El p¨¢nico recorre Wall Street y la Bolsa se desploma m¨¢s que en el 11-S
Los analistas auguran una ola de despidos y quiebras si no prospera el plan
La batalla que llev¨® a la C¨¢mara de Representantes de EE UU a rechazar el plan de rescate del sector financiero abre un agujero en el coraz¨®n de Wall Street, que necesita con urgencia una inyecci¨®n de dinero fresco para que los bancos dejen a un lado la desconfianza y empiecen a prestarse dinero. El terror recorri¨® el parqu¨¦: el Dow Jones perdi¨® al cierre 777 puntos (un 6,98%), rebasando la marca psicol¨®gica de 684 puntos del 17 de septiembre de 2001, el d¨ªa que abrieron los mercados tras el atentado. El principal ¨ªndice de Wall Street perdi¨® ayer 1,1 billones de d¨®lares.
El Dow Jones lleg¨® a perder m¨¢s del 7% durante la sesi¨®n
Una agencia estatal calcula que 300 bancos est¨¢n en peligro de quiebra
La ecuaci¨®n es simple. La crisis que estall¨® hace 13 meses por el colapso de las hipotecas basura en EE UU congel¨® el mercado de cr¨¦dito y cre¨® un clima de incertidumbre que llev¨® a los bancos a restringir el cr¨¦dito o incluso a negarlo. Sin esos pr¨¦stamos, las empresas no pueden acceder a financiaci¨®n para mantener abiertos sus negocios y complica a las familias pagar los estudios de sus hijos o las letras del coche y las hipotecas.
El paquete de medidas dise?ado por el Departamento del Tesoro, que durante la pasada semana fue negociado y perfilado por los l¨ªderes de los dos partidos en el Capitolio bajo la presi¨®n de Wall Street, pretend¨ªa romper con ese c¨ªrculo vicioso y con las rigideces que acusa el sistema. El objetivo era sacar de los balances de los bancos la deuda contaminada y resetear todo el mercado de cr¨¦dito para que volviera a fluir el dinero por sus arterias y evitar da?os mayores.
Para ello se quer¨ªan movilizar 700.000 millones de d¨®lares del contribuyente, a la vez que se incorporaron salvaguardas y condiciones para que el impacto en el bolsillo del estadounidense medio no sufriera. Pero tanto el Tesoro como la Reserva Federal advirtieron la semana pasada ante el Congreso de EE UU que sin esta inyecci¨®n se corre el riesgo de que la econom¨ªa entre en una larga recesi¨®n y el impacto ser¨ªa m¨¢s costoso que el remedio.
Si las empresas, como explican los analistas, no obtienen financiaci¨®n r¨¢pidamente, podr¨ªan verse obligadas a mandar a sus empleados a casa y eliminar l¨ªneas de producci¨®n. El senador por el Estado de Nueva York Charles Schumer cuantifica en tres millones los empleos que se pueden perder en pocas semanas si no se encuentra una soluci¨®n que aporte estabilidad y confianza a los mercados.
Esto repercutir¨¢ a su vez en el consumo, del que se sustentan dos terceras partes del crecimiento econ¨®mico de EE UU. Y esto hizo temblar a los grandes nombres industriales que cotizan en Wall Street m¨¢s all¨¢ del sector financiero porque en el parqu¨¦ se teme que no haya demanda suficiente para que las empresas saquen al mercado sus productos y servicios. Los planes de expansi¨®n pueden quedar congelados hasta que no se tengan signos de mejora.
En paralelo, asusta una degradaci¨®n a¨²n mayor del mercado de la vivienda, que est¨¢ sumido desde hace dos a?os en un intenso proceso de contracci¨®n y de fuerte ca¨ªda en el valor de los inmuebles. El Banco Central y el Tesoro consideran que la estabilidad financiera s¨®lo volver¨¢ cuando se vea la luz al final del t¨²nel en el sector inmobiliario, de forma que se rompa la espiral que amenaza con arramplar con el resto de la econom¨ªa.
El rechazo al plan puede agravar la situaci¨®n. Se calcula que hasta tres millones de propietarios pueden perder su vivienda si no se encuentra una soluci¨®n que permita lubricar el mercado de cr¨¦dito. Para evitar este extremo, el plan que se puso sobre la mesa del Congreso contempla la posibilidad de que el Tesoro pueda renegociar las hipotecas de las familias en apuros, cuando los bancos que concedieron esos cr¨¦ditos acudan a Washington pidiendo ayuda para limpiar sus balances.
Y tambi¨¦n arrecian los problemas para las que iban a ser las grandes beneficiarias del plan de rescate: los bancos, que ayer sufrieron un duro golpe en Wall Street. La situaci¨®n financiera de las entidades es delicada y podr¨ªa deteriorarse de nuevo sin el bal¨®n de ox¨ªgeno de Washington. La crisis financiera ya se llev¨® por delante a grandes nombres del sector, como Lehman Brothers.
La agencia que vela por los dep¨®sitos en los bancos cree que hay cerca de 300 entidades en todo el pa¨ªs que podr¨ªan verse abocadas a la bancarrota si no logran recomponer sus balances y dotarse de dinero fresco.
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