"Llevo 10 a?os esperando un piso"
El Ayuntamiento de Valencia calcula que 376 personas viven en chabolas
![Sara Velert](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0b00784d-04cf-4844-ab6f-1b50aca7d9ff.jpg?auth=9953da7913a229b5cad22810de7a88cc447228852293dd819dbd7903c1a74291&width=100&height=100&smart=true)
La pobreza tiene mil caras. La de Lavinia, rumana de 19 a?os que ayer cocinaba en plena calle para una treintena de compatriotas desalojados de una antigua industria; la de Daniela y Catalin, joven pareja tambi¨¦n rumana que malvive en las ruinas de otra f¨¢brica; o la de Isabel, espa?ola de 34 a?os siempre pendiente de que no la echen con su familia de una nave industrial ruinosa. No hace falta ir lejos para encontrar a centenares de personas que sobreviven en chabolas o f¨¢bricas abandonadas. Est¨¢n en barrios degradados de Valencia, y tambi¨¦n en el centro de la ciudad.
El Ayuntamiento, en manos del PP, cifra en 376 las personas que se alojan en "asentamientos" de vivienda precaria, un eufemismo para no hablar de chabolismo. "Hay asentamientos puntuales, pero Valencia no tiene un problema de chabolismo", afirma la concejal de Bienestar Social, Marta Torrado. "Son muchos m¨¢s afectados, al menos 500", calcula el concejal socialista Julio Such, que ha preguntado por el n¨²mero de n¨²cleos de chabolas. Seg¨²n la contabilidad municipal, en Valencia hay 10 de estos asentamientos con cinco o m¨¢s familias. Sin embargo, las cifras fluct¨²an, porque a las zonas de chabolas estables se a?aden otras temporales. Torrado asegura que entre 2003 y 2007 una cincuentena de familias ha pasado en alg¨²n momento por 35 de las "viviendas solidarias" de la ciudad. El Consistorio tiene unos 150 pisos para familias desfavorecidas. Son insuficientes, critica Such. La rotaci¨®n es baja y se adjudican muy pocas.
"Lo que quieren es que nos vayamos", afirma una rumana desalojada
"Yo llevo 10 a?os apuntado en una lista y esperando un piso", asegura Fernando Jim¨¦nez, de 30 a?os. Renueva puntualmente sus papeles del Instituto Valenciano de Vivienda para aspirar a uno en la pedan¨ªa de La Torre. Con su mujer, Luisa, y sus seis hijos -"van al colegio", subraya ella-, ocupa una casa en mal estado pegada a una vieja nave industrial de la Cruz Cubierta. Ah¨ª estar¨¢n mientras no les pretendan echar, como ocurre con una parte de las 7 familias gitanas instaladas en los restos de la f¨¢brica contigua. Est¨¢n a la espera de un juicio y se preguntan ad¨®nde ir¨¢n si les desalojan. A la ruina de hierros y cristales rotos que han convertido en modestas viviendas llegaron hace un a?o, despu¨¦s de que los echaran de otro asentamiento. "?Por qu¨¦ no construyen casas prefabricadas, como los barracones de colegios para nosotros? Para circuito s¨ª que tienen", critica Isabel Demetrio, de 34 a?os, con tres hijos. A. H. J., de 43 a?os -prefiere dar s¨®lo iniciales-, no sabe c¨®mo afrontar¨¢ el juicio y un posible desalojo. Tiene siete hijos y una pensi¨®n de 300 euros.
Estas familias tienen alguna ayuda de los servicios sociales. No parece el caso de los 50 o 60 inmigrantes que anochecen en la antigua f¨¢brica de Bombas Gens en la avenida de Burjassot. "S¨®lo viene la polic¨ªa a pedir papeles. El Ayuntamiento no ayuda. En Madrid es mucho mejor, tienen m¨¢s albergues", critica el rumano Catalin, de 29 a?os, que junto con Daniela, de 22, busca trabajo en el campo. El entorno es lamentable, "pero m¨¢s verg¨¹enza da robar", recalca ella.
Torrado afirma que "el Ayuntamiento act¨²a con todos los recursos a su alcance", pero que "muchos" afectados rechazan la ayuda. Para la oposici¨®n eso es una excusa. Such acusa al PP de "desalojar sin realojar" cada vez que denuncian la precaria situaci¨®n de unas chabolas. Ocurri¨® este verano en La Torre, y el pasado lunes en una f¨¢brica cerrada de En Corts. El Ayuntamiento asegura que desaloj¨® a la treintena de rumanos por seguridad y que no aceptan vivir en albergues. "Lo que quieren es que nos vayamos de la ciudad", replica Lavinia, de 19 a?os, mientras cocina pollo rodeada de maletas.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
![Sara Velert](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F0b00784d-04cf-4844-ab6f-1b50aca7d9ff.jpg?auth=9953da7913a229b5cad22810de7a88cc447228852293dd819dbd7903c1a74291&width=100&height=100&smart=true)