"Son errores que no se pueden repetir"
Discurso de Emilio Bot¨ªn en la Conferencia de Banca Internacional del Banco Santander
La crisis que estamos viviendo nos hace valorar, m¨¢s que nunca, la importancia de contar con un sistema financiero solvente, rentable, sano y sostenible. En los ¨²ltimos tiempos se han puesto muchas cosas en cuesti¨®n: desde la complejidad que alcanzaron algunas innovaciones financieras que resultaron ser muy nocivas, hasta el funcionamiento de las agencias de rating y ciertas estructuras de regulaci¨®n y supervisi¨®n, que han cometido errores importantes. El Banco de Espa?a, nuestro regulador y supervisor, ha desempe?ado un papel ejemplar, como ha sido internacionalmente reconocido.
Las respuestas a estas cuestiones no son f¨¢ciles, pero parece claro que pasan por recuperar los fundamentos. Porque hay una serie de realidades que parec¨ªan olvidadas: los ciclos existen, el cr¨¦dito no puede crecer indefinidamente, la liquidez no siempre es abundante y barata y la innovaci¨®n financiera no puede hacerse a espaldas del riesgo que conlleva. Y ahora sobre la mesa tenemos tres problemas globales(...): liquidez, activos t¨®xicos y capitalizaci¨®n de las entidades financieras.
"Los independientes parec¨ªan la panacea; lo que hace falta son consejeros capaces"
"Es esencial que las medidas mantengan el est¨ªmulo a la buena gesti¨®n"
Voy a centrar mi intervenci¨®n en c¨®mo creo que las entidades y supervisores pueden contribuir a que el sistema financiero, en particular en Europa, salga de esta crisis fortalecido. En mi opini¨®n, la aportaci¨®n de las entidades debe venir de recuperar el foco en el cliente, potenciar el negocio recurrente, gestionar con prudencia el riesgo y reforzar el gobierno corporativo. Por su parte, la contribuci¨®n de las autoridades es clave en cuestiones como la liquidez, transparencia y supervisi¨®n.
En primer lugar, las entidades tienen que recuperar el foco en el cliente. La base del negocio bancario est¨¢ en las relaciones estables y directas con nuestros clientes. Para mantenerlas tenemos que aportarles valor, servicios y productos adecuados y ajustados a sus necesidades (...) a precios razonables (...).
La segunda clave es centrarse en el negocio recurrente. Un modelo de negocio recurrente, bien gestionado, basado en la relaci¨®n con el cliente a largo plazo, es rentable y no necesita inversiones en t¨ªtulos y estructuras financieras opacas para generar beneficios.
Esto me lleva al tercer punto, quiz¨¢s el m¨¢s importante: las entidades tenemos que gestionar con prudencia el riesgo. Si hay algo que ha quedado claro en esta crisis es la necesidad de poner el foco en la gesti¨®n de los riesgos. Y para esto no hay que innovar mucho. No hay que inventar nada nuevo. Hay que dedicarle tiempo y atenci¨®n al m¨¢s alto nivel.
Hace unos meses nos visit¨® un ex presidente de la Reserva Federal de EE UU. Se sorprendi¨® al saber que la Comisi¨®n Delegada de Riesgos del Banco Santander, compuesta por cinco consejeros, se re¨²ne dos veces a la semana para analizar riesgos durante al menos cuatro horas, y que la Comisi¨®n Ejecutiva del banco, compuesta por cinco consejeros y cinco ejecutivos, se re¨²ne todos los lunes del a?o durante cuatro horas, en las que dedica una gran parte de su tiempo a la revisi¨®n de riesgos y aprobaci¨®n de operaciones. Dec¨ªa no haber conocido ning¨²n banco americano donde se aplicase una pol¨ªtica de riesgos similar. Es verdad, son muchas horas de dedicaci¨®n por parte de nuestros consejeros, pero a nosotros nos parece fundamental. Y nunca nos parecen demasiadas.
Compartimos plenamente las recomendaciones de los distintos organismos internacionales en esta materia. La funci¨®n de riesgos debe ser independiente del negocio, y en ella debe implicarse la m¨¢s alta direcci¨®n del banco. Este esquema exige, evidentemente, que el Consejo conozca y entienda el sistema financiero.
Por eso es tan importante el cuarto punto al que quiero referirme: la necesidad de contar con un fuerte gobierno corporativo dentro de las entidades. Durante a?os ha habido muchas voces defendiendo a los consejeros independientes en el Consejo de las entidades financieras. Parec¨ªa la panacea: el mejor Consejero era el que estaba m¨¢s alejado del negocio porque, se dec¨ªa, era m¨¢s independiente. Lo que se necesita son consejeros capaces y que conozcan bien el negocio.
Hablamos de un sector complejo, sujeto a innovaciones continuas, y en el que cualquier error de gesti¨®n tiene implicaciones importantes, como hemos visto.
De hecho, en el Banco Santander actualmente contamos con nueve presidentes o ex presidentes de entidades financieras en nuestro Consejo. El Tesoro Brit¨¢nico, en su informe sobre la ca¨ªda de Northern Rock, apunta como una de sus principales causas la falta de cualificaci¨®n financiera de sus m¨¢ximos responsables. Son errores que no se pueden volver a cometer.
Paso ahora a hablar de c¨®mo creo que las autoridades pueden contribuir positivamente al reforzamiento del sistema financiero. Una primera lectura de la crisis nos dice que las soluciones t¨¦cnicas no han sido suficientes para devolver la confianza a los mercados. Se necesita dar se?ales inequ¨ªvocas bajo un liderazgo claro (...) y compartido. Esto pasa por dar respuestas coordinadas que no generen confusi¨®n ni problemas en diferentes mercados. Y en especial, en Europa.
En todo caso, las soluciones que planteemos deben dejar claras las reglas a seguir en caso de crisis. Necesitamos una hoja de ruta. Tambi¨¦n deben evitar generar riesgo moral: no podemos transmitir el mensaje de que se puede actuar sin responsabilidad sobre los errores que se cometan.
?Cu¨¢les deben ser las prioridades? En primer lugar, atender la liquidez. La l¨ªnea de flotaci¨®n de las entidades es, o era hasta ahora, el capital, y en ese aspecto se centraban los supervisores para analizar la solvencia de las entidades. Pero tras esta crisis, la liquidez debe recibir tambi¨¦n atenci¨®n, pues ha demostrado su capacidad de poner en peligro a algunas entidades financieras.
En segundo lugar, fomentar la transparencia. La magnitud de esta crisis est¨¢ relacionada con la incertidumbre sobre qui¨¦nes y en qu¨¦ medida se han visto afectados por ella. La falta de informaci¨®n ha derivado en una crisis de confianza generalizada (...).
Y, en general, hay que reforzar la supervisi¨®n. La crisis nos ha ense?ado que, tan importante como la transparencia de las propias entidades, son los mecanismos de control y valoraci¨®n de la informaci¨®n. Es necesario que los supervisores conozcan profundamente las entidades que supervisan, dicten reglas claras y tengan muy en cuenta que los ciclos econ¨®micos y financieros existen y que hay que estar siempre preparados para ello (...).
Por ¨²ltimo, en Europa se hace ahora imprescindible una mayor coordinaci¨®n entre supervisores.
Las medidas acordadas el pasado fin de semana en la reuni¨®n del Eurogrupo, inspiradas en el plan del Reino Unido, apuntan en esta direcci¨®n, pues suponen una respuesta coordinada, aportan una hoja de ruta de actuaci¨®n para los diferentes Gobiernos del ¨¢rea euro y apuntan a temas se?alados, como la liquidez. El Gobierno espa?ol ya ha aprobado su paquete de medidas acorde con este acuerdo, aunque, en mi opini¨®n, las entidades espa?olas no necesitan la toma de participaciones por parte del Gobierno, como ha ocurrido en otros mercados, dada su solvencia y fortaleza.
En todo caso, me parece muy importante que, dentro de este conjunto de medidas, no se pierda de vista la necesidad de mantener un adecuado equilibrio competitivo entre las entidades financieras. Es esencial que las medidas que se puedan adoptar no afecten al funcionamiento del mercado y se mantenga el est¨ªmulo a la buena gesti¨®n.
Termino con algunas conclusiones. Mi lectura es que el origen de la crisis no est¨¢ en un mercado concreto, como el americano, ni se ci?e a un negocio en especial, como las hipotecas subprime. Activaron la crisis pero no la causaron. El problema ha sido el mismo que ha originado otras crisis anteriores: los excesos y la p¨¦rdida de referentes en un entorno extraordinariamente favorable, que ha llevado a olvidar los fundamentos de la banca, que son la necesidad de conocer muy bien a los clientes y a los productos que se intermedian, la prudencia para no aceptar niveles de endeudamiento desproporcionados al riesgo que se asume al financiarles, la valoraci¨®n adecuada de todos los riesgos en que se incurre, la existencia de ciclos econ¨®micos y financieros.
Estoy seguro de que si el sistema financiero recupera estos principios y se dota de un marco de supervisi¨®n m¨¢s completo y coordinado, de los incentivos adecuados y de una mayor transparencia, saldr¨¢ reforzado de la crisis y podr¨¢ continuar contribuyendo positivamente al crecimiento econ¨®mico.
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