Atr¨¢pame ese tipo
El espect¨¢culo dura ya m¨¢s de un a?o. Me refiero al que protagoniza el Gobierno foral de Guip¨²zcoa, formado por el PNV y Eusko Alkartasuna, sobre el tema del tipo del Impuesto de Sociedades, el tributo que pagan las empresas por sus beneficios. Un papel¨®n que muestra hasta qu¨¦ extremos puede llegar el particularismo, el af¨¢n de hacer valer la postura propia por encima de todo.
La funci¨®n es un rosario de desbarres. Las tres diputaciones y el Gobierno vasco, despu¨¦s de varios reveses judiciales, acuerdan en 2007 situar en el 28% el tipo general del Impuesto de Sociedades, lo que se aprueba en las Juntas Generales de Vizcaya y ?lava con el respaldo del PP. En Guip¨²zcoa, sin embargo, EA no acepta secundar a su socio mayoritario y, sacando su vis izquierdista, se planta en el 30%. Adem¨¢s, como de Lizarra a esta parte los gobiernos en Euskadi no se forman atendiendo a programas o mayor¨ªas, sino mirando la afinidad ideol¨®gica de los partidos integrantes, el PNV de Egibar y Markel Olano no pueden rebajarse a recurrir al Partido Popular para que les ayude a sacar el tipo armonizado. Sucede as¨ª que, a finales de diciembre pasado, para evitar que los empresarios guipuzcoanos tengan que pagar el 32,6% de sus ganancias (el tipo anterior) frente al 28% de los alaveses y vizca¨ªnos, Olano, prescindiendo de sus socios de gobierno (que adem¨¢s tienen la cartera de Hacienda), impone por decreto ese gravamen.
La salida es de nota: para armonizar el tipo, se desarmonizan tres impuestos
Del estropicio guipuzcoano aflora el manoseo que se ha hecho del Concierto
Lo m¨¢s ins¨®lito de esta actuaci¨®n, que ofende todas las reglas de la coherencia y los procedimientos jur¨ªdicos, es que el pacto de gobierno resulta ileso; el poder es el poder. EA se enfada mucho con su socio, pero nada m¨¢s. Sin embargo, la ilegalidad del decretazo es flagrante y, para m¨¢s penitencia, no puede ser convalidado en las Juntas Generales por falta de mayor¨ªa. S¨®lo ha servido para ganar tiempo a la espera de que el socio minoritario entre en raz¨®n con las presiones del empresariado y otras fuerzas vivas. Mas en pol¨ªtica el verbo "rectificar" no se conjuga en seco. Despu¨¦s de meses de tira y afloja, y en atenci¨®n a la crisis, EA se aviene al 28% en el Impuesto de Sociedades, pero s¨®lo si va acompa?ando con otras deducciones y retoques que afectar¨ªan tambi¨¦n a los impuestos de patrimonio y de la renta.
La salida es de nota: para armonizar un aspecto de un tributo, se desarmonizan tres impuestos, y para camuflar la envainada puntual se reclama a los dem¨¢s territorios una reforma general del sistema impositivo. Con el agravante de que, a dos meses de que se cierre el ejercicio fiscal, tampoco hay seguridad de que el 28% salga adelante en las Juntas Generales. Como cabe imaginar, ?lava y Vizcaya le han dicho a la diputaci¨®n hermana que ya estudiar¨¢n su propuesta (traducido, que no les meta en l¨ªos para salir del suyo). Aunque lo m¨¢s notable ha sido escuchar al diputado general de Guip¨²zcoa, despu¨¦s de todo lo acontecido, calificar de "ejercicio de responsabilidad" la ¨²ltima decisi¨®n sobre el asunto del Consejo de Diputados. Eso, y apelar ahora a la sensatez y altura de miras de los grupos de la oposici¨®n.
El espect¨¢culo no ha terminado, aunque ha tenido algunas consecuencias positivas. Ha puesto en valor la armonizaci¨®n fiscal, tan encarecida dentro de la comunidad aut¨®noma como desde?ada en relaci¨®n con el resto de Espa?a. Si gracias al Concierto Econ¨®mico existe capacidad normativa en materia de tributos y ¨¦sta corresponde a cada uno de los territorios forales, ?por qu¨¦ es bueno que el tipo del Impuesto de Sociedades en Euskadi sea por sistema distinto (m¨¢s bajo) al de territorio com¨²n y resulta una cat¨¢strofe que esa misma diferencia impositiva se d¨¦ entre una provincia y otra? Nadie ha dado todav¨ªa una explicaci¨®n razonada de esta asimetr¨ªa. No obstante, los principios de "coordinaci¨®n, armonizaci¨®n fiscal y colaboraci¨®n mutua" recogidos en la Ley del Concierto Econ¨®mico rigen tanto interna como externamente: para las relaciones de las instituciones forales entre s¨ª y para las de ¨¦stas con la Administraci¨®n central.
Del estropicio guipuzcoano aflora asimismo el manoseo que se ha hecho del Concierto, reduci¨¦ndolo interesadamente a una m¨ªnima parte de lo que realmente supone (desde luego, lo que Catalu?a y otras comunidades envidian de ¨¦l no es precisamente la capacidad de bajar dos o tres puntos la presi¨®n fiscal a los empresarios). Y lo sucedido confirma que la religi¨®n del agravio tiene m¨¢s adeptos que la de la responsabilidad. No hace siquiera un mes, todas las instituciones y partidos saludaban alborozados el "espaldarazo" que la Uni¨®n Europea hab¨ªa dado a esa parte del Concierto Econ¨®mico que algunos pretenden presentar como el todo y reclamaban hacia fuera "respeto" para este instrumento fundamental de nuestro autogobierno. Sin embargo, pocas voces institucionales se han levantado para censurar el uso insensato y chapucero que el equipo de gobierno de la Diputaci¨®n de Guip¨²zcoa est¨¢ haciendo de los resortes que el Concierto pone en sus manos.
Por seguir con la sin¨¦cdoque y otras reivindicaciones asim¨¦tricas, ?c¨®mo se blinda el Concierto Econ¨®mico ante unos gestores poco juiciosos?
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