"Estas botas son la cara y la cruz del f¨²tbol"
Goikoetxea, que exhibe el calzado con el que lesion¨® a Maradona, evoca el aniversario de la entrada que marc¨® una ¨¦poca en el f¨²tbol
Aquel d¨ªa de la Merc¨¦, fiesta mayor en Barcelona, lo emprendi¨® Maradona en un hospital y lo apur¨® en otro. De buena ma?ana, visit¨® a un ni?o atropellado por un coche. "Cuando me vio, se le ilumin¨® la cara. Le di un beso y me apur¨¦ a irme, porque esa misma noche ten¨ªa que jugar el partido", relata El Pelusa en su biograf¨ªa, Yo, el Diego de la Gente (Planeta). Cuando Maradona se dispon¨ªa a franquear la puerta, el ni?o reuni¨® las pocas energ¨ªas que ten¨ªa para gritarle: "Diego, ?cu¨ªdate, por favor, que ahora van a por ti!". Y por la noche...
"?Schuster! ?Schuster! ?Schuster!", gritaban las 120.000 almas congregadas aquel s¨¢bado de castells y sardanes en el Camp Nou para ver el primer gran duelo del a?o, el campe¨®n de Liga, el Athletic de Bilbao, ante el campe¨®n de Copa, el Barcelona. El alem¨¢n acababa de cometer una dura entrada, no sancionada, sobre Andoni Goikoetxea, el defensa con que se hab¨ªa topado dos a?os antes en San Mam¨¦s, con funestas consecuencias: rotura del ligamento interno y del ligamento cruzado de la rodilla derecha, nueve meses de baja. "?Schuster!", o¨ªa Maradona, que lo narra as¨ª: "El vasco estaba que volaba. 'Yo le voy a matar', dec¨ªa. Entonces le dije: 'Tranquilo, Goiko, serenate, que van perdiendo 3 a 0 y por ah¨ª te gan¨¢s una amarilla al pedo".
"S¨ª. Posiblemente, mi entrada ser¨ªa hoy de roja directa", reconoce el ex central vasco
"Goiko quiso imponer su autoridad, marcar su territorio", opina V¨ªctor Mu?oz
"La tensi¨®n pol¨ªtica era muy fuerte, y todo acab¨® mezcl¨¢ndose", opina Zubizarreta
En 2007, 'The Times' nombr¨® a Goikoetxea el futbolista m¨¢s violento de la historia
Antes de que el juego se detuviera, Maradona cay¨® al medio campo en busca del bal¨®n, de espaldas al marco del Athletic y con Goikoetxea, furioso, cosido a sus talones. El silencio se hizo en el coliseo. "Sent¨ª el golpe, o¨ª el ruido, como de una madera que se romp¨ªa", describe Maradona. El futbolista yac¨ªa sobre el c¨¦sped, las manos sujetando su lastimado tobillo izquierdo, aplastado contra el c¨¦sped por la adidas del vasco. El ¨¢rbitro, el murciano Jim¨¦nez Madrid, 46 a?os, jefe de inversiones de la Caja de Ahorros de Alicante y Murcia, s¨®lo se ech¨® la mano al bolsillo cuando los futbolistas del Barcelona le rodearon para reprobar la acci¨®n. Sac¨® una tarjeta amarilla. Migueli trat¨® de incorporar al Pibe. "No, Miguel, no. Me rompi¨® todo".
Ocurri¨® el 24 de septiembre de 1983, hace ahora 25 a?os. "Fue una entrada alocada, no ven¨ªa a cuento", confesaba Goikoetxea el pasado viernes. "Pod¨ªa haberla evitado, pero ven¨ªa precedida por una entrada de Schuster no pitada, y yo estaba m¨¢s caliente de lo normal. Asum¨ª un riesgo excesivo, pero no hubo maldad".
V¨ªctor Mu?oz, hoy entrenador del Getafe y entonces compa?ero de Maradona, segu¨ªa la jugada de cerca. "Goikoetxea quiso imponer su autoridad, marcar su territorio, por eso le entr¨® en el medio campo. No creo que hubiera mala intenci¨®n, pero se excedi¨® en el c¨¢lculo", opina. "Fue una elecci¨®n desgraciada de Goiko, un t¨ªo muy fuerte, una bestia, una m¨¢quina", evoca Julio Alberto, lateral izquierdo cul¨¦, autor del primero de los cuatro goles que el Bar?a le col¨® al campe¨®n. "Aquella entrada no ten¨ªa sentido", concluye. Txato N¨²?ez ocup¨® aquella noche el lateral izquierdo del Athletic. "El partido estaba siendo muy bravo, y el ¨¢rbitro estaba consintiendo el juego duro. Al principio yo pens¨¦ que Maradona no ten¨ªa nada. '?ste nos la est¨¢ liando', me dije. Luego vimos que se hab¨ªa lesionado. Mala suerte. Fue un lance del f¨²tbol por el que todos hemos pasado. Aquello se magnific¨® porque Maradona ya era una s¨²per estrella".
"La manifestaci¨®n del Athletic era entonces muy agresiva", apunta V¨ªctor. "Aquellos Barcelona-Athletic no ten¨ªan nada que ver con los de hoy. Eran partidos de m¨¢xima rivalidad, a la altura de los Madrid-Barcelona. Nosotros ¨¦ramos campeones de Liga, y por tanto, el rival a batir", matiza N¨²?ez. "Y hay otra cosa", abunda Julio Alberto: "Entonces se jugaba con m¨¢s coraz¨®n, hab¨ªa m¨¢s permisividad arbitral. A m¨ª me rompieron el tobillo en una entrada por detr¨¢s y no fue ni amarilla". "S¨ª. Posiblemente, mi entrada ser¨ªa hoy de roja directa", reconoce Goiko.
"Para comprender lo que ocurri¨® aquella noche, y lo que sigui¨®, es preciso situar las cosas en su contexto", sugiere Andoni Zubizarreta, inquilino entonces de la porter¨ªa bilba¨ªna. "La cosa ven¨ªa de atr¨¢s, estall¨® en aquel momento y se nos escap¨® de las manos. Dos a?os antes, Schuster se lesion¨® tras una entrada de Goiko y estuvo un a?o parado. A eso se le sum¨® la rivalidad con el Barcelona, la hegemon¨ªa del f¨²tbol vasco
[Real Sociedad y Athletic se hab¨ªan repartido las tres Ligas anteriores] y lo que el f¨²tbol ten¨ªa de reivindicativo en aquellos a?os, los primeros de la democracia, en que las tensiones pol¨ªticas eran muy fuertes y todo acababa por mezclarse", razona el ex guardameta.
Maradona sufri¨® fractura del mal¨¦olo perineal y desgarro de los ligamentos lateral interno y sindesmosis del tobillo izquierdo. Cuatro meses de baja. "Se ha vuelto a repetir la misma historia", bram¨® N¨²?ez. "Lo m¨ªnimo que le puede pasar a Goikoetxea es que le sancionen hasta que Diego pueda volver a jugar".
Maradona ten¨ªa 22 a?os. En su pierna zurda invirti¨® el Barcelona 1.300 millones de pesetas (7,8 millones de euros), cantidad nunca antes vista. En Inglaterra, la prensa bautiza a Goiko como Butcher of Bilbao (carnicero de Bilbao) y le tilda de "ejemplo del terrorismo vasco en el f¨²tbol".
El lunes, Goikoetxea rompe a llorar durante su declaraci¨®n ante los miembros del Comit¨¦ de Competici¨®n, que, sometidos a una presi¨®n tremenda, le imponen un castigo de 18 partidos.
La sanci¨®n se comunica el mi¨¦rcoles 28 de septiembre. Esa noche, el Athletic remonta en San Mam¨¦s la eliminatoria europea que le enfrenta al Lech Poznan. La Catedral escenifica una ceremonia de desagravio. El partido se convierte en un homenaje a Goiko, que marca un gol y es sacado a hombros por sus compa?eros. "Era a todo el pueblo vasco a quien yo sent¨ªa gritar", declar¨® aquella noche.
El central jug¨® aquel partido con las botas que hab¨ªa estrenado cuatro d¨ªas antes en el Camp Nou: no se las calz¨® nunca m¨¢s. Las guarda en una urna de cristal, en uno de los varios salones del magn¨ªfico piso que tiene en Las Arenas, asomado al Cant¨¢brico. "No quiero que esto se malinterprete. No las conservo como el que conserva una pieza de caza. Estas botas simbolizan para m¨ª la cruz y la cara del f¨²tbol, su dualidad: por un lado, el acoso que sufr¨ª tras la lesi¨®n de Diego; por el otro, lo emotivo que result¨® el homenaje de San Mam¨¦s", justifica el ex jugador.
Los leones reeditaron el t¨ªtulo de Liga, y una semana despu¨¦s se midieron al Bar?a en la final de Copa. Maradona y Javier Clemente, t¨¦cnico del Athletic, calentaron el partido. "Si no la ganase el Bar?a, preferir¨ªa que la Copa la ganase el Madrid, porque soy amante del f¨²tbol", dijo el argentino. El presidente rojiblanco, Pedro Aurtenetxe, lanz¨® un aviso: "No respondo de lo que pueda pasar si Maradona sigue haciendo declaraciones".
El Athletic derrot¨® al Barcelona. En cuanto acab¨® el choque, el c¨¦sped del Bernab¨¦u se transform¨® en un campo de batalla. "Todos vinieron a por m¨ª y pas¨® lo que ten¨ªa que pasar", justific¨® El Pelusa. "Goikoetxea quer¨ªa terminar el trabajo que hab¨ªa empezado unos meses antes".
Aquella final fue el ¨²ltimo partido del Pibe con la el¨¢stica blaugrana, y aquella Copa el ¨²ltimo trofeo que levant¨® Goiko en su carrera. Tampoco la gabarra ha vuelto a soltar amarras. Maradona y Goikoetxea jam¨¢s volver¨ªan a coincidir en un campo.
En agosto de 2007, The Times nombr¨® a Goikoetxea futbolista m¨¢s violento de la historia. "La lesi¨®n de Maradona siempre me acompa?ar¨¢. Lo asumo. Lo que me molesta es que haya gente que crea que le retir¨¦. El que retir¨® al chaval del Zaragoza fue Figo, pero de eso no se habla. Despu¨¦s de aquello, Maradona fue el mejor jugador del mundo. Que eso quede claro. Y que ni siquiera me expulsaron, ?eh?", reivindica Goiko aunque piense que, "posiblemente", lo mereci¨®.
![Maradona yace en el c¨¦sped del Camp Nou tras recibir la entrada de Goikoetxea.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/TUZWIBNDXRKIL6ASOH3CFUW5X4.jpg?auth=46446d0af1b6e77d13cf938de456581002e3825d4ae7ade68df6a5a6ed238fdd&width=414)
![Abajo a la izquierda, Goikoetxea, en la actualidad; a la derecha, Maradona el d¨ªa que abandon¨® el hospital.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/WMCDCKWFAZVQPLFKT6NCKHTAVY.jpg?auth=40ca3dd1885a44f88bcc70456ddf8e6389d787501a0ec5516fd95a308bb7c2f3&width=414)
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.