Un hito con poco p¨²blico

Como sensacional, como verdadero hito de la temporada, aunque inadvertido, pues ¨¦ramos muy pocos en la sala, debe calificarse el concierto del pianista Bertrand Chamayou en el Auditori en el que ofrec¨ªa una intensa, matizada y profundizada lectura de una pieza fundamental de la literatura pian¨ªstica del siglo XX como son los Vingt regards sur l'Enfant Jesus, de Olivier Messiaen. Con sus casi 2.000 compases edificados alrededor de cuatro ¨²nicos temas fundamentales, con las sutiles y alambicadas relaciones num¨¦ricas de proporci¨®n entre las 20 partes; esta investigaci¨®n, hecha desde el poder y la ambig¨¹edad de la m¨²sica sobre la naturaleza de Dios y el misterio de su encarnaci¨®n humana, presenta unas dimensiones catedralicias y es un reto para el int¨¦rprete y para el oyente.

Casi dos horas sin pausa ni tregua nos tuvo Chamayou pegados a la butaca mientras ¨¦l -a veces con suavidad, a veces con furia, siempre concentrado, sabiendo siempre ad¨®nde quer¨ªa ir a parar y trazando arcos de tensi¨®n que abarcaban decenas y decenas de compases- navegaba con mano maestra por este sobrecogedor recorrido sobre la naturaleza de Dios creado por un compositor, nacido ahora hace 100 a?os, que fue demasiado religioso y m¨ªstico para poder ser plenamente aceptado por unas vanguardias art¨ªsticas que tiraban a rojillas y ateas y demasiado radicalmente vanguardista para ser aceptado por una jerarqu¨ªa cat¨®lica que desconfiaba sistem¨¢ticamente de las vanguardias art¨ªsticas.