas ocurran. Y el periodista lo cuenta con lo que tiene a mano; en este tiempo tiene adem¨¢s de las fotos y las palabras las im¨¢genes en movimiento. Est¨¢n, se tocan. Pero son aire. C¨®mo las vas a limitar. En cuanto el v¨ªdeo sali¨® al aire, todas las televisiones de aqu¨ª y de cualquier sitio se hicieron eco de la ra¨ªz verdadera del suceso que tanto dolor ha ocasionado y ocasiona. Su reproducci¨®n ya form¨® parte natural de la din¨¢mica del suceso, antes o despu¨¦s tendr¨ªa que estar colgado en la Red y por tanto en la vida tal como ocurre ahora la vida.
Claro que suscita dolor la contemplaci¨®n de ese instante fatal que reproduce, y que el dolor es lo m¨¢s respetable de la vida. ?ste no es un oficio de c¨ªnicos, dec¨ªa Kapucinsky, duele lo que sucede doloroso. Pero, ?c¨®mo se guarda, c¨®mo se impide que se cuente lo que ha ocurrido con los detalles relevantes de un suceso? Algunos peri¨®dicos ocultaron la evidencia de que eso lo hab¨ªa obtenido EL PA?S, como si ignorando el origen se pudiera reprochar a¨²n m¨¢s al peri¨®dico que lo tuviera.
Pero lo obtuvo y lo emiti¨®. Estuvo en la Red, y en las teles. La mano que lo apresa no puede apresar la memoria, y la imagen es hoy memoria. No puede secuestrar tampoco la Red. Su gesto es tan anacr¨®nico como su efecto: act¨²a en este tiempo, pero la imagen ya forma parte de la memoria, y ¨¦sta no se detiene porque el objeto haya sido detenido. La televisi¨®n cambi¨® la l¨®gica de la vida, comenz¨® a emitirla en directo, incluso cuando no nos gusta la vida. Y la Red ha hecho que la vida sea simult¨¢nea, y por tanto imparable. En este mundo de im¨¢genes la met¨¢fora de un tricornio entrando en un peri¨®dico para llevarse a la fuerza un objeto inaugura un episodio que parec¨ªa imposible en este siglo en el que todo es aire o ventolera, es decir, imagen.
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