Y Espa?a invent¨® el realismo...
Francisco Rico analiza en dos conferencias la revoluci¨®n de la novela, g¨¦nero que ha engullido todos los dem¨¢s - La dan por muerta, pero sigue muy viva
La escena es casi una lecci¨®n sobre el choque entre el clasicismo y la realidad. Francisco Rico, "castellano" de 1942, miembro de tres academias europeas, entre ellas la RAE, busca un sitio en el que le dejen fumar. El elegido es un bar presidido por un cartel que anuncia el partido del Getafe. Llega cargado de citas de Ortega, Men¨¦ndez Pidal y Benet, y pide un t¨¦. No hay cafetera. ?Agua con gas? No. ?Sin gas? Del tiempo. El profesor Rico sonr¨ªe, se quita la chaqueta y la corbata y confirma: "La novela realista es un invento espa?ol".
"La tendencia que empez¨® con La Celestina termina en Gran Hermano"
A explicar esas siete palabras ha dedicado esta semana el autor de la edici¨®n m¨¢s completa del El Quijote dos conferencias en la Fundaci¨®n Juan March de Madrid. El t¨ªtulo del ciclo, Espa?a y la novela, es un homenaje a D¨¢maso Alonso, que en los a?os sesenta quiso escribir un libro con ese ep¨ªgrafe. Alonso part¨ªa del realismo como rasgo dominante de la literatura espa?ola, algo que ¨¦l mismo hab¨ªa negado en 1927, durante el tributo a G¨®ngora que hizo posible la famosa foto de su generaci¨®n.
"La novela moderna viene de Espa?a. Hay pocas dudas", insiste Francisco Rico. "Aqu¨ª se rompi¨® con el sistema cl¨¢sico de la literatura", explica. "Desde los griegos, el objeto del artista es la realidad, pero no la que tenemos ante los ojos, sino la ideal". Los personajes, adem¨¢s, deb¨ªan ser tratados seg¨²n su condici¨®n social. A un personaje alto correspond¨ªa un estilo tr¨¢gico. A uno bajo, uno c¨®mico. Los pobres s¨®lo pod¨ªan protagonizar las comedias. "Contra eso llegan La Celestina, con personajes bajos que viven pasiones tr¨¢gicas, el Lazarillo, que se burla de todo lo que no sea el peque?o mundo del protagonista, y El Quijote, que enfrenta la historia y la poes¨ªa". Para Rico, una frase de Victor Hugo resume el estado de la cuesti¨®n hasta entonces: "?Cu¨¢ndo se ha visto a un rey que pregunte 'qu¨¦ hora es'?". Y a?ade: "Una palabra como jarro era impronunciable en un ambiente elevado. Y El Quijote est¨¢ lleno de jarros".
?Y por qu¨¦ Espa?a? "Porque el humanismo no ech¨® ra¨ªces tan fuertes como en Francia o Italia. Aqu¨ª el sistema de ense?anza fue m¨¢s general, m¨¢s democr¨¢tico y, por eso, m¨¢s d¨¦bil. Los principios cl¨¢sicos no se tomaron tan al pie de la letra". La influencia de tanta subversi¨®n se extendi¨® por Europa como una epidemia.
Una educaci¨®n de masas pero d¨¦bil, el olvido de la tradici¨®n... Parece de ahora mismo. Y lo es. "La novela realista es la m¨¢s moderna porque est¨¢ acorde con la aparici¨®n de la burgues¨ªa, el individualismo, la reducci¨®n de las relaciones sociales a t¨¦rminos econ¨®micos y la democratizaci¨®n de la cultura a trav¨¦s de la imprenta", explica el profesor Rico. "El arte se acerca a la realidad cotidiana, algo que termina en Gran Hermano y el reality show". No es, pues, extra?o, que la novela se haya convertido en el g¨¦nero dominante, revestido adem¨¢s de un prestigio que no ten¨ªa hace 200 a?os, cuando era considerada un mero entretenimiento. Cuando en abril pasado el propio Rico contest¨® al discurso de ingreso en la RAE de Javier Mar¨ªas, lo hizo as¨ª: leemos novelas por "curiosidad" y como "una vivencia l¨²dica, como las monta?as rusas o un videojuego". "Es el juego de la ficci¨®n", abunda ahora. "Nos permite vivir una experiencia peligrosa sin arriesgar nada".
En el siglo XX, la narraci¨®n subjetiva se incrust¨® en la cotidianidad -"eso son Joyce y Kafka"- y la novela se convirti¨® en arte.As¨ª hasta comerse al resto de la literatura. Seg¨²n las encuestas, el 95% de los lectores habituales no sale de la narrativa. "La novela ha asumido toda la literatura: la poes¨ªa como estilo, la historia como cr¨®nica, el ensayo con las consideraciones del escritor, el drama... ?Qu¨¦ queda?".
Para el profesor Rico no hay peligro de que la novela sea a su vez engullida por la televisi¨®n, por mucho que reconozca estar enganchado a Los Soprano. La c¨ªclica muerte de la novela tiene poca base. Puede que las grandes historias est¨¦n en la tele, "pero siguen existiendo los novelones. Es la posmodernidad, est¨¢n presentes todas las opciones: Gran Hermano y gran literatura". Director del Centro para la Edici¨®n de los Cl¨¢sicos Espa?oles, Francisco Rico no teme por el futuro de ¨¦stos: "Es cierto que los j¨®venes van perdiendo referencias, por eso hay que cambiar la ense?anza. Presentarlos de forma m¨¢s acorde con la percepci¨®n fragmentaria que dan los medios, en particular Internet... Del fragmento significativo se pasa a los textos completos". En la vieja disputa entre preparar a los j¨®venes para El Quijote o El Quijote para los j¨®venes, ¨¦l es partidario de lo segundo. "La literatura siempre ha vivido de las adaptaciones: Virgilio recrea a Homero, Dante a Virgilio... hasta hoy".
Alberti y Rauschenberg en MP3
"Dec¨ªamos ayer...". As¨ª, a la manera de Fray Luis, empez¨® Francisco Rico su primera conferencia el pasado martes. Desde que intervino en la Juan March en 1978, el acad¨¦mico no ha dejado de hacerlo cada diez a?os, religiosamente. La versi¨®n en audio de ¨¦sas y de todas las conferencias que han tenido lugar en la sede madrile?a de la fundaci¨®n est¨¢n ahora disponibles de forma gratuita en la web de la instituci¨®n: www.march.es.
En enero de 1975 Juli¨¢n Mar¨ªas abri¨® el fuego con una charla titulada Dos formas de instalaci¨®n humana: la edad y el sexo. Su hijo Javier, precisamente, hablar¨¢ de su obra narrativa el pr¨®ximo martes bajo el ep¨ªgrafe La p¨¦rdida paulatina de la irresponsabilidad. Entre uno y otro ha habido 800 especialistas que han dictado 2.000 conferencias -que pueden descargarse en MP3- sobre los temas m¨¢s variopintos: del pasado del Museo del Prado al futuro de la econom¨ªa mundial pasando por el papel de la mujer... en el futuro. De ello hablaron Jos¨¦ Luis Sampedro, Alfonso P¨¦rez S¨¢nchez y la feminista estadounidense Betty Friedan. Adem¨¢s, Rafael Alberti, Robert Rauschenberg, Rosa Chacel, Camilo Jos¨¦ Cela, La¨ªn Entralgo y Fuentes Quintana forman una n¨®mina que parece dar la raz¨®n a aquel aforismo que afirma que, en Madrid, a las ocho de la tarde, o das una conferencia o te la dan.
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