Ambicioso y camale¨®nico
Aunque Jorge Alarte no hubiera conseguido la secretar¨ªa general del PSPV-PSOE, siempre habr¨ªa sido recordado por su intenci¨®n de jubilar -al menos de palabra y en p¨²blico- sin empacho a toda una generaci¨®n de pol¨ªticos veteranos de su partido como Joan Lerma, Cipri¨¤ Ciscar, Antoni Asunci¨®n o Carmen Alborch. Concejal primero y despu¨¦s alcalde de Alaqu¨¤s -localidad de 32.000 habitantes del ¨¢rea metropolitana de Valencia- desde 1999 y por tres legislaturas consecutivas, Alarte, soltero y a punto de cumplir los 35 a?os, sue?a desde hace tiempo con recuperar para los socialistas la presidencia de la Generalitat, en manos del PP desde 1995. "El Ayuntamiento que preside es un pelda?o m¨¢s en su carrera pol¨ªtica", apostillan sus detractores.
Ambicioso y camale¨®nico, este licenciado en Derecho lleva media vida en pol¨ªtica. Ya era alcalde cuando obtuvo su t¨ªtulo universitario. Su primer contacto con la escena p¨²blica fue durante el bachillerato donde se inici¨® en el sindicalismo estudiantil, actividad que lo encumbr¨® en 1991 a la secretar¨ªa general de la Federaci¨®n Valenciana de Alumnos de Ense?anzas Medias. Entre 1993 y 1995 se uni¨® al claustro de la Junta de Gobierno de la Universitat de Val¨¨ncia, en 1994 ingres¨® en el PSPV-PSOE, y un a?o despu¨¦s se convirti¨® en concejal de Juventud. Una carrera mete¨®rica.
Alarte, ardiente defensor del municipalismo, se maneja bien en los vericuetos del poder. Cre¨® con otros tres alcaldes de l'Horta Sud el G-4, una especie de lobby municipal en la comarca con m¨¢s afiliaci¨®n socialista del Pa¨ªs Valenciano. Cipri¨¤ Ciscar lo coloc¨® en la ¨²ltima gestora del PSPV en los tiempos m¨¢s convulsos del partido. Ya entonces el propio Alarte y Francesc Romeu, ahora enfrentados, fueron propuestos por Ciscar como posibles uno y dos de la Ejecutiva socialista valenciana.
Uno de sus logros m¨¢s emblem¨¢ticos como alcalde ha sido la recuperaci¨®n del Castillo de Alaqu¨¤s, de propiedad privada, para el pueblo. De recinto especializado en eventos sociales, el castillo, declarado monumento nacional, es ahora un centro dedicado al arte y la cultura. De su estilo pol¨ªtico se destaca su populismo, muy al estilo del ex presidente de Castilla-La Mancha y ahora presidente del Congreso de los Diputados, Jos¨¦ Bono, al que apoy¨® en el congreso federal de 2000, y del que sali¨® vencedor un desconocido Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero.
En julio de 2007, con Joan Ignasi Pla amortizado en la secretar¨ªa general, Alarte ten¨ªa ya dise?ada su operaci¨®n para saltar a la direcci¨®n del partido e intent¨® que el dirigente lo incluyera en un puesto de salida en la candidatura a las Cortes Valencianas, puesto de gran visibilidad pol¨ªtica que facilitar¨ªa su carrera por la Generalitat. Pla le cort¨® el paso en beneficio de su adversario m¨¢s s¨®lido en este congreso, Joaquim Puig, ahora diputado y portavoz adjunto en el Parlamento auton¨®mico. El alcalde se trag¨® su orgullo y volvi¨® a su localidad dispuesto a continuar con su plan, con o sin ayuda de Pla. Alarte se opone a las bicefalias en el partido y confiesa sin rubor que la tarea org¨¢nica no es lo suyo. "Me siento m¨¢s a gusto dise?ando un proyecto pol¨ªtico y llevando al PSPV a la Generalitat", ha dicho en alguna ocasi¨®n.
Su campa?a para auparse a la direcci¨®n del PSPV-PSOE y desde ah¨ª propiciar un relevo generacional ha sido la m¨¢s larga de todas: 432 d¨ªas. Sin embargo, sus adversarios encontraron en su silencio su tal¨®n de Aquiles. Le han acusado de no querer debatir, de carecer de programa y de haber confiado su victoria al apoyo expl¨ªcito de la direcci¨®n federal del PSOE en la recta final de la campa?a.
Le consideran un candidato de laboratorio y que habr¨ªa aceptado sin rechistar el cambio de siglas y el giro al centro que propon¨ªa la ponencia pol¨ªtica auspiciada por Leire Paj¨ªn. Ayer, en el congreso, se reclam¨® de izquierdas y partidario de las siglas PSPV.
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