Diferencias

Soy asiduo lector de su peri¨®dico desde su fundaci¨®n. Sirvan estas l¨ªneas para manifestar mi total acuerdo con la iniciativa de Ruiz-Gallard¨®n de enviar al juez Garz¨®n los datos de los desaparecidos de los dos bandos.

Pero no hay que olvidar que los familiares de las v¨ªctimas de los sublevados, el llamado bando nacional, han tenido 35 a?os para recuperar y honrar a sus muertos. Tener un familiar ca¨ªdo en el bando nacional (recuerdan aquello de "gloriosos ca¨ªdos por Dios y por Espa?a: presentes", con que acababa el parte nacional, o las l¨¢pidas conmemorativas con listados de nombres de v¨ªctimas que a¨²n persisten en algunas iglesias) otorgaba a las familias adem¨¢s de un seguro pedigree social: "Pues a mi -aqu¨ª el nombre de alg¨²n familiar- lo fusilaron los rojos", se repet¨ªa con orgullo, daba derecho adem¨¢s en muchos casos a la obtenci¨®n de alguna recompensa: un estanco, un puesto de loter¨ªa, una prioridad para obtener un puesto de trabajo, etc¨¦tera. Tiempo y ocasi¨®n tuvieron pues, de honrar a sus muertos.

Mientras, el otro bando ocultaba vergonzante sus v¨ªctimas porque el solo hecho de ser familiar de alguna v¨ªctima republicana, no digo ya de mencionarlos o de reclamarlos p¨²blicamente, pod¨ªa llevar aparejada la exclusi¨®n social con todas las consecuencias que llevaba aparejadas, como por ejemplo las laborales, que podr¨ªan ser desde discriminaci¨®n hasta el despido fulminante o la imposibilidad de ser admitido en un trabajo, o acabar en el peor de los casos y si uno era insistente, frente el Tribunal de Orden P¨²blico, el temido TOP, ya saben, por si uno era filocomunista o similar.