La sala Bola?o
1 - Sigo en Nueva York, aunque el s¨¢bado pasado fui a Blanes. Desde Nueva York, controlo lo que pasa en el mundo. En Nueva York me falta Paul Auster, que est¨¢ en Barcelona. Pero como el s¨¢bado fui a Blanes, el domingo pude comer con ¨¦l, junto al mar. En el T¨²nel del Port, en el Moll de Gregal. A Paul Auster le gusta mucho Barcelona, a m¨ª no tanto. Sin moverme de Nueva York, puedo enterarme igual de las cosas y ver, sin problemas, a la gente que querr¨ªa ver. Y hasta puedo ver m¨¢s gente y m¨¢s cosas, porque estoy en Nueva York. Acabo de ver a Vargas Llosa criticando lo que ha llamado la civilizaci¨®n del espect¨¢culo. Y creo que en lugar de civilizaci¨®n podr¨ªa haber hablado de sociedad del espect¨¢culo. A fin de cuentas, es el concepto que hizo mundialmente c¨¦lebre el situacionista Guy Debord en su l¨²cido y prof¨¦tico libro de 1967.
Por lo dem¨¢s, Vargas Llosa se explay¨® acerca de la cultura del entretenimiento que nos domina y dijo que no es nada raro que la literatura m¨¢s representativa del momento sea leve, ligera, f¨¢cil, aquella que "sin el menor rubor se propone ante todo y sobre todo divertir". Pero aqu¨ª habr¨ªa que puntualizarle a Vargas que la levedad no siempre en literatura es sin¨®nimo de algo peyorativo, sino muchas veces lo contrario: basta pensar en Tristram Shandy, de Laurence Sterne, o en el ensayo de Italo Calvino sobre la ligereza en Seis propuestas para el pr¨®ximo milenio.
No quiso Vargas condenar a los autores de esa "literatura fr¨ªvola" porque dijo que entre ellos est¨¢n, "a pesar de la levedad de sus textos", verdaderos talentos como Julian Barnes, Paul Auster y Milan Kundera, pero lament¨® que ya no se emprendan aventuras literarias como las de James Joyce o Marcel Proust. Sin embargo, creo que Georges Perec, Danilo Kis, Roberto Bola?o (todav¨ªa, por suerte, nuestros contempor¨¢neos), Ant¨®nio Lobo Antunes, J. M. Coetzee, Thomas Pynchon, por poner seis r¨¢pidos ejemplos, desmienten esa afirmaci¨®n de que no hay en lo literario tanta ambici¨®n como anta?o.
Donde s¨ª estar¨ªa de acuerdo con Vargas ser¨ªa en su toque de atenci¨®n ante la "desaparici¨®n de los intelectuales y pr¨¢cticamente los cr¨ªticos" en un momento en que "la cocina y la moda ocupan buena parte de las secciones dedicadas a la cultura, un mundo controlado por la publicidad". De acuerdo con que buena parte de las p¨¢ginas de noticias culturales se han banalizado en los ¨²ltimos a?os. Aunque ah¨ª se da el caso parad¨®jico de que el propio Vargas participa de esa civilizaci¨®n-sociedad del espect¨¢culo. No hay que ir muy lejos para comprobarlo. Basta con observar la parca informaci¨®n que lleg¨® a las p¨¢ginas culturales acerca del reciente Hay Festival de Segovia, donde hubo mesas redondas intens¨ªsimas y presencia masiva de escritores y much¨ªsimo p¨²blico interesado por el debate intelectual. Quise asistir, y no pude por hallarme en Nueva York, pero estaba absurdamente convencido de que me informar¨ªan mejor de lo que all¨ª ocurri¨®. Sin embargo, la opacidad medi¨¢tica resumi¨® todas esas mesas y encuentros de un solo plumazo, con una sola imagen y noticia: el paso de Vargas Llosa por el Hay Festival segoviano. ?D¨®nde estaban los otros 35 escritores que participaron? Obviamente, no es culpa de Vargas, pero ?no fue eso tambi¨¦n oscurantismo informativo y, encima, sombras de las peores luces de la sociedad del espect¨¢culo?
2 - En este contexto cultural, inauguraron el otro d¨ªa, lejos de los focos medi¨¢ticos, una sala de actos dedicada a Roberto Bola?o en la Biblioteca Comarcal de Blanes. Fue un acto impulsado por la Fundaci¨® Planells y del que creo que debo dejar constancia. En la televisi¨®n local me animaron a decir si era importante el se?or Bola?o. Tuve que decir la verdad: habr¨¢ un d¨ªa en que Blanes ser¨¢ conocida en todo el mundo porque en ella vivi¨® Bola?o. Y les inform¨¦ de que este autor, aunque disfrazado de beatnik, est¨¢ triunfando en Estados Unidos -veo a Roberto riendo ante la noticia-, aunque, eso s¨ª, por fortuna no ha sido canonizado por las fuerzas vivas del oficialismo cultural. Es decir, todav¨ªa no lo lee Clinton.
A pesar de la existencia de un bola?ismo en su vertiente m¨¢s necia, sigue siendo un autor no institucional, y eso es magn¨ªfico. No es un marginal, pero sus seguidores le mantienen en una ¨®rbita insolente. Y eso es bueno, me parece. Porque as¨ª Roberto puede seguir fumando a su manera en Blanes en el bar del Casino, o riendo en Nueva York al leer las ¨²ltimas noticias sobre el excelent¨ªsimo novelista don Fulano de Tal, y ri¨¦ndose de todo, para qu¨¦ nos vamos a enga?ar.
Alexandra y Lautaro, los dos hijos del escritor, descubrieron la placa de la sala de actos Roberto Bola?o. En ella hay unas palabras cassolanas de su padre: "Yo s¨®lo espero ser considerado un escritor sudamericano m¨¢s o menos decente, que vivi¨® en Blanes, y que quiso a este pueblo". Quiz¨¢ sean mejor as¨ª las cosas, escasas a prop¨®sito. Pero no est¨¢ claro. Durante el coloquio que sigui¨®, y en el que particip¨® su amigo de siempre, el novelista A. G. Porta, se ponderaron ampliamente las virtudes del gran poeta y novelista y se le explic¨® a Josep Trias, alcalde de Blanes, que Bola?o es hoy en d¨ªa un escritor universal y que, tarde o temprano, por muchas glorias locales que haya en el pueblo, el tiempo pasar¨¢ -como en la canci¨®n de Casablanca- y la biblioteca comarcal se llamar¨¢ Biblioteca Bola?o. Cuando se abri¨® el turno de preguntas, el chileno Jorge Morales quiso saber -a tenor, dijo, de lo que se hab¨ªa dicho all¨ª sobre la universalidad de Bola?o y viendo que una multitud abarrotaba la sala y se hab¨ªa tenido que instalar una pantalla y habilitar 200 plazas fuera del recinto- qu¨¦ m¨¢s ten¨ªa que hacer un escritor como Bola?o para que la biblioteca comarcal llevara su nombre.
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