Azulejos de brillo manuelino
Desde Olivenza, un tesoro arrebatado a Portugal en 1801, hasta la villa templaria de Jerez de los Caballeros, siguiendo el curso del esquivo Guadiana
Olivenza fue Oliven?a hasta 1801, en que cambi¨® la suave cedilla por la tosca zeta al pasar demanos portuguesas a espa?olas. La culpa fue de Napole¨®n, que oblig¨® al flojo de Carlos IV a declarar la guerra a Portugal para echar de sus puertos a los barcos ingleses. Al final de aquella contienda en la que no le iba nada, Espa?a se qued¨® con Olivenza porque ca¨ªa de este lado del Guadiana, casi sin ganas. Y Portugal, con la sensaci¨®n de que esta hermosa villa le fue arrebatada en una guerra de otros, de ah¨ª que a¨²n haya quienes la reclaman con vehemencia, recordando a los patriotas de este lado que es una hipocres¨ªa ver Gibraltar en el ojo ajeno y no ver Olivenza en el propio.
Olivenza, como Gibraltar, tiene su particular pe?¨®n, unamaciza torre de 37 metros de altura que domina a vista de ¨¢guila guerrera el alc¨¢zar medieval y todo el caser¨ªo. Un caser¨ªo blanco y fagocitador cual leucocito, que ha absorbido la muralla levantada por el rey don Dion¨ªs en el siglo XIV, con sus puertas de Alconchel y de los ?ngeles, y varios de los baluartes, en forma de ¨®valo estrellado, de cuando Portugal luch¨® para independizarse de la corona espa?ola a mediados del XVII. Ocioso parece decir que este completo cat¨¢logo de arquitectura defensiva no le sirvi¨®, a la postre, para nada.
De los caprichos de Marte tampoco se libr¨® el puente Ajuda, una colosal masa p¨¦trea de 390metros que fue construida en el siglo XVI sobre el Guadiana, a 12 kil¨®metros de la villa, y que en 1709, durante la guerra de Sucesi¨®n espa?ola, se fue al garete, que es a dondemucha gente sensata piensa que deber¨ªan irse todas las fronteras, himnos, banderas y uniformes que en el mundo son y han sido. Hoy, espa?oles y portugueses usan sus ruinas como paseo, mirador y merendero, y viendo a ambos pueblos amalgamados en esta refrescada escena, cuesta creer que nunca nos hayamos peleado por nada. El bocadillo de presunto (es decir, de jam¨®n) une mucho.
Luz sobre las columnas
Otro lugar donde se est¨¢ muy a gusto cuando el sol aprieta es en la iglesia de la Magdalena. A mediod¨ªa, los haces multicolores de las vidrieras dan de lleno en las columnas entorchadas, t¨ªpicas del estilo manuelino, y es como si el duro granito se retorciera en la visi¨®n de un santo proclive a los ¨¦xtasis. Ambarina es la luz que envuelve, cual celof¨¢n amarillo, las columnazas j¨®nicas de Santa Mar¨ªa del Castillo y azul la que refleja la azulejer¨ªa portuguesa de la capilla de la Casa de la Misericordia, alicatada hasta el techo con escenas b¨ªblicas llenas de candorosos anacronismos.
Olivenza y todos los pueblos del suroeste pacense tienen una dulzura entre portuguesa y andaluza, pero un paisaje netamente extreme?o de dehesas inabarcables con la vista donde el cerdo ib¨¦rico hoza con delectaci¨®n la glande nutricia de la encina, casi con lujuria. Por este paisaje bellotero, con rumbo sur, se llega en menos de lo que dura una tapa de pata negra a Alconchel, que est¨¢ al pie del castillo de Miraflores, de origen musulm¨¢n, airoso y se?ero, y de aqu¨ª a Villanueva del Fresno, paso obligado para conocer las bellezas alentejanas de Mourao y Mon?araz. El Guadiana, como si lo supiera, se col¨® hace rato en Portugal dejando de marcar la raya.
En Oliva de la Frontera, donde Badajoz, Portugal y Huelva se tocan, nuestra ruta dobla hacia naciente siguiendo la linde pacense a trav¨¦s de una campi?a que se quiebra al adentrarnos por las estribaciones de Sierra Morena en busca de Jerez de los Caballeros. Los caballeros eran los del Temple, y Jerez, la ciudad que arrancaron a los moros en 1230 y una de sus m¨¢s ricas encomiendas. Quiz¨¢ por eso, al ser disuelta la orden por el papa Clemente V en 1312, los templarios jerezanos se resistieron a entregar la plaza. Reducidos por las fuerzas reales, fueron decapitados en la torre de la alcazaba, desde entonces conocida como la torre Sangrienta. Castillo y bienes pasaron a los caballeros de Santiago, con lo que no hubo que cambiarle el apellido a la ciudad.
En el castillo donde tan mal acabaron los templarios, pueden verse dos morabitos, vestigios de la loada Xerixa. Y desde el castillo, toda la villa, se?oreada por las torres de San Bartolom¨¦, San Miguel y Santa Catalina, barroqu¨ªsimas, decoradas como pi?atas. All¨¢ abajo, oculta en el laberinto de calles sin aceras, est¨¢ la casa de N¨²?ez de Balboa, el m¨¢s famoso jerezano, que habiendo nacido a 200 kil¨®metros del mar m¨¢s cercano, descubri¨® en 1513 el mayor de los oc¨¦anos. ?ste s¨ª que no conoc¨ªa fronteras.
M¨¢s propuestas e informaci¨®n pr¨¢ctica en la Gu¨ªa de Extremadura de EL VIAJERO
GU?A
Comer
? Dosca (924 49 10 65). Plaza de la Constituci¨®n, 15. Olivenza. Especialidades como la sopa de tomate o el solomillo de retinto en l¨¢mina de queso del Casar. Unos 25 euros. Tiene habitaciones con vistas a la iglesia de la Magdalena. Ver ficha | ?Has estado Env¨ªa tu cr¨ªtica?
? La Montanera (924 73 16 36). Ctra. de Villanueva, s/n. Jerez de los Caballeros. Productos de cerdo ib¨¦rico y recetas locales en el moderno hotel Los Templarios. 40 euros.
Dormir
? Palacio de Arteaga (www.palacioarteaga.com; 924 49 11 29). Moreno Nieto, 5. Olivenza. Palacete decimon¨®nico de reminiscencias manuelinas. La doble, 84 euros.
? Rocamador (www,rocamador.com; 924 48 90 00). Ctra. de Badajoz-Huelva, Km. 41,1. Almendral (Badajoz).Monasterio franciscano del XIV convertido en exclusivo hotel rural, con restaurante de alto nivel. La doble, desde 130 euros m¨¢s IVA.
Informaci¨®n
? Turismo de Olivenza (924 49 01 51).
? Turismo de Jerez de los Caballeros (924 73 03 72; www.jerezdeloscaballeros.es).
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