Una crisis con cara
Palabras como inversor, subprime, Wall Street y Lehman sugieren im¨¢genes de se?ores encorbatados y se?oras en traje chaqueta con un micr¨®fono colgado de la oreja cual Madonna in concert, gritando en medio de un gran alboroto, sobre un fondo de pantallas enloquecidas.
Lo ¨²ltimo que sugieren esas palabras es la cara de este muchacho de piel blanquecina y ojos anonadados, con un contrato temporal en la emisora COM R¨¤dio que le reporta 1.200 euros al mes -cuant¨ªa que completa con colaboraciones en otros medios- y que se tapa la cabeza ante el n¨²mero 3 de la plaza de Francesc Maci¨¤, ante una oficina del Citibank. Jos¨¦ Mar¨ªa Sarri, periodista de Cultura, vive de alquiler en Barcelona, tiene 30 a?os y en mayo pasado recibi¨® de sus padres un dinero para que lo gestionara, con la idea de comprarse un piso en el futuro.
Un banco propone a un cliente que no quiere riesgo un bono de otro banco que quiebra al cabo de 5 meses
Sarri se presenta, de entrada, como alguien que "no tiene ni idea de econom¨ªa". Siempre hab¨ªa tenido sus ahorros en Caixa Manresa, pero se dirigi¨® a la sucursal m¨¢s cercana del Citibank porque esta entidad le hab¨ªa dejado buen sabor de boca a las puertas de un largo viaje a Australia, cuando pudo abrir una cuenta por Internet y, una vez all¨ª, pudo disponer de ella y de una tarjeta para operar. "Cuando me atendi¨® un comercial, le dije que quer¨ªa un lugar seguro para el dinero y no tocarlo durante un tiempo", recuerda. Citibank le hizo un test para saber cu¨¢l era su perfil de inversor. Result¨® ser "equilibrado P4" (que "no est¨¢ dispuesto a asumir p¨¦rdidas significativas sobre el valor de su cartera a medio plazo"). El test especifica que el joven "no posee conocimientos y experiencia suficiente sobre su inversi¨®n en productos complejos" y que toda contrataci¨®n de estos productos "s¨®lo se har¨¢ bajo su exclusiva responsabilidad, sin asesoramiento de Citibank y a petici¨®n propia". Sarri firm¨® este papel, que, en la letra peque?a, dice que los productos de inversi¨®n que Citibank Espa?a distribuye "no conllevan garant¨ªa ni obligaci¨®n alguna por Citibank".
El gestor le habl¨® ipso facto de "un muy buen producto, ideal", un bono a dos a?os en euros, con capital 100% protegido al vencimiento, que al cabo de un a?o le permitir¨ªa acceder a la mitad del dinero m¨¢s un cup¨®n del 6% sobre la mitad de lo invertido y que, tras el segundo, le devolver¨ªa su dinero m¨¢s la mitad de la subida media trimestral del ¨ªndice DJ Eurostoxx 50. "A mis padres les pareci¨® bien, dije s¨ª y pas¨¦ a firmar".
Asegura que no sab¨ªa que hab¨ªa comprado un producto emitido y garantizado por el banco de inversi¨®n Lehman Brothers. No ley¨® las nueve hojas del Bono 50-50 II, que concluyen as¨ª: "Estoy invirtiendo en un producto complejo y confirmo haber sido informado de mi perfil de inversi¨®n (...), declaro comprender que es posible que dicho producto no sea conveniente para m¨ª (...) pero deseo invertir en el citado producto". Sarri exclama: "?Claro que pens¨¦ que podr¨ªa no ganar mucho, e incluso perder. Pero nunca que la cuenta pasar¨ªa de 44.000 a cero!" El asesor le llam¨® en agosto para venderle otro producto donde invertir otros 20.000 euros que ten¨ªa (dijo que no) y la siguiente llamada fue ya para decirle por tel¨¦fono que lo hab¨ªa perdido todo. Sarri, estupefacto, fue al Citibank a retirar al menos sus 20.000 euros. Cree que le miraron como si le "hicieran un favor". En la escalera, top¨® con el asesor. Le dijo: "Ya te atienden, ?verdad? ?C¨®mo est¨¢s?". Le contest¨®: "?A ti qu¨¦ te parece"?. Ayer, en la oficina de Citibank, una colega del asesor sostuvo: "Lehman no era de riesgo. Era lo m¨¢s estable que hab¨ªa. Por eso lo vend¨ªan todos los bancos del mundo". El 15 de septiembre, Lehman declar¨® la bancarrota.
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