Radio
RNE regala coches. Dos al d¨ªa, hasta llegar a 24. Cuanto m¨¢s conozco las empresas privadas, m¨¢s partidario soy de que exista una corporaci¨®n p¨²blica. Pero no estoy nada convencido de que a un medio p¨²blico le corresponda promocionarse de esta forma. En realidad, no estoy nada convencido de que el modelo espa?ol, con su RTVE, sus radiotelevisiones auton¨®micas y sus gastos fara¨®nicos, sea el apropiado. Entre lo que hay y nada, me quedo con lo que hay. Preferir¨ªa, sin embargo, otra cosa.
Me gusta, por poner un ejemplo, la National Public Radio (NPR) estadounidense. Es muy poquita cosa comparada con los gigantes privados. Piensen que a mediados de los ochenta acumul¨® un d¨¦ficit de siete millones de d¨®lares (5,2 millones de euros) y el Congreso forz¨® la dimisi¨®n de sus directivos. Se financia con una peque?a aportaci¨®n federal, donaciones personales y una publicidad at¨ªpica: las empresas que hacen aportaciones a NPR disponen de miniespacios para hablar de s¨ª mismas, sin faltar a la verdad y cumpliendo unas normas. Las estrecheces presupuestarias se aliviaron bastante hace cinco a?os, cuando Joan Kroc, viuda del fundador de McDonald's, leg¨® a NPR 225 millones de d¨®lares (166 millones de euros).
NPR cuenta con una audiencia cercana a los 20 millones de personas (mayoritariamente blancos y de mediana edad) y es considerada uno de los medios informativos m¨¢s fiables en Estados Unidos. No tiene dinero para desplegar redes de corresponsales y enviados propios, pero eso est¨¢ dejando de ser una rareza: empieza a ocurrir tambi¨¦n en los medios privados, al menos los espa?oles. Seg¨²n est¨¢ la crisis, s¨®lo podremos cubrir las futuras guerras si nos patrocina el viaje uno de los contendientes. En fin, habl¨¢bamos de NPR: trat¨¢ndose de una radio rigurosa y sin ¨¢nimo de lucro, los mejores periodistas de las empresas privadas no tienen reparo en cooperar ocasionalmente.
Sigan imaginando: una radio sin chorros de anuncios, sin tertulias chillonas, sin bulos. Una radio reflexiva e inteligente. Una radio que no suele correr para anticiparse a las otras, porque prefiere comprobar sus noticias. Una radio p¨²blica que no hurga en tus bolsillos y a la que apetece dar, de vez en cuando, un peque?o donativo. ?Se lo imaginan?
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